El fenómeno del rap tiene una historia que comienza desde los años 60 a inicios de los 70 en el Bronx. Una cultura donde se familiarizaron algunos sectores marginados de la población, como grupos de migrantes provenientes sobre todo de Jamaica, menciona el estudiante de literatura intercultural Juan Juárez Martínez, que actualmente realiza su proyecto de tesis en el Lanmo sobre el rap, asesorado por el doctor en literatura comparada Santiago Cortés Hernández.
Por Paloma Carreño Acuña
Morelia, Michoacán/Ciudad de México, 23 de diciembre (Agencia Conacyt/SinEmbargo).- Nace en el Bronx y evoluciona como una compleja estructura que devela los más profundos secretos de la calle. El rap se estudia desde hace unos años en la academia como una forma de abordar las culturas populares urbanas y ganar un mejor entendimiento de las dinámicas sociales que se materializan en las expresiones artísticas.
El Laboratorio Nacional de Materiales Orales (Lanmo) de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), unidad Morelia, hace un trabajo interinstitucional para el estudio multidisciplinario de los discursos orales, así como las manifestaciones derivadas de ellos como son los gestos, la sonoridad, la memoria, corporalidad, ritualidad, expresiones musicales, entre otras.
Esa es la base que les permite estudiar las dinámicas sociales, formas de comunicación, estructuras de pensamiento, congregar los saberes locales, profundizar las prácticas tradicionales y las manifestaciones artísticas.
“Hace 10 años aproximadamente se comenzó a estudiar desde la etnomusicología los temas de contracultura y escenas musicales subalternas, debido a su contenido social y musical”, señala el doctor en etnomusicología y técnico del Lanmo, Roberto Campos Velázquez.
A pesar de que su estudio es reciente, este fenómeno tiene una historia que comienza desde los años 60 a inicios de los 70 en el Bronx. Una cultura donde se familiarizaron algunos sectores marginados de la población, como grupos de migrantes provenientes sobre todo de Jamaica, menciona el estudiante de literatura intercultural Juan Juárez Martínez, que actualmente realiza su proyecto de tesis en el Lanmo sobre el rap, asesorado por el doctor en literatura comparada Santiago Cortés Hernández.
Para Roberto Campos Velázquez, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el rap “se estudia porque con el tiempo se ha convertido en una de las más importantes expresiones de arte urbano, por el foco internacional que ha ganado con los años”.
Ese foco no solo se debe a la musicalidad tan característica del rap, sino también a que a través de él se ha expresado la crítica a la colonización, racismo, explotación, etcétera. Juan Juárez explica que el hip hop se puede abordar en sus diferentes elementos.
“En la época dorada del rap, los años 90, se abordó el gangsta rap con su discurso de violencia, pero también se generó un discurso social con crítica al racismo, sobre todo. Así se dio voz a los que habían sido históricamente silenciados. Cuando se internacionalizó llegó a otros espacios donde también había algo que decir, por lo que se fueron incorporando nuevas realidades y generando una escena más consciente en el rap”, explica Juárez Martínez.
Pero se mantuvieron los pilares sobre los que se construyó el rap: el rol del DJ, rap, break dance y grafiti.
Cortés Hernández menciona que hay raperos que son también académicos, en esa búsqueda de crear y pensar su actividad. Ejemplos de ellos son Menuda Coincidencia, Franchini, Olmeca, Feli Dávalos, entre otros.
El estudio del discurso y de las expresiones urbanas no se limita solamente al rap, Cortés Hernández dio el ejemplo de los albures, este juego de palabras con doble sentido que conforma la identidad mexicana.
“Aunque no se aborde de forma específica, ya ha sido retomado por académicas como Helena Beristáin. Lo que los unifica es la intención de estudiar las culturas populares urbanas. El caso del rap es privilegiado porque ha obtenido un foco internacional y, por su contexto, permite que se estudie desde diferentes disciplinas como la etnografía, musicología, antropología, literatura”.
Un evento en la Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo convocó a los raperos de la ciudad para dialogar sobre si en el rap se habla de las drogas como una apología o haciendo una crítica.
Fue organizado por el doctor en ciencias de la educación, Víctor Hugo Valdés Peña, catedrático de la facultad, junto con los estudiantes José Alberto Piña y Víctor Manuel Zamudio, para exponer la lejanía que tienen las instituciones educativas y gubernamentales con el rap y expresiones alternativas.
El rapero moreliano RITEK mencionó que el rap ha sido una forma de resistencia, pero en esa finalidad hay también una responsabilidad.
“El rap mueve a las juventudes. El ritmo nos educa, por más rebeldes que nos creamos tenemos que educarnos. Yo he estado en lo más ‘culero’ de la calle, pero salí para poder estudiar. El rap tiene que pasar por eso también, de la calle a la universidad porque somos comunicadores”.
Y aunque como una expresión artística exista un debate sobre si tiene o no una responsabilidad o deber ser, los doctores del Lanmo señalan que es innegable su relación con la academia.
PRIMERA CUMBRE LATINOAMERICANA DE RAP: VOCES DEL HIP HOP
Las actividades del Laboratorio Nacional de Materiales Orales consisten en la construcción del repositorio, documentación en campo, documentación en archivo, actividades con comunidades, procesamiento y edición de materiales orales, desarrollo de instrumentos electrónicos, experimentación sonora, grabaciones de estudio y realización de actividades académicas.
Dentro de las últimas se hace un evento magno cada año. El año pasado se realizó el Congreso Internacional de Poéticas de la Oralidad: Homenaje a Margit Frenk.
“Este año nuestro evento magno fue la Primera Cumbre latinoamericana de Rap: Voces del Hip Hop, que fue en septiembre, donde participaron más de 25 raperos del mundo: España, Colombia, Chile, Cuba, Argentina, Costa Rica, Guatemala y México”, menciona Juan Juárez Martínez, coordinador principal del proyecto.
No se trató de un evento académico donde se estudió el hip hop, sino un evento académico construido desde los raperos, explicaron los organizadores. En el encuentro, se presentaron siete mesas temáticas en donde se abordaron temas como Rap y Sociedad I y II.
Roberto Campos Velázquez menciona que “debido a la internacionalización del rap se incorporaron nuevas voces y elementos. Los pilares del rap en Latinoamérica son consistentes con el rap originario; sin embargo, no se ha llegado a un acuerdo de cómo manejar el contexto latinoamericano. Con esta cumbre pretendemos que además de que se estudie el rap, se genere una congregación sobre el quehacer de este, así como las líneas de pensamiento”.
Otro tema en la cumbre, que tuvo como sede el auditorio de la CSAM de la UNAM, campus Morelia, fue el Hip Hop y las lenguas originarias, con el fin de visibilizar el fenómeno de asunción del rap por culturas originarias, haciendo un espacio para analizar la mexicanidad en el género.
“Las lenguas operan en diferentes esquemas de pensamiento. La semántica musical cambia según el idioma. Es un tema que se tiene que poner sobre la mesa porque los jóvenes, sin importar su contexto, están acudiendo al rap para expresarse, ¿por qué están eligiendo este vehículo y no otros? Eso es lo interesante”.