Ciudad de México, 23 de julio (SinEmbargo).— Durante el primer año de la gestión de Miguel Ángel Mancera Espinosa como Jefe de Gobierno capitalino, el Programa Institucional de Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) se enfocó casi en su totalidad en el programa Conduce sin Alcohol. Sin embargo, los indicadores de dicho programa no permiten valorar objetivamente si tuvo una incidencia real en disminuir los accidentes viales provocados por la ingesta de alcohol ni en salvaguardar la integridad de los conductores, terceras personas y la comunidad en general.
Lo anterior fue acreditado por la Auditoría Superior de la Ciudad de México (ASCM) en su Informe Final de Auditoría, Derivada de la Revisión de la Cuenta Pública del Gobierno del Distrito Federal correspondiente al Ejercicio de 2013, publicado el pasado 15 de julio.
En una de las seis auditorías de desempeño practicadas a la SSPDF respecto al primer año de la actual administración, el órgano fiscalizador encontró que el 93.7 por ciento de las acciones llevadas a cabo en 2013 en materia de prevención del delito se concentraron en un solo programa, el de Conduce sin Alcohol, cuyo propósito es salvaguardar la integridad de los conductores, terceras personas y sociedad en general, así como reducir los accidentes viales relacionados con la ingesta de alcohol.
El segundo de los siete programas en los que la SSPDF enfocó ese año sus acciones para prevenir el delito fue el de Brigada de Vigilancia Animal, al que se orientaron 5.2 por ciento de sus tareas. Las labores del resto de los programas representaron, en cada caso, menos del 1 por ciento.
Pese a la preponderancia que entonces tuvo el programa Conduce sin Alcohol, la eficacia de sus resultados fueron cuestionados por la Auditoría.
En primer lugar porque aunque abarcó la mayoría de las tareas de prevención del delito, las acciones llevadas a cabo fueron menos que las planteadas en su programa operativo.
Pero, aún más grave, porque los indicadores que la SSPDF presentó para medir su eficacia no permitían medir el avance real del objetivo del programa.
Los indicadores usados por la SSPDF fueron los siguientes: el índice de jornadas de revisión de vehículos particulares, de carga y transporte público; el índice de pruebas aplicadas a conductores; el índice de accidentes viales provocados por la ingestión de alcohol; y el índice de personas remitidas por dar positivo en la prueba del alcoholímetro.
Para la Auditoría estos indicadores “no permiten medir el avance en el logro del objetivo del Programa ‘Conduce sin Alcohol’”. Específicamente sobre el índice de accidentes viales provocados por la ingesta de alcohol, cuyo propósito era disminuir los accidentes viales, la Auditoría detectó que la SSPDF había usado datos de años distintos a aquéllos que estaba midiendo.
Y es que para medir cuántos accidentes viales provocados por ingerir alcohol habían ocurrido en 2012, la dependencia había usado datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre accidentes viales correspondientes a 2010. Lo mismo hizo al año siguiente, cuando recurrió a cifras de 2011 para calcular el índice de accidentes viales de 2013.
Para verificar si, en efecto, el programa Conduce sin Alcohol había cumplido con su objetivo de prevenir la incidencia de mortalidad y lesiones en accidentes viales causados por la ingesta de alcohol, la Auditoría también solicitó a la SSPDF información sobre el número de muertes y lesiones causadas por accidentes viales de 2011 a 2013.
La respuesta de la dependencia fue que esa información era proporcionada por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, y sólo entregó datos de los años 2012 y 2013 sobre averiguaciones previas iniciadas por los delitos de lesiones culposas por tránsito en general y por homicidio culposo por tránsito donde hay nivel de alcohol.
A fin de tener mayores elementos de análisis, la Auditoría consultó la información del Inegi sobre accidentes de tránsito registrados y porcentaje en que el conductor mostró indicios de haber ingerido bebidas alcohólicas.
En su revisión del periodo 2009-2013, el órgano fiscalizador encontró que en 2013 se había registrado el menor porcentaje de accidentes de tránsito por conductores operando bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, señaló, tal información “no permite medir la contribución del Programa ‘Conduce sin Alcohol’” para ese propósito.
OTROS INCUMPLIMIENTOS
La Auditoría también solicitó a la SSPDF información sobre la cantidad de operativos realizados, entrevistas y pruebas aplicadas, y remisiones ante Juez Cívico.
Lo que detectó a partir del análisis de esos datos es que en 2012 y 2013 el número de entrevistas a conductores de autos particulares había aumentado, pero la cantidad de pruebas aplicadas había disminuido.
Asimismo, encontró que de 2011 a 2013 la proporción de resultados positivos de las pruebas aplicadas aumentó entre 22.6 y 35.1 por ciento. Es decir, que año tras año hubo un mayor número de conductores de autos particulares que habían rebasado el límite permitido.
El órgano fiscalizador detectó también una discrepancia entre la cantidad de pruebas aplicadas, pues mientras en el Anteproyecto de Presupuesto de Egresos 2013 se señaló una meta de 87 mil 565 pruebas en jornadas nocturnas y de 124 mil 432 en jornadas de transporte público, las cifras reportadas fueron de 47 mil 781 pruebas nocturnas (45.4 por ciento menos) y 91 mil 374 en transporte público (26.6 por ciento menos).
Por si fuera poco, en el índice correspondiente a las jornadas realizadas durante 2013, las sumas de los datos ni siquiera estaban bien hechas, como comprobó la Auditoría.
Por estos elementos, concluyó que los instrumentos de medición establecidos por la SSPDF “no constituyen una herramienta que coadyuve para la toma de decisiones presupuestarias, ni permiten realizar una valoración objetiva del cumplimiento de las metas establecidas por el sujeto fiscalizado”.
Asimismo, señaló que la SSPDF “denotó tener un sistema de control interno vulnerable al mostrar incongruencias entre los montos proporcionados para un mismo concepto en diferentes documentos y errores aritméticos en la información consignada”.
… ¿Y LOS OTROS PROGRAMAS?
De acuerdo con el Informe de la Cuenta Pública 2013 de la SSPDF, dicha dependencia tenía previsto realizar 257 mil 269 acciones para prevención del delito ese año. Sin embargo, sólo llevó a cabo 197 mil 704, es decir el 76.8 por ciento, reportó la Auditoría.
En la revisión de éstas se comprueba la preponderancia de las tareas relacionadas con el programa Conduce sin Alcohol, pero también es posible verificar qué otro tipo de acciones para prevenir el delito emprendió la dependencia, entonces a cargo de Jesús Rodríguez Almeida.
Se ve, por ejemplo, que de las más de 10 mil acciones relacionadas con la Brigada de Vigilancia Animal (segundo programa con más acciones), el 42 por ciento consistió en sesiones informativas para prevenir el maltrato animal.
En otros programas se llevaron a cabo labores como “sociodramas vivenciales de alto impacto”, intervenciones urbanas en cruceros, sesiones informativas de seguridad vial y prevención de accidentes, o colocación de stands informativos.
Para conocer cómo la SSPDF había determinado el volumen de acciones de cada programa, le solicitó copias de los papeles de trabajo y memorias en los que basó su anteproyecto de presupuesto para ese año.
Para justificar el volumen de acciones del programa Conduce sin Alcohol, la SSPDF refirió que semanalmente se llevaba a cabo una reunión de mandos entre el responsable del programa y personal de las demarcaciones políticas de la ciudad. Según la dependencia, en esas reuniones ya existía una estadística de las intersecciones viales que habían presentado un mayor número de accidentes viales, además de que se valoraba “el entorno social” para determinar las ubicaciones para llevar a cabo las pruebas de alcoholimetría.
Sin embargo, al comparar las acciones totales programadas en el presupuesto original con las reportadas, la Auditoría detectó un incumplimiento de 27.4 por ciento de las acciones previstas. La SSPDF se justificó entonces diciendo que esa diferencia “se debió a la menor captación de demanda en los programas ‘Conduce sin Alcohol’, ya que los dueños de antros, bares y centros nocturnos no solicitaron el servicio”.
Pero también hubo diferencias en otros programas, como la instalación de alarmas vecinales y las sesiones informativas de seguridad vial y prevención.
La Auditoría concluyó que la dependencia “no proporcionó elementos veraces y suficientes para justificar las variaciones”.