Iván Altamirano pasó de ser un héroe a ser una víctima. Cuando salía de su trabajo intentó apoyar a una mujer que dijo que habían secuestrado a su hijo en la calle 10 Poniente. Minutos después, la misma mujer lo acusó de ser el secuestrador. Ambulantes y transeúntes lo golpearon por más de diez minutos, lo asaltaron y dejaron malherido. Ahora tiene que pagar un tratamiento médico con un costo de 30 mil pesos para recuperarse.
Puebla/Ciudad de México, 23 de agosto (PeriódicoCentral/SinEmbargo).– El joven Iván Altamirano aseguró que la Fiscalía General del Estado de Puebla no le acepta la denuncia en contra de la pareja que lo acusó de secuestrar a su hijo en el Centro Histórico y que provocó que fuera casi linchado, que le robaran sus pertenencias, entre ellas sus zapatos de baile, ropa, su celular y su cartera.
Después de la golpiza, Iván Altamirano estuvo bajo atención médica, misma que le costó a su familia aproximadamente seis mil pesos y ahora se encuentra en tratamiento para que los golpes no le dejen secuelas, pero tiene que conseguir un medicamento que cuesta aproximadamente 30 mil pesos.
En entrevista con PÁGINA NEGRA, Iván Altamirano aseguró que hasta el momento no tiene certeza de quiénes fueron sus agresores, por lo que tampoco puede proceder por las lesiones en su contra.
Como este diario digital informó, el joven de 20 años de edad labora en la Plaza de la Computación sobre la calle 10 Poniente en el Centro Histórico, y el pasado lunes 20 de enero fue testigo del momento en que Mireya Mora, la madre del menor “secuestrado”, comenzó a gritar desesperada porque se estaban llevando a su hijo.
El supuesto secuestrador era Michelle Sastre, con quien el joven forcejeó para quitarle al niño. Michelle, fue identificado después como el esposo de Mireya. Según el relato de Iván, los dos lo acusaron de ser el secuestrador del niño y provocaron que transeúntes y ambulantes le dieran una golpiza en la calle 10 Poniente y 5 de Mayo. Ahí lo rodearon, lo golpearon y lo asaltaron. El joven se salvó de ser linchado, ya que al sitio llegaron agentes de la Policía Municipal.
Las imágenes de la pareja aparecieron primero en redes sociales y entre los usuarios se les acusó de ser ladrones y usar a su hijo como carnada. Ellos en respuesta en entrevista con Imagen Televisión, rechazaron pertenecer a una banda delictiva y lamentaron lo ocurrido al joven que solamente intentó ayudarlos.
NO CONFÍA EN LA PAREJA
Sin embargo Iván Altamirano no cree en las múltiples versiones que han dado Michelle y Mireya. En entrevista con PÁGINA NEGRA Iván consideró que en efecto, la pareja se dedica a provocar este tipo de confusiones para robar a transeúntes en el Centro Histórico.
Ya vi la declaración de estos señores. Yo creo que le dio tiempo suficiente a la señora para que me dijera lo que realmente pasaba. (…) Ellos les dijeron a todos que yo era el secuestrador y en ningún momento se acercaron para darme las gracias. No son personas en quien pueda confiar, primero dijeron que estaban en una zapatería luego que comprando útiles, yo no vi lista de útiles. Han cambiado mucho las versiones que dan, comentó en entrevista.
El joven señaló que ante la Fiscalía General del Estado no le dejaron interponer algún tipo de denuncia contra Michelle y Mireya, ya que ellos no fueron quienes lo golpearon directamente. También desconoce las identidades de quienes lo sometieron a golpes.
Después de ese caso me asesoraron varias personas pero no puedo demandar para nada a esas personas. No puede proceder ningún tipo de denuncia. Lamentablemente no tengo la certeza de quiénes eran. Eran más puñetazos y patadas lo que vi que caras, agregó.
Iván desconoce aún cómo es que pagará el medicamento con el que debe seguir su tratamiento para que no tenga secuelas.
Fueron como diez minutos de golpiza, el médico nos dice que tengo que seguir con el tratamiento pero el medicamento cuesta como 30 mil pesos. No nos alcanza, comentó Iván Altamirano.
En las imágenes del intento de linchamiento del que fue víctima Iván, también puede verse cómo comerciantes informales se acercan a él y comienzan a registrar su ropa en búsqueda de sus pertenencias.
Además de su celular, dinero en efectivo y su cartera, Iván perdió sus zapatos de baile que iban en su mochila, pues es un aficionado a la salsa. El mismo ambulante que le robó su celular se llevó la mochila.
Fue lo que más me dolió. Mis zapatos de baile. No son baratos así que no sé cuándo vuelva a tener unos, dijo Iván.
