El equipo clínico que investiga este candidato a vacuna contra la COVID-19 aplicó una pequeña dosis sobre uno de los voluntarios sanos que participa en el ensayo y, por el momento, no presenta ningún problema de salud.
Londres, 23 de junio (EFE).- La vacuna contra la COVID-19 que investiga el Imperial College London ha sido probada por primera vez en una persona sana, a la que se está siguiendo de cerca y que presenta un buen estado de salud, informó hoy la universidad en un comunicado.
El equipo clínico que investiga este candidato a vacuna contra la COVID-19 aplicó una pequeña dosis sobre uno de los voluntarios sanos que participa en el ensayo y, por el momento, no presenta ningún problema de salud.
“La vacuna se ha sometido a rigurosas pruebas de seguridad preclínicas y en estudios con animales se ha demostrado que es segura y produce signos alentadores de una respuesta inmune efectiva”, indicó este martes la prestigiosa institución que lleva a cabo el estudio en la capital británica.
Estos ensayos son la primera prueba de una nueva tecnología que utiliza ARN sintético autoamplificado (saRNA), que se considera que va a revolucionar el desarrollo de vacunas, ya que va a permitir a los científicos responder más rápidamente al surgimiento de nuevas enfermedades como es el coronavirus SARS-CoV-2.
La persona que ha recibido esta primera dosis -que ha pedido permanecer en el anonimato- recibirá una segunda aportación en cuatro semanas, mientras se espera que, en los próximos días, se administrarán las primeras cantidades a otros participantes.
En total, está previsto que 300 personas sanas reciban dos dosis de la vacuna, tras lo que serán monitoreados de cerca por el equipo de expertos que comprobará continuamente su estado de salud y observará si producen anticuerpos contra el virus.
En la etapa inicial del ensayo clínico, 15 voluntarios sanos recibirán la inmunoterapia, empezando por una dosis baja que se irá aumentando a tomas más elevadas en los participantes posteriores, para evaluar la seguridad y encontrar la dosis óptima, indicaron los científicos.
Si la vacuna se declara “segura y muestra una respuesta inmune prometedora en humanos”, el equipo del Imperial College planificará ensayos más grandes a lo largo de este año.
Esta investigación se está llevando a cabo con la financiación del Gobierno británico que ha destinado 41 millones de libras (44.5 millones de euros, 50.3 millones de dólares) y otros cinco millones de libras (5.4 millones de euros, 6.1 millones de dólares) recaudados en donaciones privadas.
La doctora Katrina Pollock, del departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College e investigadora principal del estudio, dijo que se ha alcanzado “un hito significativo” con esta indagación al administrar de forma segura “la primera dosis de una vacuna de ARN autoamplificador”.
“Ahora estamos listos para probar la vacuna en la fase de evaluación de dosis antes de pasar a evaluarla en grandes cantidades. Es un privilegio ser parte de este importante trabajo y el equipo está extremadamente agradecido por el entusiasmo y el apoyo de nuestros voluntarios, sin los cuales la investigación clínica no sería posible”, apuntó.
Miles de personas se han inscrito en el Reino Unido para formar parte del grupo de voluntarios con los que trabaja el Imperial College y la Universidad de Oxford, que en abril inició las pruebas en humanos para hallar una vacuna que combata la COVID-19.