Alejandro Calvillo
23/04/2019 - 12:04 am
El Elefante en Palacio
La expresión metafórica de “el elefante en el salón” surge cuando una verdad evidente, cuando un hecho indiscutible, un gran riesgo, es ignorado. Cuando un asunto vital y trascendente se ignora, ya sea por pura ignorancia o por no querer lidiar con las consecuencias que significa enfrentarlo. Ignorar el riesgo, solamente lo aumenta. podríamos decir […]
La expresión metafórica de “el elefante en el salón” surge cuando una verdad evidente, cuando un hecho indiscutible, un gran riesgo, es ignorado. Cuando un asunto vital y trascendente se ignora, ya sea por pura ignorancia o por no querer lidiar con las consecuencias que significa enfrentarlo. Ignorar el riesgo, solamente lo aumenta. podríamos decir que el Elefante se convierte en un Mamut en la Sala.
El Cambio Climático es el Gran Mamut en la Sala de la Humanidad. El esfuerzo científico internacional, que más expertos del mundo ha reunido, el llamado Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), creado desde 1988 para brindar información sobre el estado del clima del planeta, cuáles son las causas de su alteración y cuáles son las consecuencias que se están presentando y que podemos esperar en los próximos años, ha advertido que sus estimaciones, una y otra vez, se han quedado cortas.
En octubre de 2018 el IPCC advirtió que nos quedan 12 años para evitar una catástrofe climática global si no logramos reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, en especial de dióxido de carbono, es decir, si no comenzamos a bajar drásticamente el consumo de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas. Si llegamos a un aumento de la temperatura global promedio de 1.5 grados centígrados en el 2030, se agudizarán las tormentas desastrosas, los incendios forestales, las sequias afectarán cosechas y aumentará el hambre, las inundaciones serán más frecuentes y severas, y nos encontraremos entrando en situaciones en las que los fenómenos causados por el propio cambio climático lo retroalimentarán. Es decir, las emisiones de dióxido de carbono por los incendios forestales o el deshielo del “permafrost” causados por el cambio climático pasarán de ser un efecto a convertirse en una causa más que contribuye al calentamiento global. Un circulo descontrolado de retroalimentación cuyas consecuencias son imprevisibles.
El Mamut están en la Sala y amenaza a todos. Una niña de 16 años, con Asperger, levanta un movimiento internacional en 8 meses y reclama ante el Parlamento Europeo y ante Naciones Unidas por qué no se habla del elefante en la sala, del Elefante en los Palacios de Gobierno, en los Congresos, por qué no se habla del Cambio Climático, por qué no está en las páginas centrales de los diarios y los noticiarios. Si provocará catástrofes que pondrán en peligro la vida de cientos de millones de personas y afectará a todos los habitantes del planeta, si multiplicará los movimientos de migrantes alrededor del mundo, si agudizará la inestabilidad política, si generará graves hambrunas, ¿por qué no se habla de él?.
David Attenborough, el mayor documentalista de la vida en el planeta, advierte que estamos en la última oportunidad. También, ante Naciones Unidas, a sus 92 años, les dijo a los líderes del mundo: “La gente del mundo ha hablado, su mensaje es claro… Se les acaba el tiempo. Quieren que ustedes, quienes toman las decisiones, actúen ahora”… “La continuación de nuestras civilizaciones y del mundo natural del que dependemos está en sus manos”.
En nuestro país, los intelectuales prefieren no hablar de él, bajo la excusa de que no son especialistas en Mamuts, perdón, en Cambio Climático. ¿Se requiere ser militar para hablar de la guerra o ser experto en océanos para oponerse a su contaminación? Los políticos de nuestro país, en su gran mayoría ignoran el cambio climático. Se manifiestan en contra del sistema neoliberal y no ven la mayor amenaza de ese sistema, no ven que el Cambio Climático avanza aceleradamente por el contubernio entre las grandes petroleras y el gobierno estadounidense que ha impedido que el mayor emisor de gases invernadero por persona tome compromisos, se comprometa a reducir emisiones.
El elefante está también en Palacio Nacional, como en la mayoría de los edificios de gobierno alrededor del mundo. Y nadie quiere hablar de él, por ignorancia o por lo que implicaría enfrentarlo.
Como Noemi Klein tituló su libro sobre cambio climático: “Esto Todo lo Cambia”.
Todo lo que se haga de política social puede venirse abajo en muy poco tiempo ante los impactos del cambio climático, y eso si, serán los más pobres los que más lo sufran, aunque todos seremos sus víctimas, víctimas de nuestra propia incapacidad para ver el elefante en la sala y enfrentarlo.
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