En esta entrega de ¬RADICALES Alejandro Páez Varela, Álvaro Delgado, Carlos Pérez Ricart y Héctor Alejandro Quintanar expusieron cómo el reportaje de The New York Times que vincula a López Obrador con el crimen organizado se enmarca en la estrategia digital de posicionar en redes sociales, particularmente en X, la imputación de que el Presidente mexicano es un narcotraficante.
Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).– The New York Times insistió de nueva cuenta en los supuestos vínculos de Andrés Manuel López Obrador con el crimen organizado, el último episodio de una escalada contra el Presidente mexicano que inició semanas atrás con otro reportaje de ProPublica, y de otros dos medios, en donde se insistía en la misma cuestión. Lo cierto es que pese a las líneas dedicadas al señalamiento no se han sustentado por la falta de pruebas y fuentes confiables.
Este fue el tema que se analizó este viernes en ¬RADICALES, programa del Estudio B de SinEmbargo en el que participan Alejandro Páez Varela, Álvaro Delgado, Carlos Pérez Ricart y Héctor Alejandro Quintanar, quienes señalaron cómo este texto se enmarca en esta estrategia digital de posicionar en redes sociales particularmente en X la imputación de que López Obrador, ‘es narcotraficante y como narcotraficante debe ser tratado’.
“Es de tal magnitud esta estrategia de la derecha que dudo verdaderamente que ahí se vaya a quedar, va a seguir escalando, ¿A qué niveles? A niveles que no hemos conocido ni siquiera visto en 2006, y vaya que en 2006 fue toda una estrategia sucia, multimillonaria para descarrilar a López Obrador, ahora ya no va a estar en la boleta, pero el objetivo es él, no es Claudia, Claudia como una parte secundaria como la que sufra las consecuencias de esta estrategia y estos episodios se dan en vísperas de que el 1 de marzo inicie la campaña electoral que concluirá el 28 de mayo. ¿Van a lograr modificar las tendencias o modificarlas de una manera tan contundente? Yo no lo creo”, señaló al respecto Álvaro Delgado.
Héctor Alejandro Quintanar indicó a su vez que es importante recordar un antecedente injerencista de The New York Times: “Recordemos la invasión que gestó el señor George W. Bush en marzo de 2003 hacia Irak bajo una premisa la idea de las armas de destrucción masiva, que después un consenso mundial, se descubrió que no había tales, que fue un pretexto para iniciar una invasión de carácter colonialista económicamente. El 26 de mayo de 2003 el New York Times se vio obligado a publicar un editorial donde reconocía haber dado por ciertas estas versiones y se disculpaba implícitamente con sus lectores”.
“El reportaje que saca el New York Times, en realidad es un refrito prácticamente de lo que ya se había publicado en otros medios hace poco. Me parece preocupante que aunque se llegue a descubrir de nuevo que es mentira, que no hay un solo elemento, que no hay un solo argumento, no hay una sola evidencia que pueda vincular a López Obrador o su entorno con la recepción de dinero del crimen organizado en 2006 o en 2012 o en 2018, vamos a suponer que de nuevo el New York Times pudiera hacer una disculpa como la que hizo en mayo de 2003, aunque existiese esa retracción lo grave es que para el sentido común de las derechas mexicanas eso no importaría y sería un caballito de batalla para seguir inventando una concepción del mundo en donde se sienten en una dictadura y necesitan salir a las calles para salvar la democracia”, puntualizó Quintanar.
Carlos Pérez Ricart aclaró a su vez que no se trata de exonerar a nadie, “pero no se vale que con la información que se tiene New York Times o cualquier otro medio internacional publique cosas como las que están haciendo porque es imposible no leerlas en clave injerencista, que estén realmente intentando intervenir en la elección, queriendo afectar a la candidata Claudia Sheinbaum Pardo y queriendo afectar al Presidente López Obrador”.
Pérez Ricart indicó que es preocupante que un medio internacional esté participando directamente en las elecciones de México faltando tres meses para las elecciones. “Me pregunto: ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para seguir interviniendo en la elección presidencial de México? ¿Cuál es el límite que van a tener?”.
Alejandro Páez Varela apuntó por su parte que hay distintas iniciativas transitando al mismo tiempo con un mismo interés. “La que me preocupa más honestamente es la de Estados Unidos, el resto no me preocupa tanto, porque va a terminar afectando la relación bilateral y en la relación bilateral no solamente están Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador o dos presidentes, pues no, sino que hay una relación muy compleja y cualquier interés que toque se afecta más a México que a Estados Unidos”.
“Esa es la parte que me preocupa, de la injerencia, que es muy evidente de Washington en la vida interna de México y en particular en la política ¿Qué veo en el reportaje de ProPublica? Lo mismo que en el reportaje de New York Times, veo a la DEA y quizá al Departamento de Estado tratando de intervenir en la elección, tratando de debilitar, no creo que les alcance, pero tratando de debilitar a Claudia Sheinbaum para que cuando llegue, pues sea con menos margen de maniobra, pero no creo que les dé como para derrumbar a Claudia”, expuso Páez Varela.
Para él, hay patrones que se están repitiendo de 2006 ahora mismo, patrones que señaló que no funcionarán sobre todo porque López Obrador es un político fácil de derrumbar y de desplomar. “Lo que hace López Obrador es exhibir la prepotencia de una reportera que le dice, ‘ahí le van cinco preguntas Presidente’ que intentan involucrar a López Obrador en el narco, lo que no hace el reportaje dicho de otra manera, el reportaje ni siquiera responde a las preguntas que le hace la reportera y que el Presidente lee públicamente y responde”.
En ese sentido, Álvaro Delgado cuestionó el límite que pueden tener los adversarios de López Obrador y de su proyecto para descarrilarlo. “Es de tal magnitud la apuesta que un periódico con una trayectoria de ser uno de los mejores periódicos de occidente, The New York Times, publique un reportaje en el que la nota es que no hay nota”, expresó.
Quintanar expuso en tanto que en algo tan delicado como la imputación de un delito es donde con mayor prudencia se debe uno conducir. “El periodismo de The New York Times en este caso no lo hizo porque además de que solamente añadió tres párrafos al refrito que ya se había publicado antes, pues me parece que es darle un eje de discurso a una oposición que en este momento está urgida de cualquier gancho”.
Al respecto, Pérez Ricart puntualizó que el Presidente López Obrador ha sido la persona más investigada en los últimos 30 años y no han podido imputar ni un delito menor y mucho menos uno de este calibre. “Entonces me pregunto cuánto más van a tener que sacar para intentar probar algo criminal alrededor de Andrés Manuel López Obrador”.