El director regional de la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa pidió que se reúna a médicos, enfermeras, farmacéuticos, profesionales de la salud y sociales, y, sobre todo, a los propios habitantes de las residencias de ancianos en la toma de decisiones y la prestación de cuidados.
Madrid, 23 abr. (Europa Press).– Hasta la mitad de los fallecidos por la COVID-19 son ancianos que se encontraban en residencias, “una tragedia humana inimaginable”, ha señalado el director regional de la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, el doctor Hans Kluge, a tendiendo a que está cifra podría rondar las 55 mil muertes, según las estimaciones de los países de la región europea.
Por este motivo, en la rueda de prensa que celebra cada semana, este jueves ha puesto especial énfasis en pedir a los Estados miembros su “compromiso” para proteger a los mayores de las residencias y a sus cuidadores.
“Esta pandemia ha puesto de relieve los rincones menospreciados de nuestra sociedad. En toda la región europea, los cuidados a largo plazo han sido notoriamente descuidados. Pero no debería ser así”, ha señalado, antes de pedir que se establezcan sistemas de atención a largo plazo integrados y centrados en la persona.
“Esto significa lograr un equilibrio entre las necesidades de los residentes y sus familias, y garantizar que los servicios se gestionen de forma segura y que el personal esté protegido y bien apoyado”, señala.
Para ellos pide establecer planes integrales para prevenir y controlar las infecciones; dar prioridad a las pruebas de cualquier caso sospechoso entre los residentes y el personal de los centros de cuidados a largo plazo; proporcionar EPP, capacitación y suministros y equipos médicos esenciales a los centros de atención; y aislar todos los casos, establecer pabellones o espacios separados para los residentes con COVID-19 incluso antes de que se produzcan los primeros casos, y asegurarse de que los residentes puedan ser remitidos y ser dados de alta de forma segura del hospital.
“Estas medidas ayudarán a reducir la propagación del virus, y permitirán la apertura controlada una vez más de estos hogares a las familias y los visitantes”, ha explicado el experto, quien además ha pedido que, “de ahora en adelante”, se priorice “la calidad, los recursos, los sistemas de atención fuertes y sostenibles” que dando valor a las “necesidades y la dignidad de las personas deben ser nuestra norma de oro”.
Para ello pide que se reúna a médicos, enfermeras, farmacéuticos, profesionales de la salud y sociales, trabajadores de la salud y, sobre todo, a los propios residentes de las residencias de ancianos en la toma de decisiones y la prestación de cuidados.
“Tenemos mucho que aprender el uno del otro. Compartamos las experiencias relevantes en toda la sociedad, y los enfoques comunitarios de la atención. La OMS está dispuesta a apoyar a los países para que establezcan sistemas integrados de atención a largo plazo centrados en la persona”, ha añadido.
“ES NUESTRO DEBER NO DEJAR A NADIE ATRÁS”
“Hemos heredado los derechos, valores y oportunidades que nos definen de las generaciones anteriores, como nos nutrieron, por lo que debemos cuidarlos. Es nuestro deber no dejar a nadie atrás. Debemos dar un paso adelante”, ha señalado.
De cara al futuro, señala que cada país debe invertir en sistemas de atención “centrados en las personas”. Y, en este sentido, ha recordado que todos los que mueren en los hogares y residencias de COVID-19 tienen derecho a ser atendidos y a recibir atención al final de la vida, “incluyendo el alivio de los síntomas con la medicación adecuada, rodeados de sus seres queridos”.
“Muchos hoy en día no pueden recibir visitas de familiares y amigos. Ya no reciben el apoyo emocional y físico que tales visitas proporcionan. A veces los residentes se enfrentan a la amenaza del abuso y el abandono”, ha continuado.
CASOS EN EUROPA
Por otro lado, ha lamentado que casi el 50 por ciento de la carga mundial de los casos de COVID-19, más de 1.2 millones, se encuentran en la región europea. “Y me entristece informar que más de 110 mil personas han perdido la vida. Desde la última vez que les informé hace 7 días, los nuevos casos han aumentado en más de un cuarto, y las muertes en un tercio”, ha afirmado.
En los países de la parte oriental de la región (Federación de Rusia, Turquía, Ucrania, Uzbekistán y Belarús) se ha registrado un aumento de la tasa de nuevos casos durante la última semana. La semana pasada ha señalado que sus equipos estuvieron en Belarús y la próxima semana enviaran misiones a Tayikistán y Turkmenistán.
“No se equivoquen, permanecemos en aguas muy turbulentas y lo haremos por algún tiempo. De los 10 países del mundo que han notificado el mayor número de casos nuevos en las últimas 24 horas, 6 se encuentran en la Región Europea”, ha advertido.
Asimismo, ha destacado la reducción de casos en España. Además, ha hecho un llamamiento a todos los países para que mantengan un “firme control de las estrategias” que funcionan para detener este virus -identificar, aislar, probar, rastrear los contactos y ponerlos en cuarentena-, al mismo tiempo que vigilen constantemente la eficacia de las medidas aplicadas.