A través de un comunicado, la Comisión informó que luego de realizar una investigación determinó sanciones al club Atléticos de San Luis, el veto del estadio Alfonso Lastras por dos partidos y una multa de 6 mil UMAs.
Ciudad de México, 23 de octubre (SinEmbargo).- La Comisión Disciplinaria sancionó al Club Atlético de San Luis y al Querétaro luego de los hechos violentos registrados en la cancha del estadio Alfonso Lastras de San Luis Potosí el pasado 20 de octubre.
A través de un comunicado, la Comisión informó que luego de realizar una investigación determinó sanciones al club Atléticos de San Luis, el veto del estadio Alfonso Lastras por dos partidos y una multa de 6 mil UMAs.
Además, se prohibirá que el Atlético de San Luis permita el acceso de sus grupos de animación a los encuentros como local o bien facilitar y/o ayudar con boletaje o promover su asistencia a los partidos como visitante por lo que resta del Torneo Apertura 2019 y de Copa MX. Estas sanciones también se aplicarán en caso de que el equipo logre clasificar a la liguilla.
En tanto, los Gallos Blancos de Querétaro fueron sancionados con una multa de 6 mil UMAs y con la prohibición de de permitir el acceso de sus grupos de animación a los encuentros como local o bien facilitar y/o ayudar con boletaje o promover su asistencia a los partidos como visitante por lo que resta del Apertura 2019 y Copa MX.
El pasado 20 de octubre, el llamado clásico del centro, entre el San Luis y el Querétaro, fue custodiado por casi mil agentes de seguridad, a pesar de lo cual aficionados radicales de uno y otro bando comenzaron a ofender al grupo rival desde el primer tiempo.
A los jugadores les lanzaron monedas y, cuando el Querétaro comenzó a darle un baile al San Luis, la furia de la hinchada local se recrudeció. “Olé Sosa, Olé, Sosa”, gritó la multitud como forma de pedir el regreso del entrenador mexicano Alfonso Sosa, despedido cuando tenía al equipo en zona de clasificación y sustituido por el uruguayo Gustavo Matosas, quien no ha podido mantener el buen paso.
En la última parte del duelo aparecieron aficionados con palos, barriles de basura y tubos y se declaró una batalla campal que obligó a detener el encuentro en el minuto 85 cuando decenas de personas invadieron la cancha, la mayoría para huir de la furia de los violentos.