Después de los enfrentamientos de Nochixtlán del 19 de junio, las primeras fotografías publicadas por medios nacionales echaron abajo la versión del Gobierno federal sobre lo sucedido en ese municipio de Oaxaca. Altos funcionarios como Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Segob, afirmaron que los policías que arremetieron contra profesores y ciudadanos ni siquiera iban armados. Pero las imágenes de Arturo Pérez Alfonso, que dieron la vuelta al mundo a través de la agencia Cuartoscuro, mostraron a los elementos de la Policía Federal fuertemente armados e incluso disparando sus armas automáticas. El propio Pérez Alfonso narra a SinEmbargo esas horas de temor y caos, que hasta hoy han dejado nueve personas muertas y 108 heridas, y que han marcado una nueva crisis para el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo).– El fotoperiodista Jorge Arturo Pérez Alfonso estuvo presente en la mañana del domingo pasado cuando elementos de la Policía Federal, de la Gendarmería y de la Policía de Oaxaca arremetieron con violencia contra profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que protestaban contra la Reforma Educativa, pero también contra los pobladores de esa ciudad, a los que atacaron a balazos e incluso desde dos helicópteros.
Temor, descontrol y violencia fue lo que Pérez Alfonso relata haber visto a su arribo a la comunidad a eso de las diez de la mañana del 19 de junio. Para entonces, los enfrentamientos entre ambos grupos llevaban alrededor de dos horas en la entrada de la comunidad.
Vecinos relataron en su momento que maestros y padres de familia se replegaron en ese lugar. Entonces, las campanas de la iglesia sonaron y el vehículo comunal anunció a través de un altavoz que las personas que desearan ayudar a los maestros con agua, vinagre, cítricos y mantas, lo hicieran en ese momento. Luego de eso se desató el caos.
El domingo, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) dio a conocer en un comunicado que durante la intervención los policías federales no estaban armados ni con toletes.
Luego, el 20 de junio, Enrique Galindo Ceballos, Comisionado General de la Policía Federal (PF), declaró a Radio Fórmula que un grupo de radicales había emboscado a los agentes de la fuerza pública, que entre federales y municipales eran alrededor de 800. Además, dijo, los policías llegaron a ese lugar con equipo antimotines pero sin armas.
Ya por la noche de ese lunes, el propio Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), dijo en conferencia de prensa que los elementos de la Policía Federal que participaron en el enfrentamiento contra los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no portaban armas.
Los operativos, afirmó el funcionario federal, se realizaron conforme a los protocolos de uso de fuerza aplicables a la contención de manifestaciones y bloqueos como ha sucedido en casos similares, y “los elementos que participaron no portaban armas de fuego”.
Pero lo visto en el lugar por un grupo de periodistas de agencias nacionales y extranjeras fue muy distinto a lo que dijeron los representantes del Gobierno federal, y las imágenes y videos captadas durante el choque son irrefutables.
“Cuando nosotros llegamos lo primero que vimos fue un grupo de policías con rifles de asalto. Se distinguen porque el uniforme del Gendarme es muy diferente al del Policía Federal regular. Y nos dijo el Comandante de la Policía ahí que estaban disparando y que nos moviéramos a otra zona, porque no se hacían responsables. Nos situamos en el acceso de la comunidad”, recordó Pérez Alfonso.
Una vez colocados en un puente encima de la carretera Oaxaca–Puebla, Pérez junto con el fotoperiodista de Luis Alberto Cruz, de la agencia Associated Press (AP); Mario Arturo Martínez, de la agencia española EFE, y Carolina Jiménez, fotógrafa del diario local Marca, captaron lo que estaba sucediendo.
Las confrontaciones en la entrada de la comunidad habían subido de tono y una serie de disparos hizo que el grupo se mantuviera por momentos pecho a tierra, narra el fotorreportero de la agencia mexicana Cuartoscuro.
Desde la locación, Pérez aprovechó para hacer una serie de fotografías que terminarían por desmentir la versión de los funcionarios federal, incluido el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien aseguró que los policías no iban armados.
Por estos hechos, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) realiza ahora indagatorias para determinar la actuación de los mandos policiales que fueron enviados al municipio Asunción Nochixtlán, y deslindar las responsabilidades. Hasta el cierre de esta edición, se contabilizaban nueve muertos por arma de fuego en los disturbios.
—¿Los policías dispararon sin discreción a la ciudadanía?
—Yo vi que el rifle lo apuntaron hacia la zona donde estaban los manifestantes. Digo, finalmente, cuando estos policiales quieren dispersar se supone que disparan hacia arriba no hacia un punto en específico. Pero ahora me refieren mis compañeros [Carolina Jiménez], que ellos vieron como un federal levantó el rifle y disparó en posición horizontal. Como se dice comúnmente un “rafagueo”, porque ellos [los fotoperiodistas] entraron por la zona de la vulcanizadora. Eran como 600 policías, fácil. Iban armados unos 50 más o menos.
—En algún momento se quiso decir que estas imágenes eran falsas. ¿Qué les contestaría?
–Yo lo que he dicho es que eso es imposible, porque están los metadatos que comprueban que son imágenes reales. Además, las imágenes no sólo las tengo yo, sino AP, EFE, Xinhua [agencia de noticias de China], son agencias internacionales que no se prestarían a publicar estas imágenes si atentaran contra su prestigio.
—¿Los que protestaban tenían miedo de lo que les pudiera pasar?
—Sí estaban temerosos porque cuando se escuchaban los disparos, ellos se tiraban al suelo. Pero yo veía mucha determinación de ellos de luchar por lo que ellos creen que es correcto. Ellos mantuvieron su posición y no dejaron avanzar a la Policía Federal.
— De acuerdo con la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) había pobladores que iban armados, pero eso no se ha demostrado. ¿Qué fue lo que tú viste?
—Ellos dijeron que los manifestantes iban armados, pero yo nunca pude corroborarlo. No he visto ninguna declaración de que a los muertos se les haya hecho un examen para ver si ellos dispararon. Quiere decir que dispararon a civiles desarmados. Un taxista nos dijo: “No digan que estamos disparando porque no es cierto. Si nosotros les estamos disparando qué clase de gente son los comandantes de la policía que ponen a los policías federales en fila con sus escudos, sus escudos no protegen las balas. ¿Entonces, están poniendo a los policías federales con su escudo antimotín para que los maten, o de qué se trata?”.
—En medio de todos estos disparos, ¿por qué decidieron quedarse y tomar sus fotos?
—Sí había temor de que una bala perdida nos pudiera alcanzar. Pero como estábamos en un plano elevado era muy difícil, y aún así nos tirábamos al suelo cuando hacían los disparos.
—¿Qué tipo de armas llevaban?
—Yo no soy experto en rifles, pero sí eran AR-15 y pistolas 9 milímetros. En mi foto un policía dispara con una pistola. Yo no puedo decir cuál es la diferencia entre balas de goma y las reales, pero acá no se usan, y sí, ellos sí iban armados.
—¿En algún momento las autoridades limitaron tu labor periodística?
—Sí ocurrió, pero ya fue en la capital [en la ciudad de Oaxaca] cuando hicieron el desalojo de la barricada que está en la Hacienda Blanca. A una mujer la agarraron dos policías y la empezaron a jalonear. Yo levanté mi cámara, y una mujer policía me dijo: “Espérate que la detenga”. Yo volví a levantar mi cámara, y ya en ese momento me rodearon policías, me taparon mi cámara y me dijeron que cómo era posible que yo hiciera eso. Yo les contesté: “Yo sólo estoy haciendo mi trabajo”.
—Hay al menos nueve muertos. ¿Eran maestros o ciudadanos del lugar no precisamente afines a las protestas?
—La mayoría de comentarios ese día decían que sí eran afines. Pero yo fui a Nochixtlán y platiqué con los familiares de los fallecidos. En el caso de Yalid, [ Yalid Jiménez Santiago, 29 años] él era originario de la zona de Santa María Apazco. Él les llevó agua a los maestros, les llevó comida. O sea, no dudo que hubiera alguien que iba de paso, pero la mayoría estaba apoyando a los profesores en la barricada, principalmente llevando víveres. Pero en el caso del joven Jovan Galán Mendoza, fallecido en los enfrentamientos en Oaxaca [capital del estado], su papá nos decía que él nos estaba metido en nada, que él sólo iba pasando por ahí.
—¿Era fácil distinguir a quienes apoyaban al CNTE y a quienes no?
—Realmente llegó el momento en el que ya no sabías quién era quién. En el frente había unos 600 civiles, pero atrás había mucha gente atendiendo. Era impresionante la cantidad de la población que estaba apoyando con compresas de vinagre para neutralizar los efectos del gas. Todo eso sucedió en la entrada de la comunidad.