Casi al unísono, Estados Unidos, la Unión Europea y otros aliados occidentales anunciaron una ronda de medidas punitivas contra los bancos y las principales empresas rusas, así como a los negocios de personas ricas rusas.
Por Raf Casert y Sam Petrequin
BRUSELAS, 24 de febrero (AP).— Los líderes mundiales condenaron el jueves la invasión rusa de Ucrania, a la que describieron como un acto “brutal”, y rápidamente impusieron fuertes sanciones a la economía rusa, al círculo cercano del Presidente Vladimir Putin y a muchos de los oligarcas del país.
“Putin eligió esta guerra, y ahora él y su país sufrirán las consecuencias”, declaró el Presidente estadounidense Joe Biden.
Casi al unísono, Estados Unidos, la Unión Europea y otros aliados occidentales anunciaron una ronda de medidas punitivas contra los bancos y las principales empresas rusas, e impusieron controles a la exportación con el fin de privar a las industrias y al ejército del país de semiconductores y otros productos de alta tecnología.
Desde Estados Unidos hasta Europa Occidental, pasando por Japón, Corea del Sur y Australia, las naciones se alinearon para denunciar al Kremlin cuando el estallido de los combates hizo temer por la forma que tomará Europa. La invasión provocó inicialmente la caída de las acciones y la subida de los precios del petróleo por el temor al aumento de los costes de los alimentos y el combustible.
Los países de Occidente y sus aliados no se mostraron dispuestos a enviar tropas a Ucrania —que no es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)— y arriesgarse a una guerra más amplia en el continente. Pero la OTAN reforzó a sus miembros en Europa del este como precaución ante la posibilidad de ataque contra ellos también.
“No se equivoquen: Defenderemos a todos los aliados contra cualquier ataque en cada centímetro del territorio de la OTAN”, manifestó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Mientras tanto, los países comenzaron a tomar medidas para aislar a Moscú con la esperanza de obligarlo a pagar un precio tan alto que no le quede más que cambiar de rumbo.
Biden, por el momento, se abstuvo de imponer algunas de las sanciones más severas, como la exclusión de Rusia del sistema de pagos SWIFT, que permite las transferencias de dinero de banco a banco en todo el mundo. El Presidente de Ucrania pidió que se expulsara a Rusia del SWIFT, pero Estados Unidos ha expresado su preocupación por el posible daño a las economías europeas.
Los líderes de la UE celebraron una cumbre de emergencia y acordaron sanciones que abarcan, entre otros, los sectores financiero, energético y de transportes, así como a varias personas rusas. En una declaración, los dirigentes dijeron que las medidas tendrán “consecuencias masivas y graves” para Rusia.
Los detalles no estarán disponibles sino hasta el viernes, como muy pronto.
“Queremos apartar a la industria rusa de las tecnologías que hoy se necesitan desesperadamente para construir el futuro”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El Primer Ministro holandés, Mark Rutte, señaló que “se trata de la cúpula de Rusia y de ser implacable en las finanzas y la economía”.
Por su parte, el Primer Ministro británico, Boris Johnson, también anunció restricciones financieras y controles a la exportación. Además, Gran Bretaña también prohibirá a la aerolínea insignia de Rusia, Aeroflot, aterrizar en aeropuertos británicos.
Johnson señaló que el ataque a Ucrania era “horrible y brutal”, y sobre Putin dijo que: “Ahora lo vemos como lo que es: un agresor manchado de sangre que cree en la conquista imperial.”
Canadá impuso sanciones que afectarán a 58 personas y entidades, incluidos miembros de la élite rusa y sus familias, el grupo paramilitar Wagner y los principales bancos rusos. Las medidas punitivas, anunciadas después de que el Primer Ministro Justin Trudeau asistiera a una reunión virtual del G7, también abarcarán a los miembros del Consejo de Seguridad ruso, incluidos los ministros clave del Gabinete.
En los días previos al ataque, Alemania suspendió la aprobación del gasoducto Nord Stream 2 que proviene de Rusia.
Junto con Stoltenberg y Johnson, Von der Leyen calificó la invasión como un ataque “brutal” contra una nación independiente que amenazaba “la estabilidad en Europa y el conjunto del orden de paz internacional”.
Las nuevas sanciones de Estados Unidos también tienen como blanco instituciones militares y financieras de Bielorrusia, vecina de Ucrania. Rusia está utilizando a Bielorrusia como punto de partida para el movimiento de soldados hacia Ucrania.
Por otra parte, se espera que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) vote el viernes una resolución que condena a Rusia y exige la retirada inmediata de todas sus fuerzas. Pero es seguro que Moscú la vetará.
En un momento en que se agudizan las relaciones entre las superpotencias, China se quedó sola al no condenar el ataque y acusó a Estados Unidos y sus aliados de agravar la crisis.
En una clara defensa de Moscú, China “pidió a las partes que respeten las legítimas preocupaciones de seguridad de los demás”.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, dijo que “todas las partes deben trabajar por la paz en lugar de aumentar las tensiones o exagerar la posibilidad de una guerra”, lenguaje que China ha utilizado constantemente para criticar a los países de Occidente en la crisis.
China fue más allá y aprobó la importación de trigo de Rusia, una medida que podría reducir el impacto de las sanciones occidentales. Rusia, uno de los mayores productores de trigo, sería vulnerable si se cerraran los mercados extranjeros.
Las posibles repercusiones van más allá de la economía y la geopolítica. El director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África teme que la crisis distraiga aún más la atención mundial de la ayuda al continente menos vacunado del mundo para combatir la COVID-19.