El material médico escasea y los precios están por las nubes. Por esa razón, el personal médico recurre a proveedores que saben encontrar mascarillas, guantes o gel antibacterial, pero los fraudes están a la orden del día. Aquí un caso.
Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).- Las agresiones a los médicos y enfermeras que atienen la pandemia de COVID-19, no se limita únicamente a malas palabras o violencia física, ya que en la búsqueda de hacerse de insumos que los tengan protegidos durante su labor, se encuentran con personas que, sin importar a quién, buscan hacer fraudes.
Esta es la historia de Lizz, quien tiene una fábrica de productos antisépticos y vende a instituciones públicas desde hace cinco años. Contó a SinEmbargo que en enero, el Gobierno federal la contactó para la compra de cubrebocas a China y, como ella no los fabrica, los compró a alguien más; es decir, fungió únicamente como intermediaria.
Por esa razón y por los contratos anteriores con distintas dependencias, conforme el número de contagios aumenta en México y, al mismo tiempo, las denuncias de que a los médicos no se les entregan los insumos necesarios para atender la enfermedad, doctores le pidieron que por favor les buscara mascarillas.
De acuerdo con una investigación de Metadatos realizada por este diario digital, médicos, enfermeras, directivos, hospitales y empresas de insumos médicos se han convertido en un blanco para extorsionadores y ciberdelincuentes que buscan aprovecharse de ellos en la coyuntura por el virus COVID-19 para cometer robos y fraudes.
Los reportes en los que el blanco fueron profesionales de la salud proceden de los portales de las policías cibernéticas de Chiapas, Chihuahua, Michoacán, Morelos, San Luis Potosí y Tabasco.
En el caso de Lizz, todo empezó a través de un perfil en Instagram. Luego de horas para intentar recuperar el dinero de los doctores, salieron más personas defraudadas por esta misma persona.
Desde que empezó la pandemia de coronavirus, Lizz busca material para los doctores que cumpla con las especificaciones de salubridad y que también tengan un precio justo. Esta labor se complica en un mercado en el que el producto escasea y los precios, de lo que hay, aumentan.
“Vi en varias cuentas de Instagram que apoyan a la gente del sector salud y me dirigí a un anuncio de mascarillas que decía que estaban en Guadalajara; la mayoría decían que estaban en Monterrey, elegí justo la de Guadalajara porque tengo una bodega que atiende mi primo y así él podía ir a donde estaban los productos y verificar para evitar un fraude porque están al día”, cuenta Lizz.
Por fin había encontrado mascarillas 3M, que son las de más seguridad y las que más necesitan los doctores. Le ofrecieron un precio de 89 pesos, lo que pareció razonable. Lizz contactó a la persona en Guadalajara, le pasó la dirección de su casa en una unidad habitacional. Le dijo que ahí podía recogerlas a las 18 horas. Le envió fotografías de las mascarillas y le depositó 9 mil pesos.
“Yo revisé la dirección y le dije que le depositaba para que ya nada más fueran a recogerlas y agilizar todo para tenerlas a primera hora. Yo le dije a mi primo que me las mandara por ETN para que pudiera tenerlas en ocho horas, lo más pronto posible.
Entonces le deposité de las mascarillas 3M, lo bueno que me dijo es que solo tenía 100. Ya cuando le deposité me dijo que si mi primo podía ir más tarde porque estaba cuidando a un niño de su hermana y una súper historia. Le dije que sí, sin problema. Que mi primo iría más tarde”.
CUENTAS FRAUDULENTAS
Pero dieron las 11 de la noche y la persona con las mascarillas nunca apareció. Lizz escribió a la cuenta donde vio el anuncio sobre el fraude. La persona que administra la cuenta –que ya fue dada de baja en Instagram– mostró sorpresa de saber que la persona no aparecía y ya no contestaba el teléfono.
“Esta persona me dijo: ‘ay cómo crees, déjame te paso el contacto de la persona que me pasó el anuncio’, pero me pasó un perfil muy pirata, muy falso. También me pasó conversaciones que supuestamente tenía con la chava, según muy enojada, pero de repente me dejaron de contestar las dos. La chava de la publicación le dijo que me dijera que no era un fraude, que se había equivocado en la dirección y nos pasó una nueva, pero en una de las peores colonias de Guadalajara, yo decidí no exponer a mi primo a que lo levanten o asalten, al no saber con qué personas nos estábamos enfrentando”.
Los datos empezaron a salir. La persona que le ofreció las mascarillas, le dijo que la tarjeta Banamex a la que depositó, estaba a nombre de “Ruth Rodríguez”. Luego de que esta persona dejó de contestar a Lizz, ella contactó al banco y le pasaron el nombre de la titular de la cuenta: Ruth Paulina Rodríguez Ponce, que es quien administraba la cuenta que subió el anuncio de las mascarillas.
“Yo me saqué muchísimo de onda, porque ella me estaba defendiendo en la noche. Se supone que todo lo que se sube a las cuentas tiene que ser verificado por quienes la administran, porque se trata de ayudar, no de generar más problemas. Pero acá no contábamos con que se trataba de la misma chava”.
Lizz decidió hacer pública toda la información y el caso se hizo viral. Necesitaba recuperar el dinero que era de los doctores y además, seguir en la búsqueda de las mascarillas, porque la necesidad continúa.
Cuando el caso estuvo en todos lados, la mujer apareció de nuevo para pedirle que quitara todo, que le iba a regresar su dinero. Le hizo un depósito de 5 mil pesos.
Después le mandó un audio y ahí comprobó Lizz que se trataba de la mujer que administraba la cuenta, es decir, siempre fue ella.
“Haciéndose pasar por la mujer de las mascarillas me dijo que supuestamente era una broma a Paulina, que era su tía y que tenía una tarjeta adicional y que le hizo una broma, que ella le había hecho algo en el pasado y bla bla, pero era la misma voz. Yo le dije que se había pasado y que se trataba de dinero de los doctores, que incluso, cuando estábamos con la transacción, que le podía pasar el comprobante de que era dinero de ellos para que viera que yo no haría mal uso de esas mascarillas”.
“Nunca pidió disculpas, pero pedía que quitara la información que ya se había hecho viral. El problema es que empezaron a surgir más defraudados por esta mujer, así que decidimos no quitarlo hasta que regresara todo el dinero. Incluso le dije que si tenía las mascarillas que me las diera, que eso es lo que me interesaba. Que si me daba las mascarillas, yo les diría a todos que sí me había dado la mercancía, que cumplió y que solo había sido un malentendido. Dijo que me iba a dar el dinero, lo que demostró que nunca tuvo el material, que realmente era un fraude”.
DENUNCIA LISTA
Lizz interpuso este jueves ya una denuncia ante la Fiscalía Desconcentrada en Investigación en Benito Juárez por hechos constitutivos del delito de fraude contra Ruth Paulina Rodríguez Ponce.
Y la búsqueda de material continúa. Intenta contactar a gente que conoce y si le ofrecen cien guantes, avisa a las dependencias o doctores que encontró cien guantes a tal precio. Su aportación es ir por la mercancía.
“El anuncio en Instagram fue un oasis en el desierto, porque las mascarillas 3M ya no se encuentran. Estas son difíciles de encontrar. Estas las vi, en Guadalajara, todo perfecto, hasta que esta persona empezó con sus cosas, pero también yo pensé que nadie se atrevería a hacer un fraude con este tema”.
Finalmente se dirigió a quien esté en la búsqueda de material: “El consejo es no comprar mercancía hasta verla. Otra persona me ofreció guantes, pedí un video y jamás me lo mandaron, entonces la mercancía no estaba. Si alguien en verdad tiene la mercancía no tendrá ningún problema en cerrar la venta y mostrártela. Así se maneja. No depositen sin antes ver la mercancía. Si quien les está vendiendo les está dando largas para mostrar la evidencia de que tienen la mercancía, huyan de ahí”.
CHARLA_FRAUDE