Alejandra, miró hasta que se le pulverizó los ojos

24/02/2018 - 12:00 am

Vi un documental gratis y a la noche el otro día. Alejandra, sencillamente, un trabajo sobre la poeta argentina Alejandra Pizarnik, más bien un mosaico intuitivo de cómo hubiera sido la vida y la muerte de la gran creadora.

Dirigido por Virna Molina y Ernesto Ardito, la película forma parte de una serie que se llamó Memoria iluminada, destinada a contar la historia de personas recientes y desaparecidas como Raymundo Gleizer (su ópera prima), Haroldo Conti y Paco Urondo, dos notables periodistas y el primero un cineasta que fueron asesinados por la dictadura.

Alejandra es un poema trágico, como fue la vida misma de alguien que no podía hacer nada cotidiano, que ningún trámite, ninguna búsqueda de alimentos, lavarse la ropa: sólo le interesaba la poesía, así lo dice uno de sus últimos amigos, el también poeta Fernando Noy.

Amiga de Julio Cortázar, a quien en el maremágnum de su habitación le había perdido Rayuela, aunque luego la encontró y pudo otra vez atenderle el teléfono, el escritor fue uno de los últimos que recibió cartas de ella hablando de suicidarse.

“Te quiero viva”, fue una de las cosas que no hizo mella en Alejandra que cada día fue cerrándose hasta pulverizarse la existencia, dejando a su madre desesperada para siempre.

“Una mirada desde la alcantarilla / puede ser una visión del mundo, / la rebelión consiste en mirar una rosa / hasta pulverizarse los ojos”, escribió esta mujer de profundos ojos verdes, vestida con un sobretodo aún en verano, que se creía gorda y tomaba anfetaminas desde chica, que tenía además un tesoro de pastillas de todo tipo y que se medicaba sin permiso.

Quizás alguien que hubiera visto más allá de la poeta, de ese estar todo el tiempo en sí misma, podría haberla llevado a un doctor y ser tratada con tantos psicofármacos que hoy son habituales, pero la vida para sí, ese estar encerrada en una homosexualidad disfrazada y respirar con la poesía hasta dejar de respirar hicieron su destino.

La gente de alrededor le fomentaba su carácter de poeta maldita.

Es hermoso el documental. No muestra mucho porque a la vida de Alejandra Pizarnik no hay mucho grabado y ella no hizo muestras de su poesía al aire libre. Tenía 36 años cuando murió. Todo el documental es un misterio, como ella misma.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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