Las marcas globales de la moda han sido criticadas antes por asuntos raciales, como cuando Gucci tuvo que retirar una prenda tejida pues daba la impresión de ser un blackface.
MILÁN, 23 junio (AP).- Las marcas de moda de lujo sufrieron un revés rotundo al tratar de alinearse con el sentir de la mayoría de los usuarios en redes sociales y solidarizarse con las protestas del movimiento antirracismo Black Lives Matter.
La modelo y actriz transgénero Munroe Bergdorf acusó a los mensajes de L’Oreal para el #BlackoutTuesday (el martes de protesta en redes) de hipocresía tras haberla despedido hace tres años cuando se quejó del racismo usando un vocabulario fuerte. El actor estadounidense Tommy Dorfman —quien apareció en una campaña reciente para Salvatore Ferragamo— acusó a la firma italiana de tener un “ambiente laboral homofóbico y racista”.
Sus seguidores en Instagram y Twitter se sumaron a las denuncias, desafiando a las casas de moda a que hagan algo más que publicar símbolos de apoyo en sus espacios virtuales, para hacer, en cambio, que las pasarelas, portadas de revistas, salas de juntas y estudios creativos den muestras reales de apoyo a la diversidad.
Las marcas globales de la moda han sido criticadas antes por asuntos raciales, como cuando Gucci tuvo que retirar una prenda tejida pues daba la impresión de ser un blackface (una forma de maquillarse que estereotipa a las personas de raza negra), o por el adorno Black Sambo de Prada para bolso, y los comentarios antiasiáticos de Dolce&Gabbana.
Las protestas en Estados Unidos contra el racismo sistemático, que se han diseminado por el mundo, también han puesto el foco en la moda y su papel como referente cultural, y esto ha dado valor para hablar a personas que han tenido acceso a este refinado círculo, algunos con contratos lucrativos que suelen asumir su discreción.
La gente siente el fuego tras ellos”, opinó Tamu McPherson, una creadora de contenido estadounidense con sede en Milán y que colabora con las mayores marcas de lujo. “Sus historias son fuertes y se escuchan sus voces. Si el sector las ignora, les pueden hacer rendir cuentas. Todos comparten y corroboran sus relatos”.
McPherson ha trabajado con marcas de lujo en Milán, París y Nueva York desde 2013, contribuyendo a campañas digitales, relatos y capacitación interna sobre la necesidad de apoyar la diversidad.
“En siete años, sigo siendo una de las únicas personas negras invitadas a esos espacios. Eso es inaceptable”, dijo McPherson, quien instó a una mayor inclusión racial en una carta publicada el 6 de junio en su sitio web All the Pretty Birds, en el que ella describió a la rama de la moda como “impregnada de racismo, de acciones contra la raza negra y de privilegios a la gente blanca”.
“Durante años no quisieron escuchar. Ahora están oyendo debido a la pandemia y los homicidios impactantes que todos pudimos observar porque no hubo ninguna distracción. Este es el momento”, aseguró.
Ferragamo provocó una ola de críticas cuando respondió a las protestas con una publicación que decía: “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, sus antecedentes o su religión”.
Dorfman acusó entonces a los dirigentes de esa casa de moda de hipocresía. “Me han dicho cosas atroces, transfóbicas, de fobia corporal y racistas directamente a mí. Les pedí que lo atendieran cada vez y ellos prometieron cambiar”, aseguró.
Una persona cercana a Ferragamo dijo que la marca está comprometida con la inclusión y recalcó que sus desfiles cuentan con modelos de todas las razas. Casi la mitad de los modelos de pasarela de la colección otoño 2020 de Ferragamo eran de razas diversas.
Las críticas a la industria han tenido algunos resultados. Bergdorf, fue despedida en 2017 de su papel como la primera modelo abiertamente transgénero de L’Oreal en el Reino Unido por denunciar “la violencia racial de la gente blanca”, ahora ha aceptado un papel como consultora de la Junta de Recomendaciones para la Diversidad e Inclusión de ese país para “ayudar a influir y dar forma a la marca”. La oferta surgió después de que señaló la hipocresía de la empresa de belleza que envió un comunicado el 1 de junio para expresar su “solidaridad con la comunidad negra y contra la injusticia de cualquier tipo. … Denunciar vale la pena”.
The Fashion Spot, que ha revisado la diversidad en pasarelas y portadas de revistas en los últimos años, ha detectado progreso desde que lanzó su estudio en 2015. La temporada primavera 2020 tuvo el mayor nivel de diversidad en pasarelas en las cuatro capitales de la moda: París, Milán, Nueva York y Londres, con 41.5 por ciento, pero en las pasarelas de otoño 2020 hubo un retroceso a 40.6 por ciento. Es de cualquier modo un avance en comparación con el 17 por ciento registrado en el sitio en su primer estudio a la temporada primavera 2015.
Nueva York y Londres llevan la batuta en cuanto a diversidad, mientras que París y Milán tienden a ir más lento, de acuerdo con los datos de Fashion Spot.
Tras su mensaje, McPherson dijo que había recibido retroalimentación de algunas marcas que decían que había sido compartido internamente.
“El foco realmente está en lograr una representación de los negros, indígenas y personas de color integradas y contratadas en todos los niveles de una organización, especialmente en los puestos en los que se toman decisiones y en puestos gerenciales donde pueden abogar, educar y dar forma a las decisiones”, dijo McPherson. “Ahora es la oportunidad de reconstruir”.
Tras ser muy criticadas por diseños que fueron considerados racistas, Gucci y Prada anunciaron el año pasado estrategias de largo plazo para promover voces diversas que no han sido representadas adecuadamente en la moda, incluyendo becas.
En esta ocasión la reflexión ha llegado a uno de los niveles más altos de la moda. La célebre editora de Vogue Anna Wintour se disculpó en un correo interno por no hacer lo suficiente para elevar las voces negras así como por publicar imágenes e historias que han sido racial y culturalmente “hirientes e intolerantes” durante sus 32 años en la publicación. Sus comentarios surgieron al tiempo que Samira Nasr fue nombrada la primera editora en jefe de color en los 153 años de historia de la edición estadounidense de Harper’s Bazaar.
La supermodelo Naomi Campbell — la primera mujer negra en aparecer en la portada francesa de Vogue — ha pedido públicamente un pago igual para los modelos de color y más representación en general, al tiempo que ha revelado que en el pasado ella tuvo que lidiar con esos asuntos en privado.
“No es algo que denuncie porque yo sea personalmente alguien que quiere estar a la altura del reto”, dijo CNN. “En mi industria esto ha pasado por demasiado tiempo”.