Andrew Paxman, coautor del libro El Tigre. Emilio Azcárraga y su imperio Televisa, afirma que aunque el Gobierno actual no promueve la censura, sí hay medios, entre ellos Televisa, que prefieren autocensurarse sobre temas que podrían incomodar al Gobierno federal.
Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).– México no está viviendo una época de censura, pero sí de autocensura por parte de medios y periodistas que, como Televisa, prefieren no tener problemas con el poder en turno, particularmente con el Presidente de la República, y que muestra un comportamiento similar a lo que sucedió en los años 90, en tiempos de Jacobo Zabludovsky, con noticieros que evitan tocar los temas más espinosos, dijo esta noche Andrew Paxman, coautor junto con Claudia Fernández del libro El Tigre. Emilio Azcárraga y su imperio Televisa, biografía que este 2021 cumple 20 años de haberse publicado y del que la editorial Grijalbo ha lanzado una edición especial.
Paxman, también profesor e investigador de la División de Historia del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE, expuso que para Televisa no es un comportamiento nuevo y responde a que en México hay una tradición periodística de autocensurarse para no perder favores del Gobierno, como es la pauta de publicidad oficial o favores políticos y económicos de otros niveles. Eso es lo que el autor del libro sobre “El Tigre” Azcárraga ve en la salida de Carlos Loret de Mola de esa empresa.
“Es muy posible que Bernardo Gómez [Vicepresidente Ejecutivo de Televisa] decidió, aun antes de que le hicieran un telefonazo desde Presidencia o desde Gobernación, que ya no se podían arriesgarse con ese periodista que está haciendo investigaciones por su propia cuenta, que los podía poner en peligro y era mejor que lo quitaran”, expuso en una entrevista en el programa “Los Periodistas”, que conducen Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela por el canal de SinEmbargo al Aire en YouTube.
A 21 años de la salida del libro sobre “El Tigre” Azcárraga, Paxman recordó que la historia de Telesistema Mexicano, luego Televisa, es la historia de una interdependencia entre dos monopolios: uno político, el PRI, y otro televisivo.
“Se nota y se ha notado que, en ese sentido, es un caso ejemplar de lo que se ha etiquetado como ‘el capitalismo de cuates’. También es un ejemplo de la concentración de la riqueza en México en las manos de unos cuantos, es un ejemplo de cómo las elites políticas y las elites empresariales, aun antes de la Revolución Mexicana y durante el transcurso del siglo XX , con un nuevo equipo de jugadores políticos, han podido preservar su poder”, destacó el periodista e historiador inglés.
En ese sentido, explicó, “lo que hicimos Claudia [Fernández] y yo cuando investigamos la historia de ‘El Tigre’ Azcárraga fue no sólo hacer la biografía de un hombre que nos fascinaba, porque era sumamente controvertido y decía las cosas más espantosas en sus declaraciones pública, sino también decir algo sobre la evolución del México del siglo XX. Así que en gran parte no sólo es una biografía, sino es una parte de la historia de México desde 1930, año en que nació Emilio Azcárraga Milmo, el miso año en que su papá [Emilio Azcárraga Vidaurreta] fundó la XEW, hasta casi llegando al 2000. Terminamos el libro precisamente en 1999 una vez en camino la contienda presidencial del año 2000, donde compitieron Vicente Fox y Francisco Labastida, y que marcó un parteaguas en la democratización del país”, relató.
Uno de nuestros objetivos, recordó, era contribuir a los debates en el contexto de la democratización, “porque ya habíamos notado los logros del PAN y del PRD en cuanto a ganar gubernaturas, pero todavía faltaba esa alternancia a nivel presidencial y para nosotros uno de los propósitos del libro fue animar a los lectores a que pensaran más profundamente cómo se había perpetuado la llamada la PRIhegemonia, la dictadura perfecta del PRI”.
–Han pasado 21 años desde la aparición de ese libro y, bueno, entonces Emilio Azcárraga Milmo no sólo hablaba de la “televisión para los jodidos”, sino que decía: “nuestra televisión es Disneylandia, es de hombres guapos y mujeres hermosas, vendemos sueños no vendemos realidades”. Ahora ya no está “El Tigre”, está su hijo, rodeado de un grupo de muchachos como él y han pasado 20 años, ha habido tres alternancias en la Presidencia de la República. ¿Qué es Televisa hoy, Andrew Paxman, ya sin “El Tigre” y después de tres alternancias en la Presidencia? –le preguntó Delgado Gómez.
–Bueno, hoy es una empresa muy distinta en el sentido de que es una empresa que no tiene, primero, una figura tan llamativa como lo era Emilio Azcárraga Milmo. Emilio Azcárraga Jean es mucho más un operador tras bambalinas y es mucho más colegial. Desde el inicio cuando tomó las riendas de la empresa en 1997 delegaba y delegaba, por lo general, bien. Se rodeó de un equipo de gente hábil y no hacía las famosas declaraciones famosas y prepotentes que hacía su papá. También es una empresa diferente en el sentido de que ya no es el aliado de siempre del PRI. Una de las frases más famosas de Azcárraga Milmo fue “somos soldados del PRI” y, obviamente, Televisa ha sabido cambiar de camiseta cuando le ha convenido –respondió Paxman.
“Pero hay un hilo pragmático muy notable que sí representa un hilo conductor, un hilo comúnmente la época de Azcárraga Milmo y Azcárraga Jean, y me refiero a su cercanía con el poder y la manera en que se ha presentado como un aliado muy útil al Presidente en turno sin importar su ideología. Hay que recordar que el mismo PRI, que duró el poder 71 años, tuvo distintas épocas. La época de Luis Echeverría y José López Portillo en los años 70 que fue muy muy distinta a la de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo en los 80, la primera versión mucho más izquierdista y populista, y la segunda mucho más neoliberal y, en cierta medida, democratizadora.
“Por ejemplo, Echeverría no le caía nada bien a Azcárraga Milmo, él hacía lo que tenía que hacer para llevarse bien con el Presidente y para preservar sus privilegios, hasta para concretar la fusión de Canal 8, del Grupo Monterrey, para crear Televisa, restaurando así el monopolio televisivo en manos de los Azcárraga.
“Así que, con la primera alternancia del 2000, luego la segunda de 20212 y ahora con la llegada al poder de Morena en el 2018, Televisa ha sabido navegar siempre esas aguas turbulentas de las elecciones y afiliarse y convertirse en aliado útil de quien se perfilaba como el contrincante más factible o el que tenía más probabilidades de ganar. Y en el caso de López Obrador, que es quizá el caso más extraño debido al hecho de que durante años López Obrador etiquetó a Televisa como parte de ‘la mafia del poder’ y, por otro lado, debido a que Televisa apoyó notablemente en 2006 a Felipe Calderón, y luego en 2012, muy notablemente, respaldó a Enrique Peña Nieto varios años como ’su gallo’, a pesar de esos dos antecedentes en que Televisa laboraba en contra de AMLO, en este caso más reciente, a partir de 2016, 2017, hemos notado que Televisa logró una reconciliación con AMLO. Así que el pragmatismo de Televisa es la gran constante en esta historia”, expuso Paxman, quien fue reportero de The News (un diario de Novedades), de México Insight (publicación de Excélsior) y de 1994 a 1999 corresponsal para América Latina de la revista Variety.
–Es fácil navegar las aguas turbulentas cuando se tiene una tabla de salvación tan grande como es grande el capital, el dinero, que tiene Televisa. Pero un Presidente debe padecer a un Televisa cuando termina su mandato. Es decir, nadie espere que la relación de Televisa con López Obrador se mantenga como está hoy, sino que en algún momento se dará el rito sexenal de la traición, que es algo que también va de la mano con la marca Televisa. ¿Que esperas que suceda, Andrew Paxman, cuando termine este sexenio y López Obrador se tenga que ir a su rancho? –le inquirió Páez Varela.
–Creo que el papel de Televisa en 2024 es difícil de predecir. Lo que notamos en este momento es que, a pesar de que ha tenido varias dificultades, el Presidente de una tasa de popularidad de entre 60 y 65 por ciento. Si Morena logra preservar ese nivel del gusto público en 2024, creo que Televisa va a afiliarse con el sucesor o ‘el tapado’, y creo que va a hacer alianza con Ebrard [Marcelo Ebrard Casaubón] o Sheinbaum [Claudia Sheinbaum Pardo], quien sea el que sigue como representante de Morena en 2024 –consideró Paxman.
“Por otro lado, si resulta que durante los tres años por venir Morena pierde algo de su popularidad y que la elección de 2024 se perfile como una contienda mucho más dividida, no dudo que Televisa va a apostar en dos o tres candidatos a la vez para que los últimos meses de la elección pueda acercarse más al candidato que tenga mayores probabilidades. Pero, claro, siempre va a tener su favorito, y su favorito será el que esté más dispuesto a tener políticas mas proempresariales, más proestadounidenses, más a favor de la preservación de su territorio, porque antes era un monopolio de televisión abierta y hoy día es más un cuasi monopolio en el sector del Triple Play, me refiero a a cable, banda ancha y telefonía, en ese terreno de competencia tiene un 65 por ciento del mercado, y está muy temeroso desde hace un par de décadas que Carlos Slim entre en ese terreno, aprovechándose de su gran red de fibra óptica que tiene gracias a Telmex, lo que sería la pesadilla de Televisa.
“Entonces, Televisa no va a tomar un rol pasivo en 2021, va a cultivar amistades, va a tratar de persuadir a los candidatos, a todos si puede, para que le ayuden a preservar esa parte de su negocio que es cada vez la más importante, y en cuanto a quién va a apoyar eso es muy difícil de decir. Si me hubieran hecho la pregunta hace dos años y pico habría dicho Rafael Moreno Valle, porque ya había evidencias de un acercamiento entre ambas partes, pero con el helicopterazo que sufrió ese panista, el Gobernador más indicado o que más había hecho para acercarse a Televisa ya no está con nosotros, entonces no sé quién puede ser”, expuso el periodista nacido en Londres, Inglaterra.
–Pues Ricardo Anaya, Anaya que busca ser una vez más candidato en 2014, después de haberlo sido en 2018. Tampoco es que la baraja de la oposición es vasta. Y, sin embargo, a Televisa no le ha ido mal con López Obrador, no solamente porque le ha dado quizá no las millonadas a las que estaban acostumbrados con Peña Nieto o con Calderón, pero es el medio que ha obtenido la mayor cantidad del presupuesto de publicidad oficial. Y no solamente eso, Andrew, el Presidente de la República, la semana pasada, utiliza su conferencia de prensa mañanera para anunciar y celebrar el acuerdo de Televisa con Univisión, en una estrategia, tú lo sabrás mejor, que busca también potenciar a Televisa en México y en Estados Unidos –comentó Delgado.
–Así es. Hemos notado varios intercambios de favores entre la 4T y Televisa, repito que el favor más importante es detener la entrada de Carlos Slim al mercado de cable. Sin embargo, hemos notado otros intercambios como el gasto publicitario que mencionaste, y por ejemplo Televisa le proporcionó a AMLO el Estadio Azteca para su cierre de campaña, además está cada mañana y cada noche en sus noticieros, destacando la mañanera y, en general, ofreciéndose como siempre como plataforma propagandística del Gobierno y del Presidente, sobre todo. Así que esa relación simbiótica que describimos en nuestro libro desde la primera edición sigue en vigor aunque, como bien dices, la ideología de ambas partes es muy distinta. En un momento de la introducción de la nueva edición del libro hago una comparación entre AMLO y Azcárraga Milmo, por un lado, y Francisco I. Madero y Victoriano Huerta, por el otro. Ese nombramiento que, ingenuamente, hizo Madero a Huerta como su General, que luego se convirtió en traidor, también era una alianza entre gente de ideologías completamente distintas y lo estamos notando hoy en día, Entonces, es un matrimonio de conveniencia y nada más –expuso el periodista e historiador.
–En todo caso, la evolución que ha sufrido Televisa en estos 20 años, o de Emilio Azcárraga Milmo a estos cuatro fantásticos que controlan Televisa hoy, es una evolución que sí le beneficia a Televisa porque ha sorteado a todas las ideologías pero, a su vez, Andrew, esta evolución, no sé cómo lo veas tú, no es necesariamente benéfica para México –preguntó Páez.
–No, no lo es. Y no lo es porque un sistema de televisión goza del uso del aire, de las frecuencias, que es un bien público, y con ese uso viene la responsabilidad de comportarse como un medio que es neutral o por lo menos que represente distintos puntos de vista y le pide cuentas al poder, que es la función básica de la prensa en cualquier democracia, lo que a veces implica hacer las preguntas difíciles y lo que notamos hace, por ejemplo, un año y medio con la salida de Carlos Loret de Mola de Televisa, es que este periodista sí estaba haciendo preguntas difíciles, poco gratas, pidiendo cuentas al poder, específicamente en ese tiempo sobre los bienes de Manuel Bartlett, y la reacción de Televisa, podemos suponer en conversación con la 4T, fue que tenía que quitar a esa persona incómoda de sus foros porque está haciendo preguntas que no son del agrado del Presidente –respondió Paxman.
“Entonces, en ese sentido, estamos viendo algo muy parecido a lo que sucedió en los 90 en tiempos de Jacobo Zabludovsky, con noticieros que tienden a evitar los temas más espinosos, aunque sí han habido cambios. Hay que reconocer que con el canal Foro TV y los programas de debate que tiene con Leo Zuckerman y otros, el tono de Televisa sí es algo distinto al que se tenía en los 90. Pero la relación entre los noticieros de Televisa y el poder hoy es tan sumisa como antes.
“Otra cosa que hay que reconocer, y no quiere perder ese punto, es que Televisa hoy en día es una empresa más necesitada de lo que era en tiempos de Azcárraga Milmo. Me refiero a que, más o menos desde 2014, la empresa ha visto la disminución de sus márgenes de utilidad, la disminución del precio de su acción en la Bolsa, sobre todo desde 2015 cuando se vendió en 40 dólares y al año pasado cuando cayó a 6 dólares, y por lo tanto Azcárraga Jean ya no aparecía en la lista de los billonarios de Forbes. Así que la empresa Televisa es algo limitada en comparación con su estatus de hace 20 o 25 años, y por lo tanto ese es uno de los impulsos que la ha acercado al Gobierno actual”, planteó el coautor de la biografía El Tigre. Emilio Azcárraga y su imperio Televisa.
–Ya que mencionaste el caso de Loret de Mola, ¿el padeció censura y si así fue de parte de quién: del Gobierno de López Obrador o, de manera oficiosa, de parte de Televisa? –preguntó Álvaro Delgado.
–No sabemos, pero lo que sí sabemos es que en México hay una fuerte tradición periodística de autocensura, entonces es muy posible que Bernardo Gómez [Vicepresidente Ejecutivo de Televisa] decidió, aun antes de que le hicieran un telefonazo desde Presidencia o desde Gobernación, que ya no se podían arriesgar con este periodista que está haciendo investigaciones por su propia cuenta, que los podía poner en peligro y era mejor que lo quitaran de su noticiero matutino, pero lo dejaron seguir en la radio para que no los pudieran acusar de exiliarlo por completo –respondió el periodista inglés.
–Dado lo que comentas de Carlos Loret, que es un opositor de López Obrador que también, hay que decirlo, utiliza recursos de un grupo que es enemigo de López Obrador, y así está cumpliendo su función Carlos Loret. Pero, tú cómo sientes, ¿sientes que México está viviendo un momento de censura? Y si lo ves así, me gustaría mucho que me dieras casos de censura desde el Gobierno, porque lo otro ya lo sabemos: son muy pragmáticos, no me sorprende que Televisa corra a periodistas con tal de servirle al poder o ponerse de tapete del poder –preguntó Alejandro Páez.
–No creo que estemos viviendo una época de censura, estamos viviendo una época de polarización, que es otro mal. En cuanto a la censura, la censura directa de la prensa es un fenómeno que sólo se empleaba desde el Gobierno de vez en cuando. Por ejemplo, ciertos casos notables, como la intervención de Echeverría en Excélsior en 1976 para quitar a Julio Sherer como su director; la clausura de la revista Presente por parte de Miguel Alemán; el exilio de Manuel Becerra Acosta en 1989 al que fue obligado el director de Unomásuno por Carlos Salinas, esos son casos excepcionales. Lo más común ha sido animar la autocensura y, ¿cómo lo han hecho? Lo han logrado al hacer a la prensa dependiente de la publicidad oficial y con bajo la amenaza de perder esa publicidad un editor o un dueño de medios siempre tiene la tentación de autocensurarse. Ese fue el mecanismo que prevalecía hasta por lo menos los principios de los 90, y luego se vio una disminución de ese mecanismo a partir de Salinas y hasta Fox, y luego llegó con un nuevo vigor con Calderón, quien incrementó muchísimo el gasto en publicidad oficial, cosa que repitió Enrique Peña Nieto y, bajo el actual Gobierno, Andrés Manuel López Obrador ha achicado mucho el presupuesto de publicidad oficial, que es una cosa muy sana y puede ser que anime a los medios a sostenerse por su propia cuenta y, por lo tanto, no autocensurarse tanto como antes –consideró Andrew Paxman.
“La otra cosa es la polarización y hemos notado una tendencia en algunos medios de defender a la 4T como si fuera un aliado del mismo medio, como se nota en La Jornada, o notamos una tendencia de escribir de manera crítica sobre la 4T, sobre López Obrador o sobre su Gabinete, sin dar derecho de réplica o por lo menos no darlo en un tiempo adecuado, como un reportaje publicado en Reforma sobre un reporte de bienes de Olga Sánchez Cordero, donde identificaron un departamento en Houston, que no había declarado, pero no le dio chance a Sánchez Cordero de explicar porqué sucedió esa omisión; se fueron a primera plana y lo publicaron como primicia, y eso daña al periodismo. Es evidente”, consideró.