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Melvin Cantarell Gamboa

24/01/2023 - 12:05 am

El negacionismo de la derecha mexicana

La oposición en México agrupada en la coalición PRI, PAN y PRD quiere volver al poder y restituir los privilegios que disfrutaron durante décadas.

Marko Cortés, presidente nacional del PAN, Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI y Jesús Zambrano, líder del PRD, se toman una fotografía al inicio del evento.
“Para participar en la próxima elección presidencial, los partidos de derecha han formado una coalición impulsada por el grupo extremista Va por México, lidereado por Claudio X. González, que no se distingue precisamente por su respeto a la verdad y la legitimidad, sino por el uso de la mentira, falsas verdades, el insulto y la intimidación para hacer política”. Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro

La oposición en México agrupada en la coalición PRI, PAN y PRD quiere volver al poder y restituir los privilegios que disfrutaron durante décadas. Deseo legítimo en una democracia; lo que ponemos a discusión en este artículo no son sus fines, sino los medios de que se vale para lograrlo.

Intentar desacreditar al contrario es un recurso válido a condición de que los argumentos que se sustenten se apoyen en evidencias compartidas sin perder solidez, es decir, que lo que comunica no se nutra de prejuicios, resentimientos, odios, mentiras y mala fe. Si los partidos participantes en una contienda electoral aceptan que la soberanía reside en el pueblo y procede de él, hay que rendir cuentas respetando las reglas del juego acordado por los participantes en las instancias correspondientes; en México, las instituciones que cuida que el proceso se desarrolle con normalidad y los tribunales electorales, desafortunadamente no ofrecen confianza y son, en su mayoría, funcionarios que protegen con sus decisiones a los partidos de derecha, ya que fueron electos mediante el reparto de representantes de esas organizaciones. 

Para participar en la próxima elección presidencial, los partidos de derecha han formado una coalición impulsada por el grupo extremista Va por México, lidereado por Claudio X. González, que no se distingue precisamente por su respeto a la verdad y la legitimidad, sino por el uso de la mentira, falsas verdades, el insulto y la intimidación para hacer política. Para esta agrupación en México hay un único mal: la 4T y su impulsor: el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Para Va por México, y los partidos que ha agrupado, cuentan más sus objetivos que su pertenencia a una sociedad. Lo que revela la alianza de estos tres partidos, que no comparten  ideas afines, principios, creencias ni valores, es que sólo quieren retomar el poder y calculan que para lograrlo basta con convencer a suficientes ciudadanos para que voten por su ecléctico candidato a la Presidencia de la República que saldrá de ese amasijo de conveniencias y ambiciones, es decir, un individuo que represente su valores, intereses, ideas, tendencias y posiciones diversas y opuestas, alguien, pues, absolutamente cínico, pues lo que en realidad subyace detrás de esta intentona es  hacer útil una política impracticable recurriendo a fuerzas irreconciliables; en consecuencia, es fácil entender por qué no honran los más elementales principios éticos, lo correcto y lo incorrecto, su descaro los ha hecho olvidar que la política es una fuerza eficaz sólo cuando obedece a objetivos claros y bien intencionados, se convierte en violencia en el momento en que echa mano de motivos ajenos al bien general. 

De ahí que los impulsores y militantes del frente anti-AMLO supongan que años de adiestramiento de la población en hábitos burgueses, a través de la familia y la actividad social han condicionado a la gente a compartir con ellos lo que piensan y hacen. Esta fantasía alimenta su razón cínica, que no ingenua, generando así una falsa consciencia que no opera con el ciudadano informado de los tiempos actuales que examina y entiende lo que está sucediendo, que sabe que detrás de los abusos de poder de los gobiernos que precedieron a la 4T actuaban fuerzas contrarias a sus intereses y ya nadie vive de promesas incumplidas. 

La equivocación de la derecha, ante este nuevo panorama electoral está en no sacar a discusión los grandes problemas nacionales, pues demuestra que su proyecto no tiene la intención de confrontar sus propuestas (si es que existen) y superarlas, con las soluciones que el actual Gobierno ha ofrecido en el terreno de los hechos. A lo mejor que cree que para ganar la próxima elección basta con declarar que quieren gobernar porque los otros lo están haciendo mal; actitud que recuerda a Mussolini de la Italia de los años treinta del siglo pasado cuando se le preguntó: “¿Cómo justifican los fascistas su pretensión de gobernar Italia? ¿Cuál es su programa? Respondió: “Es muy simple, nuestro programa es que queremos gobernar” (Slavoj Zizek. El sublime objeto de la ideología. Siglo XXI Editores. 2021). 

La estrategia puesta en marcha por la derecha tiene nombre, definición, sentido y connotación, se le denomina negacionismo; actitud conductual e ideológica que se caracteriza por evadir la confrontación con la realidad cuando les es incómoda; en el este caso, el conservadurismo político, sus pasadas experiencias, con sus prácticas, costumbres y falta de imaginación la obligan a recurrir a tácticas condenadas al fracaso: dar la espalda a toda innovación, sin considerar que sea potencialmente benéfica para el país; postura que se acentúa cuando los cambios afectan sus intereses; entonces, al no saber superar el shock este es vivido como trauma y los impele a aferrarse a lo viejo como lo único verdadero, al mismo tiempo que rechazan lo nuevo por sospechoso; todos los conservadurismos de derecha modernos se fundan sobre antropologías pesimistas, ven como peligrosas todas las formas diferentes de vida, sobre todo en aquellos lugares donde los grupos preponderantes instauraron un ejercicio de dominación arrogante, de menosprecio y discriminación hacia los que no pertenecen a su clase.

Son parte del negacionismo personajes como Donald Trump y Jair Bolsonaro, quienes niegan el cambio climático, la gravedad de la COVID-19, la legitimidad de las elecciones cuando no los favorecen (negacionismo electoral que ha llevado al asalto del capitolio en EU y al asalto en Brasil de los edificios de los tres poderes). La irracionalidad de estos grupos normalmente culmina con la infamia de negar la realidad con ingenuos e inadmisibles argumentos, inaceptables falacias y reprobables actos; con estas tácticas buscan que una masa a la que consideran desinformada y poco reflexiva acepte su retórica. Recurso perverso que se identifica con el citatísmo, subterfugio utilizado para someter a un pueblo a la obediencia pasiva, por considerarlo carente de inteligencia y traumatizado intelectualmente (Ver Lev Vygotsky. La conciencia como problema de la psicología conductual). Una muestra del abuso de esta técnica es la abundancia en nuestro medio de los fake news que circulan en Internet a través de redes sociales y otros medios difundidos por influencers, falsos especialistas, intelectuales orgánicos, “líderes” de opinión, etc., hombres de paja, que se prestan a apoyar sus débiles ideas a cambio de una paga. Ejemplos hay muchos, citemos uno: desde el inicio del actual sexenio estos “especialistas” afirmaron que el precio del dólar podría alcanzar los 35 pesos, la moneda norteamericana está actualmente por debajo de los 19 pesos y ahora simplemente callan.

Ampliemos los ejemplos: en abril de 2020 el Congreso de Aguascalientes, dominado por el  PAN, se opuso a la iniciativa de Ley que hacía de la pensión para adultos un derecho constitucional; atrevidos “opinionista” y grupos de extrema derecha se han opuesto al gasto de un billón 500 mil millones de pesos del actual Gobierno en este rublo, además de pensiones para niños con discapacidad, becas para estudiantes, atención médica y medicamentos gratuitos diciendo que ese dinero, según su punto de vista, podría tener una mejor inversión. Pasan por alto que ese ingreso extra distribuido entre la población de escasos recursos se gastó en necesidades reales y, lo que es más valioso, de no haberse inyectado a la economía nacional ese dinero estaríamos padeciendo una severa crisis económica postcovid. En cambio, preguntémonos ¿Dónde están los billones de pesos producto de la corrupción de los gobernantes y funcionarios del PRI y el PAN? Seguramente en Andorra, Inglaterra, España, la Bahamas o en algunos otros bancos extranjeros. 

No obstante, con la mayor hipocresía social y con las mismas tácticas, la derecha ha descalificado: la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya, la Vía férrea de FFCC del Istmo de Tehuantepec, el Aeropuerto Felipe Ángeles y otras. En materia legislativa los congresistas de derecha bloquearon o modificaron las siguientes iniciativas de Ley: De la Industria Eléctrica, la de regulación de la Minería, la relativa a los Hidrocarburos, la de Revocación de Mandato, la de Seguridad Nacional, la Reforma a los artículos de la Constitución en Materia de Energía y a los correspondientes al Sistema Electoral.

Por otro lado, las representaciones ideológicas de la derecha la han llevado también a oponerse, por “inmorales”, al aborto, al derecho reproductivo de la mujer a decidir por su cuerpo, al soberanismo de la nación, a la redistribución del ingreso, rechazo de los migrantes, a los indígenas, a los pobres, a los “chairos” y a AMLO. 

Por higiene social, no podemos permitirle a la derecha dar libre paso a sus ambiciones; estamos a tiempo de evitarlo. Si su último recurso es el fascismo, la violencia material o la vía judicial como está ocurriendo en Sudamérica (Brasil con Vilma, Bolivia con Evo y Perú con Pedro Castillo) estamos a tiempo de despojarlos del hacha. 

Melvin Cantarell Gamboa
Nació en Campeche, Campeche, en 1940. Estudió Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es excatedrático universitario (Universidad Iberoamericana y Universidad Autónoma de Sinaloa). También es autor de dos textos sobre Ética. Es exdirector de Programas de Radio y TV. Actualmente radica en Mazatlán, Sinaloa.

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