Aunque no pudo dar muchos detalles para preservar su seguridad y el curso de la investigación, la periodista, galardonada con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por su sigla en inglés), afirmó que comparte amenazas parecidas a las que recibió Miroslava Breach y que “hay elementos muy claros para señalar a personas concretas”.
Por Paula Ericsson
México, 23 de julio (EFE).- La periodista Patricia Mayorga, galardonada con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por su sigla en inglés), aseguró a Efe que la impunidad permite matar periodistas.
“La impunidad crea más fuerza a los delincuentes, les da un derecho a matarnos, a desplazarnos, a tratarnos como criminales”, dijo Mayorga, exiliada por la falta de seguridad para ejercer como periodista en Chihuahua, su estado natal.
Corresponsal en Chihuahua de la Revista Proceso, Mayorga está amenazada por investigar los presuntos vínculos entre el crimen organizado y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En conversación telefónica con Efe, Mayorga reconoció que se siente “contenta” por el premio, aunque tiene un “sabor agridulce” por la situación que viven los periodistas en México.
“No logras entender por qué te dan un trato de delincuente. ¿Por qué tengo que estar huyendo yo?”, lamentó Mayorga, que recibirá el 15 de noviembre en Nueva York el mismo premio que recibió en 2011 el asesinado Javier Valdéz.
En lo que va de año han muerto por lo menos siete periodistas en México, uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo, con más de un centenar de comunicadores asesinados desde el año 2000, entre ellos Javier Valdez y Miroslava Breach.
La ciudad de Chihuahua, donde Mayorga ejerce como corresponsal, es, además, la 40 ciudad más violenta del mundo, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
“El homicidio de Miroslava y el de Javier (Valdéz) centró la atención en el periodismo de provincia y de investigación. Ellos nos hicieron visibles a nosotros”, aseguró.
Otro asesinato que Mayorga recuerda es el del fotoperiodista Rubén Espinosa, quien llegó en junio de 2015 a la capital mexicana después de ejercer unos ocho años en Veracruz, donde había recibido amenazas, sobre todo durante la administración de Javier Duarte, exgobernador acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero.
Espinosa fue asesinado junto con cuatro mujeres el 31 de julio de 2015 en un apartamento en la colonia Narvarte de la capital, y los familiares y representantes de las víctimas del caso exigieron el pasado 22 de junio a la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México que replantee la investigación.
“Son cómplices de los gobernadores desde el Gobierno federal. Rubén estaba muy claro que lo mataron por sus denuncias y a Miroslava y Javier porque pusieron el dedo en la llaga, que es la narcopolítica, que es lo que no quieren tocar”, ahondó.
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Mayorga, quien aseguró que es igual de peligroso ser periodista siendo mujer u hombre, subrayó que los reporteros no aceptarán que las autoridades vinculen los asesinatos de Breach y Valdez con el crimen organizado.
“Esta es una cuestión de narcopolítica”, apuntó.
“A mí Miroslava me motiva, ella me enseñó a querer más la vida, éramos muy amigas. Este premio es la oportunidad para hacerla visible y elevar el nivel de la exigencia”, dijo Mayorga, quien recibió amenazas de muerte antes del asesinato de Miroslava Breach.
La periodista denunció que en Ciudad Juárez y Chihuahua “muchos medios de comunicación se han convertido en cómplices” porque los gobiernos invirtieron en publicidad institucional “sin ninguna regulación”.
“En Chihuahua acabamos de terminar un Gobierno que silenció a la prensa. Fueron seis años en los que hubo ausencia de periodismo y no porque no haya capacidad. En Ciudad Juárez hubo un sexenio anterior (liderado por César Duarte) donde dieron muestra de lo que se puede hacer”, agregó
Aunque no pudo dar muchos detalles para preservar su seguridad y el curso de la investigación, la periodista afirmó que comparte amenazas parecidas a las que recibió Miroslava Breach y que “hay elementos muy claros para señalar a personas concretas”.
La primera edición del Premio Internacional a la Libertad de Prensa del CPJ fue en 1996 y uno de los cuatro galardonados fue el editor del periódico mexicano Zeta, Jesús Blancornelas (1936-2006).
En 2007 la directora de ese mismo diario, Adela Navarro (1968), también fue premiada.
Además de Mayorga, el CPJ premió en la edición de 2017 al camerunés Ahmed Abba, al tailandés Pravit Rojanaphruk y a la yemení Afrah Nasser.