Artes de México

CRÓNICA | Primera época de la revista Artes de México (1953-1981)

23/06/2019 - 12:01 am

La Revista Artes de México ha sobrevivido a varias crisis económicas, cambios políticos y sociales e incluso a la competencia frente a otras revistas de arte con buenos presupuestos. El siguiente texto narra la historia de sus 27 años de existencia con ejemplos de las monografías publicadas en cada periodo, mencionando los años y personajes que dedicaron su tiempo en dirigir, redactar y colaborar en esa legendaria publicación, y a los cuales nunca se les ha dado el reconocimiento que merecen.

Por Raúl Cano Monroy

Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo).- Muchos nos hemos encontrado alguna vez con la revista Artes de México por simple afición o porque al estudiar algún tema relacionado con la cultura mexicana, la búsqueda de material nos lleva a alguno de sus números. Esta revista ha sobrevivido a varias crisis económicas, cambios políticos y sociales e incluso a la competencia frente a otras revistas de arte con buenos presupuestos. Quizá la Revista Artes de México actual repite, como se llama en psicoanálisis, un patrón aprendido, una constante supervivencia tal y como en su vida lo hizo la primera, aquella que fue fundada durante la segunda mitad del Siglo XX y que, herida una y otra vez, se levantaba hasta que fue derrotada por el tiempo en 1981. El siguiente texto narra la historia de sus 27 años de existencia con ejemplos de las monografías publicadas en cada periodo, mencionando los años y personajes que dedicaron su tiempo en dirigir, redactar y colaborar en esa legendaria publicación, y a los cuales nunca se les ha dado el reconocimiento que merecen.

ANTECEDENTES

En mayo de 1952, en el Palacio de Bellas Artes y durante la Primera Asamblea Nacional de Artes Plásticas, se fundó el Frente Nacional de Artes Plásticas (FNAP), la segunda agrupación de izquierda más importante en la historia del arte mexicano (1952-1961) y que tuvo como antecedente directo a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), vigente de 1933 a 1938. El comité directivo estuvo conformado por Francisco Goitia, José Chávez Morado, Celia Calderón, Rosendo Soto, Xavier Guerrero, Francisco Dosamantes, Fanny Rabel, Miguel Salas Anzures, Ignacio Aguirre, Bertha Taracena, entre otros. Las resoluciones de dicha asamblea, en la que participaron como ponentes David Alfaro Siqueiros, Guillermo Meza, Amador Lugo, Francisco Zúñiga, Feliciano Peña y Ángel Bracho, se publicaron tiempo después, y en ellas se destacó la necesidad de crear un boletín y una revista que abordara las problemáticas del arte mexicano. Hasta ese momento la única publicación que existía era México en el Arte, del Consejo Consultivo del Instituto Nacional de Bellas Artes, dirigido por Jaime García Terrés. Esta revista era considerada la de mayor difusión, pero estaba por desaparecer; para muchos pintores e intelectuales era excesivamente costosa, lo cual la hacía poco cercana a la gente. Revista de Artes Plásticas, El Arte en México y Arte Moderno, editada por la galería del mismo nombre, fueron otras revistas que intentaron abordar esta línea editorial aunque sólo lograron publicar de tres a cinco números, desapareciendo rápidamente.

Frente a este panorama, Rosendo Soto, Ignacio Márquez Rodiles, Miguel Salas Anzures y el diseñador Miguel Prieto decidieron editar el órgano llamado Frente Nacional de Artes Plásticas, adoptando el nombre de la organización antes mencionada e incluyendo a su asistente Vicente Rojo —en aquel tiempo diseñador e ilustrador— para que se encargara del diseño editorial; una revista tamaño tabloide (tipo El Machete o Arte Público). En ella escribieron algunos integrantes del Frente como Nabor Hurtado, Gabriel García Maroto, Manuel Toussaint y muchos más. Además se dio espacio a las problemáticas del panorama artístico de México, especialmente la defensa de las artes populares y la pintura realista en contra de la abstracción. Para su desarrollo y el de los otros proyectos del FNAP, cuyo fin primordial era la fundación de una galería y una editorial sobre arte mexicano, los agremiados al Frente donaron obra. Tal fue el caso de Olga Costa, Mariano Paredes, Tomás y José Chávez Morado, Manuel Echauri y Alfredo Zalce.

Este órgano publicó sólo cuatro números. Y aunque se pudiera pensar este hecho como una pérdida, no fue así. Su cancelación dio paso a una revista en formato de 30 x 22 centímetros, que superó a México en el Arte y que adoptó el nombre tan conocido: Artes de México.

20 siglos de arte mexicano, antigua época de Artes de México, núm. 1, 1953.
Vida y muerte en los mexicanos, antigua época de Artes de México, núm. 2, 1954.

PRIMEROS AÑOS (1953-1954)

A partir de este nuevo comienzo, Salas Anzures se hizo cargo de la dirección; Rojo de la dirección artística; Vladimiro Rosado Ojeda fue jefe de información y Federico Hernández Serrano, jefe de redacción. Además se contó con la asistencia del pintor Miguel Covarrubias, el escritor José Mancisidor, Alberto T. Arai, el arqueólogo Eduardo Noguera y el propio Márquez Rodiles. La edición en inglés estuvo a cargo de Samuel Cossío Villegas y el jefe de fotografía fue el tan olvidado artista de la lente Agustín Maya; los materiales documentales procedieron del archivo del INBA, aunque también se comisionó a los investigadores de la época a colaborar con investigaciones propias y archivos personales. Los fotógrafos José Verde, Lola Álvarez Bravo, Luis Limón y Juan Guzmán prestaron su talento fotográfico para ilustrar las páginas de la revista, lo mismo que algunos pintores e ilustradores, quienes realizaron viñetas exclusivas para la publicación: Elena Huerta, Antonio Lerma, Raúl Anguiano y Vicente Rojo quien ilustró varias portadas de la revista con dibujos realizados expresamente para las cubiertas. La publicación contaba con un patronato conformado por Pedro Ramírez Vázquez, Álvar Carrillo Gil, Marte R. Gómez, Carlos Lazo e Ignacio Marquina.

Aunque Salas Anzures tenía un espacio dentro de las oficinas del Palacio de Bellas Artes, la revista no tenía una oficina y el trabajo de los redactores se distribuía en reuniones cada fin de semana en su casa en la colonia Narvarte, o en la de Soto, en el pueblo de Contreras. Posteriormente el FNAP tuvo una sede en la Calle de Havre, en la Colonia Juárez, donde se estableció el equipo de redacción y producción de la revista de manera temporal.

Los primeros dos números se maquilaron en la Imprenta del español Elicio Muñoz Galache, ubicada en el centro de la Ciudad de México, famosa por imprimir en su taller catálogos de fina edición y libros literarios de autores independientes. De cierta manera, ésta fue la imprenta oficial del INBA, ya que de ese taller salieron las invitaciones y folletos del Salón de la Plástica Mexicana y de las Galerías Populares Posada y Orozco. A partir del tercer número, sin embargo, se imprimió en los Talleres de la Editorial Helio México, donde durante más de una década se maquiló la revista.

Los huicholes, antigua época de Artes de México, núm. 7, 1955.
Los huicholes, antigua época de Artes de México, núm. 7, 1955.

El Consejo de Colaboradores se conformaba por Siqueiros, Diego Rivera, Erasto Cortés, Manuel Álvarez Bravo, Jorge Enciso, Fernando Gamboa, Alberto Ruz, José Attolini, Juan O‘Gorman, Carlos Mérida, Silvio Zavala, José Rojas Garcidueñas, Andrés Henestrosa, Paul Westheim, Leopoldo Méndez, Celestino Gorostiza, Carlos Pellicer y Manuel Toussaint, entre otros.

El primer número salió a la luz en octubre de 1953, a lado de la exposición 20 Siglos de Arte Mexicano, que abrió sus puertas en el Museo Nacional de Artes Plásticas, actual Palacio de Bellas Artes, el 20 de noviembre y que derivó de la presentada en el Metropolitan Museum Of Art de Nueva York en 1940 bajo la comisaría de Miguel Covarrubias y la inaugurada en París por Fernando Gamboa en 1952. En nuestro país no se había presentado una exposición igual, ya que éstas se circunscribían a un campo específico; pintura, escultura y gráfica sí compartían el mismo espacio, pero el arte prehispánico, novohispano y popular se relegaban a exposiciones paralelas.

La selección de obra prehispánica que acompañó a esta edición la constituyeron piezas de los acervos arqueológicos y monumentos bajo la custodia del INAH. El apartado de arte moderno se ilustró con obras de Rivera, María Izquierdo, Zalce, Kahlo, Rodríguez Lozano, Pablo O´Higgins y Fernando Ramírez Osorio, entre otros. Algunas fueron cortesía de los propios artistas y de los museos nacionales, pero la mayoría de las obras fueron, años después, seleccionadas para la exposición de pintura y gráfica mexicana que el Frente organizó en Varsovia, Polonia. De igual manera el arte popular provenía de las colecciones de Rosa y Miguel Covarrubias, Lola Álvarez Bravo y del extinto Museo de Industrias y Artes Populares. Los colaboradores de esta edición fueron Salas Anzures, Daniel F. Rubín de la Borbolla, Ignacio Márquez Rodiles y Vladimiro Rosado Ojeda.

El segundo número fue Vida y la muerte en los mexicanos, conformado por arte prehispánico, popular y contemporáneo, preparado por Jorge Carrión y quien también escribió el texto estructural; el tercer número se consagró al muralismo prehispánico; el cuarto al muralismo en el arte conventual y al arte de los mares del sur, en el cual además se dedicó una página después del sumario a la obra Las dos Fridas de Kahlo, recién fallecida, a manera de In memoriam; el número cinco y seis se destinaron al muralismo moderno.

De manera paralela a los primeros números de la revista, en el año 1954 se lanzaron al mercado los Cuadernos de Artes de México, una colección complementaria a la revista, que consistió en cuadernillos de veinte o menos páginas en torno a un tema. El número uno fue Mito y Magia en la escultura zoomorfa Prehispánica por Salas Anzures; el número dos, Arquitectura Mexicana por el arquitecto Ricardo de Robina; para el tercer cuadernillo Juan O‘Gorman escribió el ensayo La técnica de Diego Rivera y el número cuatro se dedicó a Zapata, famosa pieza de ballet del coreógrafo y bailarín Guillermo Arriaga, cuya partitura elaboró José Pablo Moncayo, el texto fue de Alfredo Cardona Peña y las fotografías de Nacho López. Finalmente, con este número se dio por terminada la serie de ediciones editadas por el FNAP.

La danza en México, antigua época de Artes de México, núm. 8 y 9, 1955.
La platería mexicana, antigua época de Artes de México, núm. 10, 1955.

RENOVACIONES (1955-1963)

En febrero de 1955 se propuso un cambio en el equipo de redacción, el cual se conformó por Marco Arturo Montero, Rodrigo Arenas Betancourt, Rafael López Rangel, Teodoro González de León, Luis Cardoza y Aragón y Antonio Rodríguez. Esta reorganización respondía al cambio en el comité directivo del Frente, en la cual se fragmentó la relación de Salas Anzures con esta institución, quedando pendiente una publicación con los grabados originales de Posada. Desde ese momento, Artes de México se convirtió en una editorial independiente con sede inicial en Avenida Juárez, número 64, despacho 511.

Después de esta fragmentación, el número siete, Los Huicholes, y las ediciones siguientes conservaron el diseño tipográfico del órgano del FNAP, aunque sin el cintillo que aludía a la organización. En este periodo entra en función la figura del coordinador o editor huésped que prepara un número de la revista. La estructura se vuelve mayormente monográfica. De esta manera, preparados por Covarrubias, los números ocho-nueve, La danza en México, revisaron la historia de la danza en el país desde la época precolombina, los bailables del siglo XIX hasta la danza contemporánea. Para los números diez, La platería mexicana, se contó con la colaboración de Armando de María y Campos, Raúl Flores Guerrero y José Arenas y fueron coordinados por el antropólogo y pintor Jorge Olvera. El número doce, Arte de Rufino Tamayo, contó con un ensayo de Paul Westheim.

A partir de 1956 y al publicarse el número 13 dedicado a la Arquitectura Contemporánea en los Estados Unidos, se transformó el formato de la revista, aumentando su tamaño a 32 x 23 centímetros. Asimismo, el logotipo se rediseñó, suprimiendo la serpiente neo-prehispánica y cambiando las mayúsculas en la palabra “Artes”. La frase “De México” se conservó en mayúsculas.

Vicente Rojo continuó como director artístico e integrante del consejo editorial en compañía de Salas Anzures y Henrique González Casanova. Las ediciones en inglés corrieron a cargo de W. Garnett, y las traducidas al francés por Tomas Segovia.

Y, aunque las ediciones de esta etapa se auspiciaron por la Universidad Nacional de México, todavía existía un comité de benefactores al que se integraron nuevos miembros como Dolores Olmedo, Eusebio Dávalos Hurtado, Ignacio Chávez, Roberto L. Mantilla, Amalia Castillo Ledón, Pedro Ramírez Vázquez y Jaime Torres Bodet, entre otros. De forma paralela existía un Comité de Patrocinadores conformado por Manuel Barbachano, Marte R. Gómez, Ignacio Beteta y Salomón Hale.

En este periodo, la publicación comenzó a dedicar espacios a la generación de la ruptura. No obstante, la pintura de corte realista todavía tuvo un lugar privilegiado: dos números se dedicaron a Diego Rivera en sus facetas de muralista y pintor de caballete y se editó, incluso, un libro sobre la obra mural de Rivera en Estados Unidos. Otras ediciones se dedicaron a la obra mural de José Clemente Orozco, el arte prehispánico, la litografía del siglo XIX, los veinte de años de vida del Taller de Gráfica Popular, el cine mexicano, la historia de México en la plástica mexicana y los 30 pintores más importantes de nuestro país. De igual manera, se elaboró un número dedicado a los bodegones mexicanos preparado por Ceferino Colinas. Los números 43- 44 se dedicaron al arte popular, donde se mostraron las cerámicas de Metepec, Tonalá, Santa Cruz de las Huertas, las lacas michoacanas, los textiles oaxaqueños, chiapanecos y poblanos, cartonería de Celaya, juguete en madera, etcétera. Esta edición contó con textos de especialistas en arte popular como Alfonso Caso, Isabel Marín y Daniel F. Rubín de la Borbolla.

Poesía y paisaje, antigua época de Artes de México, núm. 11, 1956.
Arte de Rufino Tamayo, antigua época de Artes de México, núm. 12, 1956.

En 1959, Artes de México editó un libro que ahora es muy buscado entre los coleccionistas de México y el extranjero: Ciclo México, del grabador polaco Tadeusz Kulisiewicz, que celebraba la exposición del mismo nombre, organizada en el Museo Nacional de Artes Plásticas, donde se expuso la obra gráfica que realizó durante su estancia en México. También publicado ese año, en el número 29 de la revista, Mujeres de México, apareció el ensayo fotográfico más reconocido de la artista Bernice Kolko, acompañado de un texto de Elena Poniatowska, y que constituyó el catálogo documental de la serie.

En 1961, al salir el número 35, Segunda Bienal Interamericana en México, Bernardo Siemiacytki, un antiguo patrocinador, se integró al equipo de trabajo de Artes de México, tomando a su cargo la gerencia general. Esto fue fundamental porque en años posteriores fue un personaje clave en la subsistencia del proyecto. Por otro lado, a finales de ese año, Rojo abandonó la revista.

En julio de 1963, el número 45 se dedicó a homenajear al grabador Leopoldo Méndez por sus 60 años de edad. Lamentablemente, esta edición es inconseguible y desde que salió a la venta se agotó. Por fortuna, Méndez alcanzó a ver en vida dicho homenaje. A principios de 1964, con fotografías de Nacho López, se editaron los números 58-59, como parte de la serie dedicada a la Ciudad de México.

Segunda Bienal Interamericana en México, antigua época de Artes de México, núm. 35, 1961.
Homenaje a Leopoldo Méndez, antigua época de Artes de México, núm. 45, 1963.

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