En esta entrega de VERSUS, las periodistas Alina Duarte, Adriana Buentello, Daniela Barragán, Meme Yamel y Perla Velázquez hablaron sobre la relación que existe entre la prensa mexicana y el poder, entendido en su concepto más amplio, además de señalar por qué detrás de la salida de Azucena Uresti de Milenio no hubo censura por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ciudad de México, 24 de enero (SinEmbargo).– La relación existente entre la prensa mexicana y el poder no puede explicarse si no se entiende el impacto que ha tenido durante los últimos 30 años del modelo neoliberal en cada uno de los eslabones del país, pues cuando un Presidente ha querido quitar a un periodista lo ha hecho, como ha ocurrido en el pasado, no obstante ese mismo rasero ha querido extrapolarse al actual Gobierno, en donde los medios tradicionales han tenido una confrontación directa, con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En esta entrega de VERSUS, las periodistas Alina Duarte, Adriana Buentello, Daniela Barragán, Meme Yamel y Perla Velázquez expusieron cómo ha sido precisamente la relación de la prensa mexicana con el poder y respondieron a una pregunta que desde ciertos círculos se ha buscado como una aseveración. ¿Es Andrés Manuel López Obrador un represor como se intentó afirmar con la salida de Azucena Uresti de Milenio? Una salida que en realidad tenía detrás un nuevo proyecto periodístico en otra casa editorial.
“Cuando un Presidente ha querido quitar a un periodista, lo hace. Este no es el caso, y sí parte mucho desde el privilegio (de Uresti)”, expresó al respecto Daniela Barragán, quien cuestionó que la narrativa de censura desde el poder se lleve a cabo en un caso en donde no hay ningún elemento para afirmar esto. De igual forma cuestionó que alguien se victimice de esa manera “en un sector tan vulnerado, en un gremio que sufre de un montón de abusos laborales, económicos”.
Alina Duarte apuntó a su vez a la necesidad de ir definiendo poco a poco lo que se entiende por poder: “muchas veces se confunde el tema del poder como simplemente la figura que está dentro del Gobierno y si algo hemos visto en estas últimas semanas es el debate de los poderes fácticos”
“En realidad estos poderes fácticos son los que han gobernado, y especialmente con esta autoridad, durante los últimos 30 años de neoliberalismo, donde se desmantela el Estado mexicano y decide darse a unos cuantos el poder económico en este país. Son el Grupo México, son las licitaciones, todo lo que vemos también en los medios de comunicación, ahí es en donde creo que habría que poner el acento porque yo creo que nuestro rol como periodista, sí es cuestionar esos poderes, pero entendidos un sentido más amplio”, refirió.
En ese sentido, Meme Yamel ahondó que si bien al poder hay que cuestionarlo, “también hay que saber a qué vas a cuestionar porque hoy, por ejemplo, cuando hablamos de seguridad y dicen que al gobierno hay que cuestionarlo por su incapacidad ante el crimen organizado, pero cómo resuelves el problema del crimen organizado, y te tienes que ir a las estructuras y ves que no solamente hay una rama del poder involucrado, sino que hay varias, tienes al poder municipal, o sea, el presidente municipal, tienes al Gobernador, tienes al Presidente de la República tienes, además, secretarios de seguridad de los tres niveles, o sea, es un tema que compete a tres niveles de poder y a eso le tenemos también que sumar este poder fáctico, que lo podemos llamar, que es el crimen organizado”
“Lo que sí me resulta muy curioso o irónico es que aquellos que tienen el poder económico cuando los empiezas a cuestionar a ellos es que es una campaña en mi contra, es que es terrorismoe es que cómo se atreven, o sea, se sentían tan intocables que eso es lo que hace que hoy se rompe esa burbuja y que veamos cómo algunos intentan cambiar la dinámica, está bien, tienen razón, pero otros como Salinas Pliego, se resisten y ya emprenden acciones incluso legales y de bullying o de terrorismo misógino en contra de las mujeres”, expresó.
Adriana Buentello comentó por su parte que lo que ocurre en el caso de Azucena Uresti esconde un oportunismo en medio de una coyuntura electoral: “hablo de un doble golpe, afectar políticamente al Presidente, por esta falta de transparencia (de Azucena), justamente para golpear al Presidente y, porque hay que decir también que en el caso del Presidente sí han habido ataques en la conferencia mañanera que es muy diferente a un tema de censura, una cosa, es abiertamente señalar con nombre y apellido a ciertos personajes y otra cosa es llevar a cabo cuestiones de censura”.
Buentello cuestionó el que Azucena Uresti haya utilizado la polémica para promoverse, catapultarse a esta nueva posición a lo que ya tenía en Radio Fórmula. “Algo que también hemos corroborado con diferentes grupos de periodistas que trabajan en ese lugar, es que fue una negociación que se llevó a cabo durante varias semanas, y que incluso, los propios empresarios de Milenio estaban muy enojados, también de acuerdo a las fuentes que tenemos, o que hemos compartido esa información con gente que ha estado trabajando en Milenio, que estaban muy enojados por la manera en como ella hace su salida, o sea, queriendo mandar otro mensaje”.
Señaló que censura hubiera sido si Azucena Uresti no estuviera encontrando trabajo como pasó en el caso de Carmen Aristegui: “quienes estuvimos de cerca en ese caso conocemos muchos detalles de cómo operaron incluso los Varga (los dueños de MVS), de cómo estuvieron manipulando y moviendo ahí muchos temas para que Carmen saliera y cómo efectivamente fue censurada”.
“Los poderes también tienen que ver con personajes que se llegan a alinear y que pueden estar en el ámbito periodístico con estos intereses económicos”, expresó Adriana Buentello.
En ese sentido, Daniela Barragán criticó que la Senadora panista Kenia López Rabadán y el expresidente Felipe Calderón hayan bajado los tuits dónde están acusando censura al Presidente López Obrador por la salida de Azucena Uresti de Milenio.
“Eso no es menor, porque pues lo que sabemos tras bambalinas entre todos nosotros pues es que puede estar quejándose mucho Azucena, pero la relación con sus jefes en Milenio quedó muy bien e incluso si hay alguien a quien acusar, al menos de cobardía, sería a los de a los jefes de Azucena. Si ellos se molestaron por como ella le respondía al Presidente, que es lo que manejó Héctor de Mauleón, dándoles la razón a las causas por la salida de Azucena. Pues la queja no es contra AMLO la queja es contra quienes le están pidiendo Azucena que o que le baje”.
Barragán expuso cómo en varios casos ha quedado exhibida la dependencia de periodistas y comunicadores con el poder político y económico: “tenemos periodistas que sobre todo han hecho carrera leyendo noticias que así se han hecho millonarios, pero no aceptan y terminan diciendo yo soy un periodista objetivo e independiente y por eso tenemos a todo un grupo diciendo que Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad es un grupo que hace periodismo independiente y que hace un periodismo que cuestiona el poder cuando sabemos también a quienes obedecen”.
Perla Velázquez señaló que la gente se da cuenta de cuando los periodistas están siendo manejados por estos poderes o cuando el poder es quien está detrás de ellos.
Alina Duarte refirió que en ese sentido, la comunicación también se vuelve una expresión de la lucha de clases: “de parte de la ideología burguesa, de la ideología empresarial neoliberal se dan estas concepciones de la neutralidad de la objetividad, donde durante muchas décadas los periodistas eran incapaces de ser cuestionados”
“Estas rupturas también de la nueva comunicación tienen que ver con expresiones también de clase que la gente que se asume como obrera campesina, como mujeres que trabajan en el hogar, mujeres cualquiera que sea esta denominación que no forman parte de esas élites, la gente está cansada de no reflejarse de no contestar de que sea unidireccional la comunicación”.