Una delegación de cinco congresistas estadounidenses cruzó la frontera hasta la ciudad mexicana de Tijuana, donde se entrevistaron con unos 40 migrantes de países africanos, en su mayoría de Camerún y de Sierra Leona.
San Diego (EEUU), 23 nov (EFE).- Congresistas estadounidenses del subcomité de Asuntos Exteriores para África y representantes de organizaciones defensoras de los migrantes criticaron este viernes el racismo del que son víctimas los africanos solicitantes de asilo que permanecen en México mientras esperan la resolución de sus casos.
“Hay un secreto a gritos en México, que hay mucho racismo; discriminan contra los indígenas y también contra las personas africanas”, dijo el congresista Juan Vargas, de San Diego.
Una delegación de cinco congresistas estadounidenses cruzó la frontera hasta la ciudad mexicana de Tijuana, donde se entrevistaron con unos 40 migrantes de países africanos, en su mayoría de Camerún y de Sierra Leona.
“Me sentí muy dichoso de haber entendido las historias que contaron con sus propias palabras y a través de sus lágrimas, del racismo que tienen que soportar en México, sobre el que tenemos que hacer algo”, dijo en UNA posterior conferencia de prensa el congresista Vargas.
La directora ejecutiva de la Alianza Negra para una Inmigración Justa, Nana Gyamfi, informó que los migrantes africanos “son invisibles para el gobierno de México; nadie sabe cuántos hay pero (organizaciones sociales) calculan que pueden haber hasta diez mil migrantes entre Tapachula, en la frontera con Guatemala, y la frontera con Estados Unidos”.
Gyamfi destacó que la presión del presidente Donald Trump y la amenaza de aumentar los aranceles a México “obligó a cambiar la política liberal de México por una lamentable política de migración”.
La directora de la organización comentó que además de sufrir discriminación los migrantes africanos se enfrentan en el país latinoamericano a la barrera del idioma, lo que los hace más vulnerables.
El congresista Juan Vargas expresó que los migrantes que llegan de países africanos deberían de tener prioridad para solicitar asilo ante las autoridades estadounidenses.
Douglas Stephens, un exfuncionario del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) que trabajó como oficial de entrevistas a solicitantes de asilo, urgió al subcomité a exigir cambios en la política migratoria.
Stephens dijo en la rueda de prensa que renunció a su cargo “luego de comprender que la política de la Administración Trump lo que quería era acabar con la política de asilo” a través del programa de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés).
Implementado desde enero, a través de este programa, conocido como “Permanecer en México”, se envía a ciudades fronterizas mexicanas a los migrantes para que esperen las resoluciones de sus peticiones de asilo.
La abogada Kate Clark, de Servicios Familiares Judíos de San Diego, dijo que actualmente menos del 2 por ciento de los migrantes en el programa MPP tiene representación de abogados, “que es un requisito indispensable para que las cortes de migración comprendan las circunstancias y otorguen asilo”.
Por su parte la directora de Defensa Legal de Amnistía Internacional (AI) Estados Unidos, Charanya Krishnaswami, dijo al subcomité que todos los migrantes enfrentan en México situaciones lamentables, especialmente al sur de la frontera de Texas.
“En un campamento de cientos de tiendas de campaña, miles de personas, muchas de ellas familias con bebés, sobreviven fríos y mala alimentación y encierro”, dijo.
La visita de los legisladores se da el mismo día en que el diario The Washington Post informó que las autoridades federales están ampliando este programa al área de Tucson, en Arizona, desde donde se enviarán a los indocumentados a Texas para desde ahí remitirlos a Ciudad Juárez (México) a esperar sus casos de asilo.