En el Día del Estudiante el Coneval presentó el diagnóstico del Derecho a la Educación en México durante 2018, que observó que “la desigualdad en la distribución de los ingresos de los hogares, la pobreza extrema y el grado de marginación” impactan en el acceso efectivo del derecho a la educación en la población. A esto se sumó la diferencia de género, la pertenencia a poblaciones indígenas y tener una discapacidad.
Ciudad de México, 23 de mayo (SinEmbargo).- El nivel educativo de la población mexicana ha mejorado desde 1970, con un avance de 20.3 por ciento en la alfabetización nacional, que se situó en 2015 en 5.5 por ciento. Pero aún hay temas pendientes que resolver para lograr el pleno goce del derecho a la educación, como la marginación o la inclusión de los pueblos indígenas.
En el marco del Día del Estudiante, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer las cifras del diagnóstico del Derecho a la Educación, documento que arrojó que uno de los factores que imposibilitan el acceso a este es la disparidad por entidad federativa.
Por ejemplo, en 2015, la diferencia en la cifra de analfabetismo fue de 13.5 por ciento entre Chiapas y la Ciudad de México, que registraron tasas de 15 y 1.5 por ciento respectivamente. Son los dos extremos de la balanza.
A nivel internacional, la meta máxima de analfabetismo se centra en el 5 por ciento de la población, pero de acuerdo con datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en 2015, 19 de las 32 entidades federativas cumplían con el tope.
Pero la desigualdad no solo se observó en el acceso a la alfabetización, pues para dar cumplimiento con este derecho es necesario contar con la infraestructura necesaria para recibir a los grupos de estudiantes, pero en 2013 solo el 66 por ciento de la población estudiantil de Oaxaca, Chiapas, Baja California y Sonora asistieron a clases en escuelas construidas con materiales duraderos.
A este respecto, menos del 55 por ciento de los alumnos de educación básica en Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Tabasco asistieron a escuelas con servicios básicos; en tanto que para los estudiantes de Aguascalientes, Ciudad de México, Nuevo León y Tlaxcala esta fue la constante en 95 por ciento de los casos.
GÉNERO Y ASISTENCIA
Las diferencias también se hicieron visibles al observar el acceso a la educación con la variable de género. El Coneval informó que en 2016 las mujeres en edad escolar asistieron mayormente a las instituciones educativas que los hombres. Esta desigualdad no fue visible en preescolar y primaria, que registraron cifras de 72 y 96 por ciento respectivamente; pero en el caso de la educación secundaria, el 86 por ciento de mujeres asistió a la escuela, frente al 84 por ciento de hombres.
En el caso de la educación media superior la cifra mostró un decrecimiento de casi 20 puntos porcentuales, con el 67 por ciento de mujeres en instituciones académicas, frente al 63 por ciento de hombres. Pero a esta cifra se sumó que, en 2014, 1 de cada 6 mujeres asistió a la escuela embarazada y 3.5 por ciento de las mujeres “de 3a 17 años que dejaron la escuela declararon que se embarazaron o tuvieron un hijo”.
Chiapas, Chihuahua, Hidalgo, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Veracruz fueron las entidades en las que sus alumnos tuvieron que ocupar más tiempo para trasladarse a las escuelas, lo que, de acuerdo con el Coneval “puede ser determinante para la deserción y la inasistencia”.
Conforme van creciendo, los estudiantes mexicanos abandonan las instituciones académicas pues, de acuerdo a los datos de 2016 de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares y de la Encuesta Nacional de los Hogares, el 4.3 por ciento de alumnos de 6 a 11 años no asistió a la escuela, pero para la adolescencia la cifra se elevó al 37.4 por ciento entre los 15 y 17 años de edad.
A este dato se sumó que los menores de 3 a 5 años tuvieron un nivel de inasistencia escolar del 33 por ciento. En 2018, el nivel de asistencia creció en 10.7 por ciento, colocándose en el 77.7 por ciento de la población preescolar, pero aunque este nivel educativo fue considerado obligatorio, el 39.3 por ciento de la población estudiantil de México de esas edades nunca ha ido a la escuela; el 35.5 por ciento no tenía la edad requerida para su ingreso; el 4.8 por ciento no asistió por falta de recursos económicos, no tenían dinero; el 6 por ciento no alcanzó cupo en la escuela y el 1.5 por ciento no fue a la escuela por problemas personales, familiares y otros.
DESIGUALDAD ECONÓMICA
El Coneval también observó que “la desigualdad en la distribución de los ingresos de los hogares, la pobreza extrema y el grado de marginación” impactan en el acceso efectivo del derecho a la educación en la población
“En 2016, entre el decil 1 y el 10, en analfabetismo los porcentajes son 15.7 y 0.9 por ciento respectivamente; para rezago educativo 30.8 y 3.6 por ciento”, citó el documento.
La asistencia escolar de quienes provienen de hogares por debajo de la línea de pobreza se vio mayormente afectada, con el 69.5 por ciento frente al 73 en el caso de la educación preescolar. Sin embargo la brecha creció a lo largo de la edad escolar, pues el dato de sigo en el 79.6 frente al 86.6 por ciento en secundaria y empeoró en el nivel medio superior con el 51.5 en contra del 68 por ciento.
En el nivel primaria es en el que menor desigualdad por ingreso se observó para la expansión educativa, pues las cifras de situaron en el 95.9 contra el 95.6 por ciento.
GRUPOS INDÍGENAS
Otro de los factores que diferencian el acceso a la educación es la pertenencia a un grupo indígena y que se sea hablante de una lengua originaria.
Durante 2016, 543,936 personas indígenas de entre 3 y 17 años no recibieron instrucción escolar básica y el rezago educativo en la misma población alcanzó a 444,275 personas.
“Parte de la brecha en asistencia, entre la población indígena y no indígena, puede explicarse por los problemas de accesibilidad física que tiene este grupo poblacional que se concentra en localidades dispersas, lo que genera mayores tiempos de traslado a los servicios educativos en todos los niveles”, explicó el Coneval.
Otra variable que afectó el acceso de la población indígena a la educación fue el tiempo de traslado y accesibilidad a las escuelas, pues más del 4 por ciento de estudiantes de preescolar y más del 6 por ciento de primaria hicieron trayectos de más de media hora para llegar a la institución educativa, además de que los traslados los realizaron, en su mayoría, a pie.
Estos datos contrastan con el 3 por ciento de la población no indígena que tuvo traslados por el mismo periodo de tiempo, pero en su mayoría se realizaron en vehículo escolar o particular y transporte público.
De nuevo, la brecha creció al aumentar la edad escolar, pues en el nivel medio superior, el 12 por ciento de los estudiantes de procedencia indígena registró tiempos de más de una hora para llegar a las escuelas.
PERSONAS CON DISCAPACIDAD
En 2016, 80,628 personas con discapacidad en edad escolar no asistieron a la escuela, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. Además, el nivel de analfabetismo alcanzó el 26.7 por ciento de la población entre 18 y 29 años, cifra muy superior al 0.9 por ciento de las personas sin discapacidad.
Por tanto, las cifras de rezago educativo en ese mismo año llegaron al 48.7 por ciento de la población con discapacidad, esto es 4.3 millones de personas. El dato del rezago educativo para personas sin discapacidad fue de 15 por ciento.
¿QUÉ SIGUE?
El Coneval identificó áreas de trabajo para combatir el rezago educativo y lograr avances para que la población mexicana logre el pleno disfrute del derecho a la educación. En primer lugar, la mejora a la infraestructura educativa que asegure la calidad de la educación en cualquier tipo de institución académica a la que se asista.
Finalmente el Consejo llamó a la implementación de estrategias encaminadas a la formación docente y a prácticas educativas.