Mientras 100 millones de tiburones mueren anualmente a causa de la caza para comerciar sus aletas, estos animales provocaron sólo nueve muertes el año pasado a debido a mordeduras “no provocadas”.
Miami, 24 ene (EFE).- Nueve personas perdieron la vida en 2021 a causa de mordeduras de tiburón “no provocadas”, una cifra diminuta si se compara con los 100 millones de escualos que se calcula que mueren cada año a causa del comercio de sus aletas.
El Archivo Internacional de Ataques de Tiburón (ISAF), una entidad de la Universidad de Florida que es considerada la máxima autoridad mundial en la materia, publicó este lunes su informe anual, que vuelve a demostrar que el riesgo de que una persona sea mordida por un tiburón es “extremadamente bajo”, aunque las probabilidades aumentan si uno practica el surf u otro deporte con tabla en el agua.
El ISAF investigó 137 supuestas interacciones entre tiburones y humanos registradas en todo el mundo en 2021 y confirmó 73 mordeduras de tiburón a humanos no provocadas y 39 provocadas.
En la categoría “mordeduras provocadas” se incluyen, por ejemplo, incidentes en los que las personas han acosado o tratado de tocar o alimentar a tiburones o estaban tratando de desenganchar a un tiburón que se tragó un anzuelo o retirándolo de una red de pesca.
La cifra de 73 ataques no provocados es ligeramente superior al promedio más reciente de cinco años (2016-2020), que es 72.
The 2021 ISAF annual report is now live! Learn more about the shark and human encounters of 2021 by visiting the report. #Shark @FloridaMuseum
@UFNews @UFExplore @UFEarthSystems @UFsharkresearch https://t.co/9GOH4kHlyY— UF Shark Research (@UFsharkresearch) January 24, 2022
En total hubo este año once muertes relacionadas con tiburones, de las cuales nueve ocurrieron a consecuencia de incidentes considerados como no provocados.
Este número está por encima del promedio mundial anual de cinco muertes no provocadas por año, pero las tendencias a largo plazo muestran una disminución en el número de muertes anuales.
“La variabilidad de un año a otro en las condiciones oceanográficas, socioeconómicas y meteorológicas influye significativamente en la abundancia local de tiburones y humanos en el agua”, dijo ISAF.
ESTADOS UNIDOS, NÚMERO UNO EN ATAQUES Y AUSTRALIA EN MUERTES
Estados Unidos es el país con mayor número de mordeduras no provocadas (47 casos), un 33 por ciento más que en 2020, seguido de Australia (12) y Brasil (3).
La lista se completa con un caso de mordedura no provocada en cada uno de los siguientes países: Canadá, Ecuador, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y San Cristóbal y Nieves.
De las nueve muertes que dejaron los 73 ataques no provocados en 2021, tres fueron en Australia, dos en Nueva Caledonia y el resto en Brasil, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Durante décadas, Florida ha encabezado las listas mundiales en el número de mordeduras de tiburón y esta tendencia continuó en 2021, señala el informe.
Los 28 casos de Florida representan el 60 por ciento del total de EU y el 38 por ciento de las mordeduras no provocadas en todo el mundo. Esto es consistente con el promedio anual de cinco años más reciente de Florida de 25 incidentes.
Sin embargo, el caso fatal de 2021 en EU ocurrió en California.
Los surfistas y otros practicantes de deportes acuáticos con tabla fueron el 51 por ciento de las víctimas de los ataques no provocados y los nadadores y los que vadean aguas poco profundas el 39 por ciento.
“El riesgo de ser mordido por un tiburón sigue siendo extremadamente bajo. Las tendencias a corto plazo aún muestran que las mordeduras mortales y no mortales están disminuyendo”, dice ISAF, que también destaca que las tasas de mortalidad han disminuido durante décadas, lo que refleja los avances en la seguridad de las playas, los avances médicos y un aumento de la conciencia pública”.
En cuanto al aumento de las muertes en 2021, el instituto académico dijo no ver “motivo de alarma”.
“En este momento, no hay evidencia de que el aumento reciente de muertes esté relacionado con algún fenómeno natural. Más bien es probable que sea la consecuencia del azar, una conclusión subrayada por el hecho de que el número de mordeduras no provocadas está en línea con las tendencias recientes de cinco años”, concluyó.