Rubén Martín
24/04/2022 - 12:04 am
Pemex y las explosiones de Guadalajara
“Si bien estos funcionarios fueron responsables de prevenir las explosiones del 22 de abril, la responsabilidad principal recae en los altos mandos de Pemex quienes no advirtieron de la masiva fuga de combustibles que terminó, indebidamente en el drenaje de Guadalajara”.
El 22 de abril de 1992 ocurrió la peor tragedia urbana en la historia de Guadalajara. Más de catorce kilómetros de colectores que corrían por diversas colonias del sector Reforma, al oriente de la ciudad, explotaron por la acumulación de hidrocarburos en su interior. El saldo fue devastador: 210 muertos según las cifras oficiales del Gobierno de Jalisco, mil 570 viviendas dañadas, 100 escuelas afectadas, 450 comercios y 600 autos con pérdida total. Tras la destrucción de una docena de barrios, muertes y heridos para miles de familias, siguió un calvario de los damnificados, primero para recibir ayuda y posteriormente para demandar el castigo a los responsables de las explosiones y una indemnización justa .
Unos días previos a las explosiones, vecinos de los barrios que luego fueron devastados por la explosión denunciaban a los bomberos, a la policía y a los medios de información que había un fuerte a olor a gasolina tanto en las alcantarillas del drenaje en la calle, como en sus propias viviendas.
Los bomberos de Guadalajara y la Unidad Estatal de Protección Civil atendieron los reportes y supuestamente identificaron que el origen del olor a combustibles era una planta de aceite, pero posteriormente se descartó. Los reportes comenzaron unos cinco días antes de las explosiones del 22 de abril. El día 21 de abril los bomberos “lavaron” algunas alcantarillas e hicieron mediciones con los explosímetros que contaban en ese momento.
Siempre atrás de las revisiones que llevaban a cabo bomberos y elementos de Protección Civil de Guadalajara y del estado de Jalisco, había personal e ingenieros de Petróleos Mexicanos (Pemex). La paraestatal contaba con una planta dentro de la zona metropolitana de Guadalajara, en la colonia La Nogalera, al sur de la ciudad pegada la zona Industrial de la capital tapatía. Siempre se sospechó que la fuga podría provenir de la planta de Pemex en La Nogalera, pero la paraestatal nunca reportó a las autoridades tapatías o de Jalisco de una fuga de gran envergadura en sus instalaciones.
Poco después de las 10 de la mañana del 22 de abril ocurrieron una cadena de diez explosiones a lo largo de un colector de drenaje que recogía las descargas urbanas de una docena de colonias desde la colonia Los Álamos, al sur oriente de la ciudad, y recorría las colonas Atlas, Quinta Velarde y Analco, para conectarse al colector mayor que recorre la calzada Independencia y que finalmente termina descargando en la barranca de Huentitán para seguir hacia el río Santiago.
La explicación oficial dada a conocer por la Procuraduría General de la República (PGR) encabezada por Ignacio Morales Lechuga en el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, es que una toma de agua de una bodega industrial provocó un “agujerito” en un ducto de Pemex que transportaba gasolina, la que terminó en el drenaje de esa zona de la ciudad.
La explicación oficial enfatizó que las obras de construcción de la Línea 2 del Tren Ligero de Guadalajara requirió de hacer una desviación temporal del colector de la calzada Independencia y que dicha obra terminó convirtiéndose en un tapón para los hidrocarburos fugados, lo que ocasionó las explosiones que abrieron de par en par las calles y avenidas del sector Reforma de Guadalajara.
Como responsables de la tragedia fueron imputados nueve servidores públicos y funcionarios tanto del Gobierno de Guadalajara, del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado así como trabajadores de Pemex. Entre ellos el entonces presidente municipal de Guadalajara, Enrique Dau Flores. Algunos salieron en nueve meses y todos fueron dejados en libertad en 1994.
Si bien estos funcionarios fueron responsables de prevenir las explosiones del 22 de abril, la responsabilidad principal recae en los altos mandos de Pemex quienes no advirtieron de la masiva fuga de combustibles que terminó, indebidamente en el drenaje de Guadalajara.
Desde hace 30 años tanto los damnificados por las explosiones, autoridades de Jalisco y Guadalajara, así como investigaciones periodísticas, han responsabilizado a Pemex por las explosiones del 22 de abril, sin que hasta ahora la paraestatal se haga responsable de la tragedia. Era tan evidente la fuga que desde el sistema de monitoreo de la planta de Pemex en Salamanca, Guanajuato, se advirtió de la masiva fuga de hidrocarburos que había en el ducto hacia Guadalajara. Ya se tratara de un huachicoleo de combustible o de un accidente, lo cierto es que jamás Pemex alertó sobre dicha fuga y menos evitó que el combustible llegara al drenaje.
En 1992 el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari negociaba el Tratado de Libre Comercio con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá. Extraoficialmente altos funcionarios del Gobierno de Jalisco comentaron en esa fecha que el Gobierno mexicano no quería responsabilizar a Pemex de las explosiones de Guadalajara porque si lo hacía complicaba las negociaciones del capítulo energético del tratado.
Cierta o no esta versión, la realidad es que Pemex no ha asumido su responsabilidad por estas explosiones, y debe hacerlo. Desde 1992, las organizaciones de damnificados recuerdan que Pemex es el responsable de la tragedia que enlutó cientos de hogares tapatíos.
En 2019 en la conmemoración del 27 aniversario de la tragedia, el Gobernador de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez, anunció que redactaría una carta para el Presidente Andrés Manuel López Obrador, donde se le solicitará que Pemex ofrezca una disculpa pública a Jalisco y a los afectados por la tragedia del 22 de abril de 1992. Dijo entonces: “También se trata de ir cerrando capítulos, no podemos dejar heridas abiertas para siempre y Pemex le debe a nuestro estado una disculpa de inicio, y le debe sobre todo lo mínimo que se requiere en este tipo de asuntos que es asumir su responsabilidad”.
El viernes pasado, el conmemorarse tres décadas de las explosiones, el Alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus Navarro, pidió nuevamente la culpabilidad de la paraestatal. “Qué ha pasado con la responsabilidad histórica, para que Petróleos Mexicanos acepte su responsabilidad en las explosiones del 22 de abril de hace 30 años, Pemex ha hecho como que la Virgen le habla y eso no se vale, tampoco ha depositado recursos al fideicomiso, si todos sabemos que las explosiones se derivaron del combustible que Pemex tiró a los ductos de Guadalajara y porqué hoy no se entra de fondo, para que reconozca su verdad histórica y que también sea parte de la solución y de los apoyos para los damnificados”, dijo el alcalde tapatío.
Pero el reclamo central lo han sostenido los damnificados de las explosiones del 22 de abril, año con año. Ya han pasado 30 años, ya es tiempo de que Pemex asuma su responsabilidad por el peor desastre urbano en la historia de Guadalajara.
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