Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).- La actriz y cantante mexicana Ximena Sariñana, nacida en Guadalajara, Jalisco, hace 29 años, ya ha sufrido grandes penas de amor, lo que equivale a decir que ha madurado y tiene cicatrices en el alma y en el corazón.
Le ha servido el dolor, afirma, entre otras cosas para hacer un disco raro en su producción, un trabajo como un lamento, canciones que hablan de ruptura, separación, -lágrimas cansinas en un océano de arena donde –suponemos- van a parar todos los amores fracasados.
Hija mayor del matrimonio formado por el conocido cineasta mexicano Fernando Sariñana y la guionista Carolina Rivera, la cantante ya se había destacado como actriz en Amar te duele, película de sus progenitores que trata sobre el amor entre una adolescente de la clase alta y un congénere de la clase baja y en 2009 saltaba a lo más alto de la música popular con su alabado disco Mediocre.
“Me gusta ser actriz y de hecho empecé haciendo telenovelas, pero luego me aburrí de las telenovelas y decidí dedicarme casi de lleno a la música. Eso sí, el cine también me encanta. Todo ha sido y sigue siendo una búsqueda, un proceso en el que el arte es el objetivo principal”, decía Ximena en una entrevista que le hiciéramos hace unos años.
Autodefinida como una persona “que nunca puede estar sin hacer nada”, Sariñana estudió música en Boston antes de erigirse en la voz de su generación, sobre todo con su canción “Normal” en la que habla de la normalidad que conlleva el sentimiento amoroso.
“Y el tiempo pasará, el sol se apagará y todo lo que sentiste fue normal”, dice en una de sus canciones más conocidas”.
“Siempre escribo cosas acerca de mí. Mi mayor obsesión tiene que ver con ser honesta. Finalmente la música es el centro de mi vida y en ella viven los personajes y las historias que salen de mi corazón”, decía entonces.
En “Normal”, Ximena hablaba de felicidad, de normalidad, de hacerle la cena a la persona amada. Ahora, en cambio, en el disco dado a conocer en noviembre pasado con el título No todo lo puedes dar, la cantautora da cuenta de separaciones y de desamor.
El primer sencillo, “Sin ti no puede estar tan mal”, ocupó rápidamente los primeros lugares en las radios nacionales y el video, grabado por Sebastián Sariñana, hermano de la intérprete, fue muy visto en redes sociales.
La grabación del nuevo sencillo “Ruptura”, a cargo también de Sebastián, sirvió de pretexto para conversar con Ximena, lo que en términos periodísticos siempre deviene en una grata experiencia.
Afable, inteligente, sensible, sin pelos en la lengua, la cantautora no evade ninguna pregunta, ni siquiera aquellas que tienen que ver con la música, donde siempre se muestra como profunda conocedora y gran apasionada.
–¿Cómo es este sencillo “Ruptura”?
–Bueno, es un sencillo bastante melancólico que representa un poco la melancolía que tiene el disco en general. Es un disco que habla del desamor y en este punto hay que decir que el desamor tiene varias etapas. “Ruptura” simboliza esa etapa más jodida, cuando uno está más sacado de onda.
–El amor es una quimera a menudo muy difícil de llevar a cabo… ¿verdad?
–Así es, estoy totalmente de acuerdo contigo. Soy una creyente del amor en un ciento por ciento y lo que sucede, creo, es que la gente cuando ama le huye bastante al dolor que trae consigo la experiencia amorosa. Sin embargo, de esos dolores jodidos uno aprende mucho y crece. Y lo que uno aprende primordialmente pasando por ahí es de uno mismo. Con el desamor en las letras encontré a la vez mi propio sonido y mi propia voz en la música.
–Huir del dolor es como quedarse a la mitad del amor…
–Voy a aplicar la gran Álex Lora y usar un quote de mis propias canciones, pero en uno de los temas que tengo en el disco y que se llama “La vida no es fácil”, digo un poco eso que el dolor es parte del sentir.
–¿Crees haber encontrado tu voz en este duro y raro oficio de hacer canciones?
–Ciento por ciento. La voz siempre está cambiando conforme uno crece, uno aprende y uno explora distintas cosas, pero sí creo que este disco es un parteaguas en mi carrera, es un trabajo sumamente personal y representa con cabalidad quién soy y en donde estoy.
–¿Cómo has llevado adelante tu carrera tan exitosa por un lado y al mismo tiempo tan criticada por otro?
–Mira, desde que empecé en esto, mi intención nunca quise ser aceptada por absolutamente nadie y no he querido tampoco encasillarme en nada. Cuando decides ser así, te atienes a las consecuencias. Te acostumbras a que la gente a veces no entienda muy bien las cosas que haces o a que te presentes de pronto un día en un festival de pop y al otro en uno de rock (Ximena actuará en el Vive Latino 2015, el domingo 15 de marzo). Siempre eres el bicho raro en todos lados, pero al mismo tiempo esa condición me ha dado libertad para hacer siempre lo que quiero y que esas cosas además tengan sentido para mí y mis fans. Así como puedo salir cantando y bailando cumbia con Los Ángeles Azules, puedo también subirme a un escenario para cantar con Jarabe de Palo, Miguel Bosé o Laura Pausini. Eso me gusta. Me gusta ser así de versátil, porque eso me ha nutrido.
–¿Qué es el éxito?
–Para mí el éxito siempre ha sido poder seguir generando mis proyectos y que en cada uno de ellos pueda aprender algo, transformarme y superarme. Qué bonito que tenga la oportunidad de cumplir todo ese proceso a través de la música. Quizás si fuera yo el refrito del refrito del refrito, me aburriría muchísimo. Creo que vivo en lo mejor de los dos mundos y además he tenido la suerte de hacer, como en este caso, un disco sin concesiones, que se apega a lo que yo estaba buscando. Logré convencer a todo el mundo que era ese el trabajo que teníamos que sacar.
–¿Hay mucha gente a la que tienes que convencer en esta industria?
–Mucha. Lo cual es lógico, porque la gente que invierte en la carrera de un artista va a sentirse con derecho de tener voz y voto en esa carrera y en ese artista. Por otro lado, alguna vez uno tiene que pasar por este momento de la vida en que haces un disco sin concesiones y te toca tomar todas las decisiones.