Aunque ya se conocen los daños a la salud que puede implicar el vapeo, científicos aún analizan las repercusiones negativas que esta actividad puede generar a los no usuarios pero que se encuentra alrededor de un vapeador activo, ya que al realizar esta actividad se expulsan sustancias tóxicas que pueden perjudicar, no sólo a los usuarios también a quiénes lo rodean.
Ciudad de México, 23 de octubre (SinEmbargo).- Pese a que ya se conoce el daño que pueden generar los vapeadores y cigarros electrónicos en los consumidores poco se habla del riesgo que corren quienes no vapean pero inhalan indirectamente el humo, también llamado aerosol, que desprenden estos dispositivos.
Aunque no existen estudios que en este momento sean concluyentes, científicos e investigadores de todo el mundo ya empiezan a esbozar advertencias sobre el peligro que dichos dispositivos pueden representar, no sólo entre quienes los utilizan, también entre la población que se encuentra cerca de un vapeador regular.
Hace unos días la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), informó que realizó un estudio para analizar los vapeadores y su contenido, en el cual se detectaron 33 sustancias nocivas para la salud, de las que 30 no se encuentran declaradas en los empaques de estos productos.
Entre ellas se encuentran el dimetil éter, una sustancia altamente inflamable; el alcohol bencílico, que se utiliza en diversos tipos de jabones, cremas y productos de limpieza; el propionato de etilo; un componente que es causante del mal olor en el sudor; el acetato de isoamilo; una sustancia que se libera en el aguijón de las abejas; el linalol; que se utiliza como insecticida contra moscas y cucarachas; y el mentol, el cual facilita que exista una conexión con las células de quienes vapean y provoca que el producto sea más adictivo.
¡El vape te acorta la vida!
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El 24 de mayo, durante la conferencia virtual titulada “Los vapeadores en México”, la investigadora de la Facultad de Psicología, Ana Beatriz Moreno Coutiño y Guadalupe Ponciano Rodríguez, de la Facultad de Medicina, ambas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alertaron que, pese a que el tabaquismo no se ha podido erradicar en el país, ahora se suma una problemática: el uso de vapeadores y cigarros electrónicos.
Las investigadoras subrayaron sobre la popularidad de dichos dispositivos, ya que están enfocados a consumidores más jóvenes, lo que representa un peligro, debido a que, coincidieron, no sólo es la puerta de entrada al tabaquismo, también representa un riesgo por las sustancias que contienen, la nicotina y los cannabinoides, y que estaría al alcance de, incluso, menores de edad.
De acuerdo con una nota informativa de la Comisión Nacional contra las Adicciones publicada el 22 de agosto de 2019, 975 mil personas, de entre 12 y 65 años, en México utilizaban de manera regular algún dispositivo de vapeo o cigarrillos electrónicos, mientras que aproximadamente cinco millones los han probado en al menos una ocasión.
A esto suma los efectos perjudiciales en la salud de terceros, quienes no consumen este tipo de productos, pero inhalan indirectamente las sustancias que mediante el vapor los dispositivos arrojan, situación que desde hace años se viene estudiando, entre las que se encuentran el propilenglicol y la glicerina vegetal, que tienen un efecto irritante en las vías respiratorias, además de la sustancia conocida como formaldehído, misma que se forma si el e-líquido se sobrecalienta, y que es causante de cáncer, indicaron las expertas de la UNAM.
Este vapor, denominado aerosol, puntualizaron las especialistas, afecta aparatos como el respiratorio, el cardiovascular y el reproductor, así como la cavidad oral. También están relacionados con un mayor riesgo de malformaciones congénitas, así como con la producción de gran cantidad de tumores, detalló la académica Ponciano Rodríguez.
A través de un comunicado, el 25 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertó que niños y adolescentes corren mayor riesgo de utilizar vapeadores, los cuales se promocionan bajo diseños llamativos que los hacen parecer “atractivos, inofensivos, de alta tecnología y de lujo”, lo que es sólo una estrategia de mercadotecnia.
La OMS también emitió una declaración el 27 de julio de 2020, en la que destacó que los vapeadores y cigarros electrónicos pueden llegar a representar un mayor riesgo para la salud, ya que las toxinas presentes en los aerosoles podrían mantener concentraciones más altas de las que se encuentran en el humo de los cigarros comunes.
El pasado 19 de mayo, la Cofepris del Gobierno mexicano emitió una “alerta sanitaria máxima” contra los vapeadores y los cigarros electrónicos por contener acetato de vitamina E y los riesgos a la salud que esta sustancia representan.
“El acetato de vitamina E es una forma esterificada de vitamina E y es un producto químico también conocido como acetato de tocoferilo o D-alfa tocoferilo, liquido claro de color amarillo”, el cual se “encuentra contenido en los cartuchos líquidos para los vapeadores ya sea de manera independiente o con THC”, explicó la dependencia mediante un comunicado.
La Cofepris añadió que la alerta se declaró por “los carcinógenos y sustancias tóxicas que representan un grave riesgo a la salud de personas consumidoras”, por lo que avisó que “se fortalece la vigilancia sanitaria y el aseguramiento de dispositivos en los órdenes federal y estatal”.
Asimismo, detalló que las características físico-químicas del acetato de vitamina E físico químicas se modifican cuando se calienta en los cigarrillos electrónicos, ya que se forma un ceteno, “un compuesto reactivo que tiene el potencial de ser un irritante pulmonar, dependiendo de la concentración utilizada puede interferir en el funcionamiento normal del sistema respiratorio adhiriéndose al tejido pulmonar ocasionando la formación de trombos por la inhalación de esta sustancia”, indicó.
Señaló que si esta sustancia es ingerida o aplicada a temperatura ambiente “no genera aparentemente un efecto adverso mayor o de riesgo”, pero al calentarse e inhalarse “produce los efectos perjudiciales a la salud”, como la Lesión Pulmonar Asociadas al Cigarrillo Electrónico o al Vapeo (EVALI, e-cigarette or vaping associated lung injury, por sus siglas en inglés), que de acuerdo con la definición establecida por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), son daños pulmonares relacionados al uso de estos dispositivos, en los que “el principal agente causal es el acetato de vitamina E”, retomó la Cofepris.
“En Estados Unidos se observó un pico de incidencia en septiembre de 2019 con enfermedades asociadas al uso de cigarrillos como la EVALI. Desde entonces se ha llevado a la hospitalización de más de dos mil 500 personas y hasta 57 muertes reportadas en la primera semana de enero de 2020, la mayor parte en jóvenes y con uso tanto de nicotina como de tetrahidrocannabinol y cannabidiol”, refirió la dependencia mexicana.
Además, reiteró que en el territorio nacional “los productos catalogados como vapeadores o similares” están prohibidos, por lo que no cuenta con autorización sanitaria por parte de la Cofepris ni el reconocimiento por parte de la Secretaría de Salud para su venta y distribución, ya que no son “productos de riesgo reducido o como una alternativa para dejar de fumar”.
Aunque en noviembre de 2021, la Cofepris ya había emitido una alerta en la que advirtió de los graves daños a la salud que pueden provocar estos dispositivos, en la alerta de mayo elevó a su máximo nivel la misma, por lo que también se comprometió a fortalecer las acciones de vigilancia para combatir la venta de estos productos, ante el riesgo que implica, particularmente en la población de menores de edad.
🚨⚠️Anuncian @SEGOB_mx y Cofepris alerta sanitaria máxima para #vapeadores. Se fortalece la vigilancia sanitaria y se implementan nuevas acciones para proteger la salud de la población. https://t.co/3FL7pxYTQu pic.twitter.com/Dl9EiEaOvt
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En el estudio titulado “Impacto respiratorio de los cigarrillos electrónicos y el tabaco de “bajo riesgo”, publicado en la revista de investigación Clínica, Medigraphic, literatura Biomédica, un grupo de investigadores alertó que el uso de los cigarros electrónicos “se ha relacionado con un aumento de los síntomas en personas con asma, fibrosis quística y enfermedad pulmonar obstructiva crónica”, y recordó que una de las “principales preocupaciones de la salud pública” tiene que ver con el incremento del uso de cigarros electrónicos, particularmente entre quienes nunca habían fumado.
En este sentido, explicaron que esta alarma estaría enfocada a niños y adolescentes, población que podría estar en riesgo de hacerse adicta a la nicotina, y con ello, tener la posibilidad de que se conviertan en un fumadores convencionales con el paso del tiempo, por lo que también los autores del estudio hicieron un llamado a no considerar a los cigarros electrónicos “como productos inofensivos”.
En noviembre de 2020, el Ministerio de Sanidad de España alertó sobre la emisión que generan los cigarros electrónicos, ya que entre los ingredientes que contienen se encuentran el propilenglicol, partículas PM2.5, nicotina y sustancias cancerígenas, las cuales, no sólo contaminan los espacios cerrados, también podrían poner en riesgo la salud de quienes se exponen de manera pasiva a las mismas.
“La utilización de estos productos genera emisión de propilenglicol, partículas PM2.5, nicotina y sustancias cancerígenas, que pueden contaminar los espacios cerrados con los consecuentes riesgos por exposición pasiva”, advirtió la dependencia española en su informe titulado “Informe sobre los cigarrillos electrónicos: situación actual, evidencia disponible y regulación”.
Aunque en el apartado que se titula “Exposición pasiva al aerosol”, se indicó que la comunidad científica aún es cauta respecto a los daños que podrían provocar los vapeadores y cigarros electrónicos en personas sometidas al humo estos productos, destacó que las evidencias de estos riesgos van en aumento, ya que los estudios más recientes señalan que las sustancias que se liberan al momento de realizar el vapeo son cancerígenas.
“Los estudios más recientes apuntan a que, debido a las sustancias cancerígenas que se liberan en la combustión de este tipo de líquidos, existe un riesgo de carcinogénesis en las personas que se ven expuestas a su aerosol”, indicó el Ministerio de Salud de España, el cual agregó que “otra forma de exposición es a través de la nicotina que queda adherida a las superficies de los revestimientos, muebles y tapicerías, en habitaciones donde se ha consumido el cigarrillo electrónico”, pero reconoció que es “una forma de exposición poco investigada y difícil de apreciar”.
Este 18 de octubre, Alejandro Ernesto Svarch Pérez, titular de la Cofepris, informó que la dependencia a su cargo realizó un estudio para analizar los vapeadores y su contenido, en el cual se detectaron 33 sustancias nocivas para la salud, 30 de ellas, acusó, son omitidas en su etiquetado.
“Nos dimos a la tarea de analizar algunos vapeadores en nuestro Laboratorio Nacional de Referencia, el mismo que liberó más de 10o millones de vacunas en el contexto de la COVID-19″, dijo durante la conferencia de prensa matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El funcionario destacó que “en ningún lugar, hasta este momento, existía una metodología para analizar las sustancias que contiene un vapeador, por lo que el equipo científico de la Cofepris dedicó decenas de horas de análisis y estudio para desarrollar una metodología propia con rigor técnico y científico”.
Desde Palacio Nacional, Svarch Pérez mostró una cromatografía realizada en su Laboratorio Nacional de Referencia, “la primera en el mundo para analizar las sustancias que día con día ingieren miles de jóvenes sin saber sus consecuencias”.
De acuerdo con lo expuesto, una cromatografía “nos permite detectar las sustancias que contiene un producto”, donde “cada una de las líneas verticales que observamos son un componente específico que encontramos en el vapeador, una molécula”.
“Como verán, en esta prueba detectamos 33 sustancias, de las cuales tan sólo tres son descritas o reportadas en el etiquetado de origen de los vapeadores analizados”, denunció el también médico cirujano.
En su intervención, señaló que “esto por sí mismo constituye un enorme engaño al consumidor, el cual confía que este producto es menos dañino que un cigarro convencional debido a que sólo tiene saborizantes y nicotina, cuando en realidad tiene otro tipo de sustancias o ingredientes de altísima peligrosidad para el ser humano”.
“En esta lámina podemos ver las tres sustancias que se encuentran declaradas en el etiquetado de origen. En esta otra podemos apreciar lo oculto, lo que los productores de vapeadores no quieren que sepamos. Destacamos las más peligrosas con una explicación comparativa para que los jóvenes puedan entender el riesgo específico de cada una de las moléculas. Encontramos, por ejemplo, linalool, utilizado para matar moscas y cucarachas”, advirtió el especialista en Medicina Interna.
Con este trabajo, agregó, “sumando a otras investigaciones científicas sobre los riesgos asociados al vapeo, podemos decir que ahora sí no hay nada más que puedan ocultar la industria del vapeo respecto a estos productos que constituyen no sólo un engaño, sino un enorme riesgo a la salud humana”, alertó.
Desde el 2015, médicos expertos del Baptist Health advirtieron que “los cigarrillos electrónicos pueden ser dañinos tanto para los fumadores como para los espectadores”, de acuerdo con lo señalado en una nota informativa de la revista Baptist Health South Florida, publicada el 23 de abril de 2015.
En la misma se explicó que los expertos indicaron que el peligro radicaba en que los cigarros electrónicos no poseían ningún tipo de filtrado por el que pasara el humo, como sí ocurre con los cigarros convencionales, lo que, aseguraron los expertos, aumentaba el riesgo de que las personas que se encontraran alrededor de un fumador de cigarro electrónico contrajeran padecimientos como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Además, aseguró Javier Pérez-Fernandez, médico de Baptist Health Medical Group y especialista en medicina pulmonar, el humo de segunda mano, como los expertos denominaron a los quienes no fuman cigarros electrónicos pero lo inhalan indirectamente, estaría relacionado con “cáncer de pulmón, la bronquitis, la sinusitis y con otras enfermedades cardiovasculares y coronarias”.
En este sentido, alertaron principalmente a trabajadores de lugares en los que se permitía hacer uso de vapeadores y cigarros electrónicos, como meseros, empleados de bares, casinos y similares, donde esta actividad está consentida, ya que, dijeron los investigadores, mantienen “una exposición prolongada e intensa al humo de segunda mano”.
En el estudio titulado “Efectos principales y secundarios de los cigarrillos electrónicos”, que se publicó en la revista Science Direct, el 15 de mayo de 2019, se señaló que aunque existe una “falta de datos médicos epidemiológicos estandarizados a corto y largo plazo” sobre los efectos por la exposición al humo de los cigarros electrónicos, tanto en usuarios regulares como en no usuarios, es un hecho que durante esta práctica se liberan elementos tóxicos.
Entres estos elementos se encuentran el acetaldehído, el formaldehído, la acroleína y el benceno, que “junto con otros volátiles asociados con el saborizante de líquido electrónico y la variabilidad del dispositivo”, además de la temperatura a la que se calienta el vapeador o cigarro electrónico arrojan “parámetros importantes que afectan la evolución de los COV y los aerosoles”, se indica en el estudio.
En octubre de 2021, se publicó un estudio en la revista Chemical Research in Toxicology, realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, en el que se descubrió que los aerosoles para vapear contienen casi dos mil de sustancias químicas desconocidas y no reveladas por los fabricantes, entre ellas sustancias químicas industriales y cafeína.
El estudio, el primero que aplica a los líquidos y aerosoles para vapear una técnica avanzada de huellas dactilares utilizada para identificar sustancias químicas en los alimentos y las aguas residuales, sugieren que las personas que vapean utilizan un producto cuyos riesgos aún no se han determinado por completo y podrían estar exponiéndose a sustancias químicas con efectos adversos para la salud.
“Las investigaciones existentes que comparaban los cigarrillos electrónicos con los normales descubrieron que los contaminantes de los cigarrillos son mucho más bajos en los cigarrillos electrónicos. El problema es que los aerosoles de los cigarrillos electrónicos contienen otras sustancias químicas no caracterizadas que podrían entrañar riesgos para la salud que aún desconocemos –afirma el autor principal, Carsten Prasse, profesor adjunto de salud ambiental e ingeniería en Johns Hopkins–. Cada vez más jóvenes utilizan estos cigarrillos electrónicos y necesitan saber a qué se exponen”.
Los estudios anteriores sobre los cigarrillos electrónicos han buscado específicamente pruebas de las sustancias químicas peligrosas que se encuentran en los cigarrillos tradicionales. Pero aquí los investigadores realizaron un análisis no dirigido para explorar toda la gama de sustancias químicas tanto en el líquido de vapear como en los aerosoles.
Utilizando una técnica de huellas químicas basada en la cromatografía líquida/espectrometría de masas de alta resolución, que nunca se ha utilizado en muestras de vapeo pero sí para identificar compuestos orgánicos en aguas residuales, alimentos y sangre, el equipo analizó cuatro productos populares: Mi-Salt, Vuse, Juul y Blu. Aunque es posible comprar productos de vapeo de cientos de sabores, en este caso, para mantener la coherencia, sólo se analizó el líquido con sabor a tabaco.
Characterizing the chemical landscape in commercial e-cigarette liquids and aerosols by liquid chromatography–high-resolution mass spectrometry: https://t.co/nzncF2NECJ
— American Thoracic (@atscommunity) October 8, 2021
Encontraron miles de sustancias químicas desconocidas en el líquido, y el número de compuestos aumentó significativamente en el aerosol. Además, detectaron compuestos similares a los hidrocarburos, típicamente asociados a la combustión, algo que, según los fabricantes, no ocurre durante el vapeo. En los cigarrillos tradicionales, los hidrocarburos condensados que se generan durante la combustión son tóxicos.
“Una de las principales razones por las que se comercializan los cigarrillos electrónicos es que funcionan a temperaturas inferiores a las de la combustión, lo que los haría más seguros que el tabaquismo tradicional –explica la autora principal, Mina Tehrani, becaria postdoctoral de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins–. Nuestro estudio demuestra que este novedoso enfoque de huellas dactilares puede aplicarse para evaluar si se están produciendo procesos similares a la combustión”.
El equipo encontró casi dos mil sustancias químicas, la gran mayoría de las cuales no están identificadas. De las que el equipo pudo identificar, seis sustancias eran potencialmente dañinas, incluidas tres sustancias químicas que nunca se habían encontrado en los cigarrillos electrónicos. A Tehrani le sorprendió especialmente encontrar el estimulante cafeína en dos de los cuatro productos. La cafeína se había detectado anteriormente en los cigarrillos electrónicos, pero sólo en los sabores orientados a la cafeína, como el café y el chocolate.
Además de la cafeína, el equipo encontró tres sustancias químicas industriales, un pesticida y dos aromatizantes relacionados con posibles efectos tóxicos e irritación respiratoria.
– Con información de Europa Press