Astrid Silva nació en Durango y es uno de los 750 mil inmigrantes traídos sin autorización a Estados Unidos durante su niñez y a los que Barack Obama protegió de la deportación en 2012, conocidos como dreamers. Ella fue llevada a Estados Unidos por sus padres cuando ella tenía apenas cuatro años de edad, se convirtió en activista al darse cuenta de su estatus de “inmigrante indocumentada” y al sentir el dolor de no poder viajar al funeral de su abuela en México.
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Por Luis Alonso Lugo y Julie Bykowics
WASHINGTON (AP) — Los demócratas designaron el viernes a la activista de inmigración Astrid Silva para que ofrezca una respuesta en español al discurso sobre el Estado de la Unión que el Presidente Donald Trump pronunciará ante el Congreso por primera vez el martes.
Ella es parte del grupo de 750 mil inmigrantes traídos sin autorización a Estados Unidos durante su niñez y a los que el anterior mandatario Barack Obama protegió de la deportación en 2012.
Silva ejerció el derecho de palabra durante la Convención Nacional que los demócratas celebraron el año pasado y esta nueva asignación luce como una respuesta a las políticas de Trump de aumentar las deportaciones de los 11 millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin autorización.
Trump ha mantenido vigente el alivio migratorio y ha dicho recientemente que tratará “con corazón” al grupo de 750 mil inmigrantes, conocidos en inglés como dreamers.
Silva se mudó a Nevada cuando era niña y su relación con el ex Senador demócrata Harry Reid la llevó a convertirse en una activista. “El Presidente Trump quiere hacerle creer a la gente que todos los inmigrantes son criminales y que los refugiados son terroristas”, dijo la activista en un comunicado. “Pero al igual que mi familia, la gran mayoría de inmigrantes y refugiados vinieron a este país huyendo de la pobreza y los conflictos, buscando una vida mejor y la oportunidad de alcanzar el sueño americano”.
La respuesta demócrata en inglés al discurso de Trump quedará a cargo del ex Gobernador de Kentucky, Steve Beshear.
Por su parte, los legisladores demócratas hispanos por Arizona, Rubén Gallego y Raúl Grijalva, anunciaron que presenciarán el discurso acompañados de los dos hijos estadounidenses de Guadalupe García de Rayos, una mexicana deportada en Phoenix a comienzos de mes.
Este día, Donald Trump aprovechó su primer discurso presidencial ante la mayor reunión de activistas de derecha para renovar sus críticas a la prensa, en particular por el empleo de fuentes anónimas. “No se debe permitir (a los periodistas) usar fuentes a menos que mencionen el nombre de alguien”, declaró, apenas horas después que miembros de su equipo informaron a la prensa y exigieron que no se mencionara sus nombres.
“Una fuente dice que Donald Trump es ‘un ser humano horrible, horrible’. Pues que me lo digan en la cara”, dijo Trump en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés). “Que no haya más ‘fuentes”’.
Los miembros del equipo Trump habitualmente exigen el anonimato cuando hablan con la prensa.
Trump dijo que no se oponía a toda la prensa, sino “solo los medios o prensa de noticias falsas”.
“Me opongo a la gente que inventa historias e inventa fuentes”, dijo. “No debería permitírseles usar fuentes a menos que usen el nombre de alguien”.
El presidente ha declarado su irritación con las historias de atribución anónima, en particular los numerosos informes sobre contactos entre sus colaboradores de campaña y los rusos, que la Casa Blanca ha rechazado enérgicamente.
“Las noticias falsas no dicen la verdad”, insistió Trump. “No representan al pueblo. Nunca representarán al pueblo y haremos algo al respecto”.
Para Trump fue un regreso triunfal a la CPAC: fue recibido con júbilo por una multitud a la que le encanta escuchar críticas a la prensa tradicional.
Después de su ataque frontal a la prensa, Trump pasó a un repaso de sus planes, prometió tomar medidas audaces en materia de salud, comercio, energía y otros rubros.
“Una por una, estamos cumpliendo las promesas que hicimos al pueblo estadounidense”, dijo. “No los decepcionaré”.
Dijo que la ley de salud que heredó del presidente Barack Obama amenaza con provocar una “catástrofe total” y reiteró su promesa de derogarla y reemplazarla por otra.
Destacó su campaña contra la inmigración ilegal y dijo que “en este preciso momento, agentes de inmigración están hallando pandilleros, narcotraficantes y criminales extranjeros y los están mandando al demonio”.
Con respecto al bienestar social, dijo que “es hora de que todos los estadounidenses dejen el bienestar social y vuelvan a trabajar. Les va a encantar”.
Si bien los conservadores no siempre coinciden con las posiciones de Trump, les complace tener en la Casa Blanca a un individuo agresivo que suele ponerse de su parte.
“Qué bueno es tener a alguien al frente de nuestro país que sabe pelear”, dijo el presidente de la CPAC, Matt Schlapp, al presentar a Trump.