Gran Bretaña, Alemania e Italia están entre los países que están considerado el uso de apps y otras herramientas. Ello ha alarmado a los defensores de la privacidad, quienes temen que un espionaje colectivo de tal magnitud podría ser abusado si no es estrictamente vigilado y que las libertades civiles podrían terminar severamente coartadas.
Por Frank Bajak y Nicole Winfield
Londres, 24 de marzo (AP).- Varios países europeos están considerando usar herramientas de espionaje para luchar contra el coronavirus, lo que podría ayudar en los esfuerzos contra la enfermedad, pero también podría provocar denuncias de violación de privacidad.
Las herramientas incluirían aplicaciones en los celulares que ubican automáticamente al usuario, y que por lo tanto podrían detectar los movimientos de un portador del virus y de las personas con quien entra en contacto. La idea sería tener un mejor panorama de dónde están aumentando las infecciones, cómo se están propagando y cuándo es necesaria la imposición de una cuarentena.
Gran Bretaña, Alemania e Italia están entre los países que están considerado el uso de esas apps. Ello ha alarmado a los defensores de la privacidad, quienes temen que un espionaje colectivo de tal magnitud podría ser abusado si no es estrictamente vigilado y que las libertades civiles podrían terminar severamente coartadas.
“Estos son tiempos difíciles, pero no requieren el uso de tecnologías no probadas”, declaró un grupo activista en una carta abierta dirigida al Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña. Añadió que el espionaje podría violar derechos humanos sin servir a la causa de la lucha contra el virus.
A menos que la información recabada sea totalmente anónima, el espionaje marcaría una enorme diferencia con las gestiones actuales para contrarrestar la enfermedad en Europa mediante la telefonía celular, que se han basado en rastrear los desplazamientos de la gente en base a datos colectivos y no individuales. La Policía italiana incluso ha comenzado a usar drones para hacer cumplir las restricciones sobre el desplazamiento.
Pero aun así hay un argumento a favor del espionaje, aun cuando podría atentar contra la privacidad: ha sido empleado por varios gobiernos asiáticos que han tenido éxito en contener la pandemia, como China, Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur y Singapur.
La semana pasada, Israel aplicó la medida más drástica hasta ahora, al ordenarle a la agencia de seguridad Shin Bet usar los datos de ubicación geográfica de los celulares para rastrear los movimientos de los portadores del virus en las dos semanas recientes, a fin de elaborar un patrón de transmisión de la enfermedad. En el mundo de la epidemiología a esto se le llama “rastrear contactos” aunque usualmente implica solamente interrogar a los individuos enfermos sobre sus más recientes contactos personales.
Hasta ahora no hay indicios de que Estados Unidos esté planeando vigilar la ciudadanía de esta manera. Un vocero de la Oficina de Políticas Científicas y Tecnológicas de la Casa Blanca informó que esa entidad no está desarrollando ese app. Los centros para el Control y Prevención de Enfermedades no contestaron de inmediato un pedido de comentario de The Associated Press.
-Con información de Kelvin Chan, Ilan Ben Zion, Tong-hyung Kim, Vanessa Gera y Frank Jordans.