Durante la presentación este martes a medios, el curador de la muestra Amaury García destacó las contradicciones de la personalidad de Tablada, que quedan registradas en la exposición.
México, 23 julio (EFE).- Las piezas artísticas provenientes de Japón que durante años coleccionó el poeta y crítico de arte mexicano José Juan Tablada habitarán desde el próximo 24 de julio algunas salas del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México.
Más de 90 piezas de artistas en su mayoría japoneses, pero también mexicanos que coleccionó Tablada, y algunas publicaciones tanto de poesía como de textos periodísticos del propio intelectual protagonizan “Pasajero 21. El Japón de Tablada”.
Tablada (1871-1945) fue uno de los primeros grandes expertos mexicanos en la cultura japonesa, de la que se enamoró primero a través de los libros que leía soñando con algún día conocer Japón, y después con una visita de varios meses al país asiático.
Durante la presentación este martes a medios, el curador de la muestra Amaury García destacó las contradicciones de la personalidad de Tablada, que quedan registradas en la exposición.
“Pasajero 21. El Japón de Tablada” es la exposición más grande de la colección de arte japonés que poseía el poeta, crítico de arte, coleccionista y cronista mexicano.
Cuenta con más de 90 piezas elaboradas a partir de diversas técnicas, como la xilografía, acuarela y fotografía pic.twitter.com/24vLAkXy5V— Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (@bellasartesinba) July 24, 2019
De un lado, un vanguardista con sensibilidad para las artes; del otro, un hombre políticamente conservador.
La exposición es “una celebración de esta figura marcada por la necesidad de una revalorización”.
“Fue un personaje muy polémico, con alta sensibilidad estética y pensamiento de vanguardia, pero con una personalidad política conservadora”, contó.
Pero, ante todo, fue “uno de los grandes promotores de la cultura japonesa en México”.
Gran parte de las obras -algunas llenas de color, otras pálidos bocetos- que se exhiben en esta muestra se está mostrando por primera vez al público mexicano.
García enfatizó que esta exposición es también “una conmemoración de las relaciones históricas que han tenido México y Japón durante años”.
Entre los artistas de las obras que conforman la muestra destacan Katsushika Hokusai, Utagawa Hiroshige, Miguel Covarrubias, Toyohara Kunichika, Watanabe Shotei, Ohara Koson, Utagawa Kunisada.
Sin olvidar al mismo José Juan Tablada e incluso a su esposa, Nina Cabrera de Tablada, quien deja para la posteridad algunas caricaturas.
En su mayoría, los cuadros y estampas muestran escenas de la cotidianeidad japonesa: escenas familiares tanto en salones como en jardines, la feminidad de las mujeres asiáticas, algunos guerreros, retratos de reconocidos actores de teatro kabuki o sobrecogedores paisajes.
A lo largo de la exposición asoma la historia de Tablada, marcada por una pregunta: ¿fue realmente a Japón?
El curador de la muestra expuso que durante mucho tiempo esa duda polarizó las opiniones de sus coetáneos y estudiosos, ya que no existe ninguna prueba fotográfica de ello.
Sí existen sus crónicas -de loable riqueza narrativa- para la Revista Moderna, las cuales están compiladas en un libro que puede verse en la exposición.
Pero, sobre todo, la prueba de que Tablada sí hizo este periplo está en la riqueza cultural que acumuló a través de cuadros, estampas, libros, xilografías, acuarelas, fotografías y óleos.
La exposición “Pasajero 21. El Japón de Tablada” muestra gran parte de la colección de arte japonés que poseía el poeta, crítico de arte, coleccionista y cronista mexicano, José Juan Tablada, pruebas fehacientes de su viaje en 1900 al país asiático.@mbellasartes | HOY | 19:30 h pic.twitter.com/go7fELORl8
— Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (@bellasartesinba) July 23, 2019
Según García, Tablada era un “obsesivo”, un rasgo que sublimaba con su afán coleccionista.
Su historia se cuenta a través de cuatro núcleos centrales que componen la exposición, la cual da la bienvenida a los visitantes con una suave canción japonesa compuesta únicamente por silbidos y agua brotando de una fuente.
Cuando regresó a Japón de su viaje de 6 meses en diciembre de 1920, Tablada inició una etapa de conversación con artistas mexicanos como Gerardo Murillo, alias Dr. Atl, o Miguel Covarrubias.
Los cuadros resultantes de la semilla japonesa que Tablada implantó en ellos sirven de colofón final a la muestra.