Los hispanos están ante una alternativa aterradora. Pueden hacer caso omiso de la trayectoria de Biden y votar por él o pueden abstenerse y correr el riesgo de cuatro años más de presidencia de Donald Trump, quien esta semana firmó un decreto que congela parte de la migración al país durante la pandemia de coronavirus.
Por Will Weissert
WASHINGTON (AP) — El hecho de haber sido Vicepresidente de Barack Obama es un obstáculo para las relaciones del candidato presidencial demócrata Joe Biden con el electorado hispano, un sector que podría ser crucial para ganar la Casa Blanca.
Para muchos latinos, Biden les recuerda cómo el ex Presidente expulsó a unas tres millones de personas que se encontraban ilegalmente en Estados Unidos, lo que le valió el mote de “deportador en jefe”.
Es por eso, entre otras razones, que la abrumadora mayoría de los latinos apoyó a Bernie Sanders en las primarias demócratas. Pero ahora que el Senador por Vermont ha abandonado la contienda y queda Biden como virtual candidato, los hispanos están ante una alternativa aterradora. Pueden hacer caso omiso de la trayectoria de Biden y votar por él o pueden abstenerse y correr el riesgo de cuatro años más de presidencia de Donald Trump, quien esta semana firmó un decreto que congela parte de la migración al país durante la pandemia de coronavirus.
“El ‘volvamos a las cosas como eran antes’ no es muy atractivo para gente que vive con la sensación de tener una bota sobre su cuello”, dijo Marisa Franco, directora y cofundadora del grupo activista Mijente, que en su primera incursión en política electoral respaldó la candidatura de Sanders.
El Gobierno de Obama efectuaba las deportaciones con el ánimo de demostrar que tomaba en serio la aplicación de la ley mientras esperaba que el Congreso aprobara una reforma del sistema migratorio. Pero entre los deportados había una alta proporción de gente sin prontuario criminal, aunque el Gobierno insistía que su intención era expulsar a los criminales del país.
Finalmente, Obama comprendió que el Congreso no actuaría y cambió de táctica al ampliar las protecciones legales para jóvenes migrantes mediante la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), la que aún enfrenta demandas en los tribunales federales.
Durante mucho tiempo, Biden defendió la política migratoria del Gobierno de Obama, y a un activista en Carolina del Sur que deploró las deportaciones le dijo, “deberías votar por Trump”. Pero en vísperas de perder la primaria en Nevada, un estado de gran población hispana, Biden reconoció que “nos tomó demasiado tiempo hacer las cosas bien”.
“Creo que fue un gran error”, dijo Biden.
Domingo García, Presidente de League of United Latin American Citizens (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos), dijo que muchos “en el ala más liberal de la comunidad latina” visualizan el tema como una “prueba de fuego de algo que no olvidan”. Pero muchos activistas dicen que eso tiene menos importancia que el racismo de Trump.
La legisladora demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, una voz influyente en el ala progresista del partido, ha dicho que votará por Biden en noviembre, aunque lo ha exhortado a prestar mayor atención a los problemas hispanos. Sanders ha respaldado a Biden y pedido a su base leal que apoye al ex Vicepresidente para asegurar la derrota de Trump.
El Presidente republicano no ha variado en su posición frente a la migración, que considera crucial para motivar a su base. Su decreto más reciente garantiza que la migración será casi con seguridad uno de los temas clave de cara a las elecciones.
El Gobierno de Trump ha deportado unas 267 mil 260 personas en el año fiscal 2019, muy por debajo del récord de 410 mil que deportó Obama en el año 2012. Pero ahora hay mucha más gente encarcelada mientras se ventilan sus casos en las cortes y se ha enviado a 60 mil de regreso a México a aguardar el mismo proceso.
“Nuestra comunidad sin duda comprende y conoce las consecuencias de tener a Trump como Presidente”, dijo Laura Jiménez, directora de relaciones con la comunidad latina de la campaña de Biden. “En esta elección se juegan nuestras vidas, nuestra seguridad, la posibilidad de prosperar y ganar aceptación en este país”.
Unos 32 millones de hispanos podrán votar en noviembre, el 13.3 por ciento del electorado. Por primera vez superarán a los afroamericanos como primer bloque minoritario, según el Centro de Investigaciones Pew.
Biden seleccionará próximamente a su compañera de fórmula, y entre las candidatas aparecen figuras latinas prominentes como Michelle Luján Grisham, gobernadora de Nuevo México, y Catherine Cortez Masto, Senadora por Nevada.