Durante la primera quincena de enero la inflación presentó un fuerte incremento derivado principalmente del impacto del alza en los precios de las gasolinas desde el comienzo del mes. De acuerdo con el Inegi se ubicó en 4.78 por ciento, mayor al estimado por el Banco de México, que es de 4 por ciento. Especialistas adelantaban que el aumento al precio de los combustibles de hasta 20 por ciento, tendría un impacto inmediato en la inflación. El sondeo de Bloomberg preveía un aumento de 4.52 por ciento, pero fue superada.
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Ciudad de México, 24 de enero (SinEmbargo).– Los precios al consumidor registraron un incremento de 1.51 por ciento, así como una tasa de inflación anual de 4.78 por ciento en la primera quincena de enero, derivado principalmente del alza en el Gas LP y en los precios de la gasolina, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El índice inflacionario se ubicó por arriba del rango objetivo del Banco de México (Banxico), que es de 4 por ciento máximo para este 2017 y es el mayor nivel desde la segunda mitad de septiembre de 2012.
Especialistas consultados por SinEmbargo en diciembre del año pasado adelantaban que el aumento al precio de los combustibles de hasta 20 por ciento, tendría un impacto inmediato en la inflación.
Abraham Vergara Contreras, coordinador de Incubadora de Negocios de la Universidad Iberoamericana, dijo a este medio que los efectos reales se harían presentes en el Primer Trimestre de 2017. “El aumento en la gasolina traerá incrementos en el transporte, a los productores y en consecuencia, en las mercancías y productos finales. Todo se verá reflejado en lo que el consumidor final gastará”, explicó.
El sondeo de Bloomberg entre analistas estimaba un aumento de 4.52 por ciento, pero fue superada la primer quincena de enero.
Durante la primera quincena del año la inflación subyacente, que no incluyen energía y alimentos dada su alta volatilidad, apuntó un aumento de 3.72 por ciento en el año.
Por el contrario, el componente no subyacente observó una inflación anual de 8.02 por ciento, por la mayor presión que ejercieron los precios de energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno, los cuales se incrementaron para ubicarse en 11.97 por ciento.
Los precios de energéticos tuvieron un aumento de 16.53 por ciento.
Además de la gasolina, los consumidores resintieron alzas en alimentos como la cebolla, el autobús urbano y los derechos por suministro de agua con alzas quincenales de 11.61, 3.94 y 2.34 por ciento, respectivamente.
En contraste, el jitomate, el transporte aéreo y la uva registraron caídas de 26.44, 23.80 y 8.46 por ciento, respectivamente.
El 1 de enero comenzaron a aplicarse en todo el país precios máximos regionales, que implicaron aumentos de hasta 14.2 por ciento, 20.1 por ciento y 16.5 por ciento para las gasolinas Magna y Premium, así como el diésel, respectivamente.
El aumento se debe al proceso de liberalización de gasolina que el Gobierno federal adelantó para este año. Se trata de una de las acciones de la Reforma Energética que busca acabar con el monopolio de Petróleos Mexicanos (Pemex) y ofrecer a los mexicanos un mercado de gasolinas, en el que hasta el momento participan, además de Pemex, Oxxo e Hidrosina. De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Economía, a finales de 2017, la cantidad de franquicias podría ser del doble de las 11 mil 431 que hay actualmente.
Pero más allá de la oferta que se gozará para entonces, la afectación en la economía de los consumidores es el tema que hoy preocupa, pues se da cuando apenas inició la recuperación gradual del salario mínimo.
La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) anunciaron la primera semana de diciembre que el aumento al salario mínimo para 2017 sería de 80.04 pesos diarios. El ajuste se realizó a través de una fórmula que incluye un incremento nominal de 4 pesos y otro de 3.9 por ciento. Es decir, 7 pesos más respecto a la cantidad decretada el año pasado.
LAS PROTESTAS POR GASOLINAZO
Los manifestantes inconformes por el alza de la gasolina han ocupado varias ocasiones este mes carriles de inspección de vehículos provenientes de Estados Unidos.
A solicitud del gobierno mexicano, las autoridades estadounidenses han impedido el paso de los vehículos a México.
En otros lugares, las autoridades mexicanas han abandonado sus puestos y dejado que los manifestantes ocupen las instalaciones y saluden a los automovilistas que pasan libremente sin que se les detenga para inspección.
El domingo, las autoridades estadounidenses suspendieron durante cinco horas y media el avance de vehículos hacia el sur en el puerto fronterizo de San Ysidro, entre Tijuana y San Diego, el punto de tránsito más intenso entre ambos países.
La Patrulla de Caminos de California desvió a los automovilistas varios kilómetros (millas) hacia el este, hacia el paso fronterizo de Otay Mesa.
Por tercer fin de semana consecutivo, estuvo cerrado el acceso por autopista hacia México en San Ysidro. En Nogales, Arizona, los automovilistas fueron desviados el domingo a otro paso fronterizo por segunda vez este mes.
“No conozco ningún precedente de manifestantes que hayan tomado el control de los puertos fronterizos en ninguna de ambas direcciones”, dijo a AP, David Shirk, profesor adjunto de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad de San Diego.
“Obviamente pone de manifiesto el actual sentir de la opinión pública en México, que es extremadamente antigubernamental”, agregó.
Estas movilizaciones en los puertos fronterizos no han afectado a las personas que viajan de México a Estados Unidos ni a quienes lo hacen a pie en sentido contrario.