Dulce María Sauri Riancho, presidenta de la Cámara de Diputados, habló en entrevista para el programa “Los Periodistas” sobre el próximo periodo legislativo. Dijo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no debe entrometerse en la Reforma Político-Electoral.
Ciudad de México, 23 de agosto (SinEmbargo).– El Presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene por qué meterse en una probable iniciativa de Reforma Político-Electoral ni en ninguna otra, porque ese es un asunto del Poder Legislativo, de las fuerzas políticas del país y que se debe construir por consenso, dijo esta noche la priista Dulce María Sauri Riancho, presidenta de la Cámara de Diputados. A su juicio, López Obrador se quedó en la década de 1970 porque le gusta el presidencialismo autoritario y porque justo en sus primeros tres años de administración federal el Legislativo ha sufrido un debilitamiento real.
“Yo creo que el Presidente López Obrador se quedó en esa década de la transición., inmediata a la década de la transición democrática; la década de 1980. Y si me aprieta un poco en la década de 1970, porque cómo le gusta el presidencialismo autoritario, el presidencialismo que inspiró el libro de Jorge Carpizo sobre el presidencialismo mexicano. Este fin de semana tuve un plática con un grupo de estudiantes los 11 pilares del presidencialismo y en una especie de check list les iba diciendo: ‘a ver, cómo va el debilitamiento del Poder Legislativo, que es el segundo pilar”, y pues este trienio que está concluyendo hubo un debilitamiento real del Poder Legislativo y no es una apreciación subjetiva, es una apreciación sustentada en que nunca como ahora se había presentado este número de acciones de inconstitucionalidad y ce controversias constitucionales contra legislación que aprobamos la mayor parte de ella fue controvertida por mayoría”, dijo la legisladora nacida en Mérida, Yucatán, en una entrevista en “Los Periodistas”, programa que conducen Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela, y que se transmite en SinEmbargo al Aire por la plataforma de YouTube.
–La agenda de lo que viene está muy interesante. Por un lado está lo que el Presidente ha prometido que quiere impulsar en la siguiente Legislatura en la Cámara de Diputados, él está viendo una Reforma Político-Electoral que le permita cambiar a los miembros del actual Tribunal Electoral y del Consejo del INE, pero no sólo eso, él ve el tema de eliminar los plurinominales; y escuchábamos a Rubén Moreira plantear que ustedes están pensando que pudieran proponer más adelante para tener su propia propuesta de reforma. ¿Es así?, ¿Hay discusión en el PRI o en qué momento se encuentran? –pregunto Páez Varela.
–Yo quisiera distinguir entre lo que está planteando la nueva bancada que va a iniciar el próximo 1 de septiembre, como parte de la 65 Legislatura, y lo que el Grupo Parlamentario del PRI planteó cuando se presentó uno de los temas relacionados con lo que el Presidente está intentando proponer, me refiero al tema del financiamiento público, una reducción drástica del financiamiento dirigido a los partidos en general, y la posición del PRI fue en sentido negativo a esta propuesta presidencial. El contexto de esta propuesta tiene dos propósitos centrales: uno es reducir el costo de los procesos electorales, el financiamiento a los partidos y lo que cuesta el INE; y el otro propósito es muy claro, quitar a los consejeros, quitar a magistrados del TEPJF y sustituirlos por otros bajo el pretexto de la reducción del número. Se pretende hacer un cambio de personas porque no ha habido empatía entre el Presidente de la República y los consejeros, especialmente el Consejero Presidente del INE.
Entonces, todo lo demás aparece oscurecido por estas dos pretensiones: menos dinero y otros consejeros. Que se esté trabajando una propuesta de Reforma Político-Electoral para la próxima Legislatura pues es adecuado a mi juicio, pero no puedo menos que comentar las propuestas de gran calado de la reforma electoral no son propuestas que se hagan en el segundo trienio, se hacen en el primero y generalmente desde las iniciativas como la gran reforma constitucional de 1989 cuando comienza el largo proceso de construcción del Instituto Federal Electoral (IFE), la misma iniciativa de 1996, la Reforma de 2007 que se hizo en el primer trienio de la administración de Felipe Calderón, impulsada por el resultado tan controvertido a la Presidencia; la Reforma Política-Electoral de 2013 y sólo hay un equivalente de segundo trienio: es el de 1986, cuando mediante un procedimiento de consulta, que por cierto fue dirigida por la Secretaría de Gobernación (Segob) y en particular por su entonces Secretario Manuel Bartlett, se realizó la reforma en la que pasó la Cámara de Diputados de 400 a 500 integrantes y además la representación de los partidos políticos se hizo con una proporcionalidad directa de su número devotos. Es decir, el PRI tenía un Consejo en el que toda la representación partidista era priista –respondió quien es la Presidenta de la Cámara de Diputados desde el 2 de septiembre de 2020.
“Entonces, en 2021-2022 me parece que el Ejecutivo federal no tiene por qué meterse a presentar ninguna iniciativa, este es un asunto de las fuerzas políticas actuantes en el país, un asunto que implica un gran debate para construir una iniciativa de consenso. Estaba escuchando hace un momento la entrevista con Gustavo de Hoyos, yo estaría totalmente en contra de reducir el periodo presidencial a cuatro años porque lo que sigue es proponer la reelección y yo estoy en contra de la reelección del Ejecutivo federal y de los ejecutivos de los estados. Todo este tipo de cuestiones tendrían que abordarse de una forma mas amplia, más clara, más debatida para que verdaderamente le sirvan al país y no sea un terreno de disputas, de polarización y una vez más de intento de deslegitimación de los órganos electorales que son los que van a conducir la elección en 2024”, afirmó la también exgobernadora de Yucatán.
–Sería también, además, en la que no solamente se formula un planteamiento de reforma electoral en el segundo trienio del sexenio, sería también la primera vez que no se presentan propuestas desde la oposición o, lo diría de otra manera: que desde el Gobierno se impulsa una reforma electoral y claramente el promotor de ésta es el Presidente López Obrador. Eso se entiende por sus propósitos, lo que ya describía Alejandro Páez. Otros partidos políticos de oposición, claramente el PAN –que es la primera fuerza de oposición– y el PRD han dicho: no, reforma no. Otros actores no partidarios, como José Woldenberg, han dicho si va a haber una reforma desde el Gobierno mejor que no haya ninguna. Lo que llama la atención es que el nuevo grupo parlamentario del PRI en la siguiente Legislatura esté anunciando, como lo hizo el viernes, una propuesta de reforma electoral. Eso claramente abre la puerta a que puede llegarse a acuerdos con los grupos parlamentarios afines al Gobierno, aunque no participen el PAN, el PRD o el propio partido Movimiento Ciudadano. Usted, evidentemente, para la siguiente Legislatura verá a distancia el escenario. ¿El PRI estaría actuando para romper la alianza parlamentaria que está perfilada y que, ni más ni menos, se reunió el pasado fin de semana para tener una agenda unitaria?, le inquirió Delgado Gómez.
–Yo creo que hay que distinguir algunas cosas. La primera cuestión es que hay que analizar y debatir las distintas propuestas. En este caso ni siquiera es aún una iniciativa, es un anuncio y un anuncio muy parcial. No sería la primera vez que el PRI entre a analizar cuestiones electorales, lo hicimos en esta Legislatura y no sólo fue el financiamiento público, eso es lo que se volvió iniciativa de reforma por parte de Morena y eso fue lo que discutimos y desechamos, porque no alcanzó la mayoría constitucional de dos terceras partes. También discutimos otras cuestiones: por ejemplo, hubo un buen número de iniciativas para la segunda vuelta electoral; de hecho, yo presenté una de las varias que hay en la Legislatura actual. Hay iniciativas también, acabo de presentar una, para crear un órgano constitucional autónomo, el Instituto Nacional de Población, que se haga cargo, entre otras cuestiones, del padrón electoral; que ya el Instituto Nacional Electoral emita la lista de electores, pero el padrón lo haga ese nuevo instituto. O sea, sí habría materia para discutir una reforma político-electoral –expuso Sauri Riancho.
“Ahora, entiendo que el rechazo automático a la propuesta presidencial tiene que ver con el hecho de que, parece, que el Presidente lo que único que quiere es que desaparezca el Congreso de la Unión, al Presidente del Consejo General del INE y algunos consejeros quienes, por cierto, cuatro de ellos van a terminar su periodo ya muy pronto, en 2023, y ya no van a estar en la elección presidencial de 2024”, agregó la priista, quien es Socióloga egresada de la Universidad Iberoamericana y quien también fue presidenta nacional del tricolor de 1999 al 2000”, añadió.
–¿A usted le gusta este abrazo con el PAN, Dulce María Sauri? En el 2021 no les fue bien, aunque Alito anduvo presumiendo otra cosa que sólo le creyeron sus amigos, perdieron muchas gubernaturas. ¿A usted le gusta esta alianza con el PAN?, le consultó Páez.
–A ver, yo pienso que hay momento en que se requiere sumar fuerzas, porque solos simplemente el PRI, y lo digo con franqueza, no sólo hubiera perdido las gubernaturas que perdió, que fueron todas, las ocho en las se gobernaba y estaban en contienda, hubiese incluso perdido presencia en la propia Cámara de Diputados: de los 47 que inicialmente llegamos a los 49 que estamos concluyendo. Porque yendo solo el PRI, revisen simplemente los resultados de los triunfos de mayoría del PRI, no se hubiera conseguido. Ahora la cuestión está en qué tanto y hasta dónde va esa alianza política, porque la alianza legislativa va. Creo que en los hechos, en esta Legislatura que está concluyendo, hubo una alianza política y legislativa. Nosotros trabajamos junto a los grupos parlamentarios del PAN y del PD en numerosas cuestiones: nos opusimos en reformas constitucionales, en algunos casos apoyamos reformas constitucionales en materia de Guardia Nacional, en la segunda vuelta, en otras incluso nuestros grupos se dividieron en su voto, y ahora tiene la ventaja de que una aliaban electoral se transforma en una alianza legislativa compartida. El sábado pasado lo dijeron claro: hay una agenda común que tiene tres tres puntos y que tiene qué ver con evitar reformas constitucionales que dañen la democracia, reforzarla autonomía de los órganos constitucionales autónomos y elaborar una propuesta alterna a la del Ejecutivo en el Presupuesto de Egresos de 2022, pero se enfatizó que cada grupo parlamentario tendría su agenda propia, y yo espero que la del PRI gire en torno al bienestar. Pero la cuestión está en que sentarse a hablar, negociar y sumar es una necesidad política de los tiempos actuales –dijo la también Senadora en la LIV y LV Legislatura a partir de 1988.
“Lo que se consideró virtud, estamos hablando de fines de la década de 1990 y principios del año 2000, cuando los dos extremos ideológicos –el PRD y el PAN– se dieron abrazos y lograron triunfos electorales en varios estados, por ejemplo en el mío: en Yucatán en 2001, se vio como una estrategia para enfrentar al otrora dominante PRI y, bueno, ahora es el otrora dominante Andrés Manuel López Obrador al que hay que enfrentar”, dijo la política priista.