"Nos ayuda saber que esta situación va a pasar, esto no va a ser eterno", señala a Europa Press la psicóloga Tamara Cabrera, quien insiste en no seguir "anclados" a todo lo que ha pasado en 2020 y encontrar la "motivación" pese a las restricciones que imponen las instituciones.
Madrid, 23 de diciembre (Europa Press).- Los psicólogos ven en la celebración de la próxima Navidad un momento "ideal" para hacer un "cierre de etapa" tras un duro 2020 por los efectos de la pandemia de coronavirus y tener "actitud positiva" para analizar las oportunidades que presenta el nuevo año.
"Nos ayuda saber que esta situación va a pasar, esto no va a ser eterno", señala a Europa Press la psicóloga Tamara Cabrera, quien insiste en no seguir "anclados" a todo lo que ha pasado en 2020 y encontrar la "motivación" pese a las restricciones que imponen las instituciones.
En su opinión, la Navidad representa "la chispa y la ilusión" del año y mucha gente la ve como "una oportunidad de decorar" las casas, por ejemplo, frente a otras personas que "la ven con tristeza". "A esas hay que enseñarles que hay otra forma de vivirlas, aunque no puedan estar con amigos o familia", agrega.
No obstante, tiene claro que no se puede "obviar la realidad", pero hay adaptarse ya que "vivir el momento es fundamental" y la Navidad es "alegría y unión, no una fantasía", y muchas personas depositan cada año "muchas expectativas".
En esa línea, está a favor de que los ayuntamientos hayan optado por realizar los alumbrados navideños --más allá del costo económico que hayan ocasionado-- porque tras "un año duro", donde aparte de la pandemia muchas personas han perdido su empleo o están dentro de un ERTE, "es positivo ir por la calle con la familia y ver las luces".
Cabrera insiste en que celebrar la Navidad como un final de ciclo y no "un desahogo o un kit kat" para no volver a lo de antes cuando pasen las fiestas. "Voy a cerrar esta etapa y ver qué es lo que viene, es una ampliación de miras y de buscar alternativas", señala.
Tampoco obvia que este año cada familia tiene sus "peculiaridades" porque puede haber pérdidas por el coronavirus y habrá "tristeza", y frente a la tentación de querer olvidar, es partidaria de "darle sentido" a las emociones que están viviendo.
"Si este año tengo sillas vacías, tengo que asumirlo, estaré triste pero buscaré mecanismos para vivir con ella", subraya, destacando que en el caso de las familias que tengan fallecidos por la COVID-19 "va a ser muy duro" porque como no hubo duelo, "se va a acusar aún más la falta, es un proceso inevitable".
Por ello, reclama mucho apoyo familiar e incluso, evaluar si hace falta alguna terapia adicional.
En cuanto a las personas que suman al desazón del coronavirus la crisis económica, sostiene que necesitan "mucha implicación" de las instituciones y "apoyo emocional y familiar" para tratar de vivir una realidad que muchas veces "les ha tocado" sin depender de ellos mismos. "Las instituciones tienen que ponerse las pilas para cubrir las necesidades básicas", señala.
VOLVER A LA "ESENCIA" DE LA NAVIDAD Y DEJAR EL CONSUMISMO
Además, apunta que estas navidades pueden servir para apuntalar más los valores propios de las fechas que en los últimos años se han perdido por el "consumismo" excesivo, de ahí que pida "volver a la esencia" de repartir y compartir. "A lo mejor no hay que hacer comidas tan copiosas ni vivir a un nivel que no está permitido, sino tener más humildad", indica.
Cabrera, que valora la "implicación" de los niños durante la pandemia, reclama el "reconocimiento" de las instituciones sobre la figura del psicólogo, especialmente cuando las enfermedades de salud mental tocan a la puerta como consecuencia de la pandemia.
"Hay situaciones muy duras que generan sintomatología a las personas", detalla, poniendo como ejemplo a personas que no podían hacer el duelo de un familiar fallecido por coronavirus, mayores que se quedan solos en las casas, la ansiedad y el miedo en los niños con la vuelta al colegio o el temor al cierre del negocio o la pérdida del puesto de trabajo.