La Semana Santa suele ser congelante para las campañas electorales. Lo he comprobado de años atrás.

20 años después de luchar por el cambio de sistema, con la toma del poder mediante una revolución que iniciara el cambio histórico del país, en 1988, me uní al movimiento de transformación gradual por la vía electoral, incorporándome en La periferia norteña del Frente Democrático Nacional.

Después del 6 de julio y ante el fraude electoral (con caída del Sistema incluido) Cárdenas convocó a todos los activistas y simpatizantes en el país, para instalar el 20 de noviembre de 1988 comités promotores del Partido de la Revolución Democrática en todo el país.

En Ciudad Juárez nos reunimos una decena de activistas que habíamos participado en la campaña de Cuauhtémoc, y manos a la obra.

Me nombraron presidente del comité promotor del PRD en la ciudad y luego luego nos pusimos a la tarea, había que invitar a todos los militantes del antiguo partido comunista, políticos de izquierda, priIstas que estaban rompiendo uniéndose a Cárdenas y exguerrilleros de los 70s.

Pero teníamos de inmediato una tarea electoral concreta para el siguiente año, en julio de 1989 se celebrarían elecciones en los municipios de Chihuahua y en Ciudad Juárez, debíamos tener nuestro primer candidato.

El comité promotor del PRD me designó como candidato a Presidente Municipal para Juárez y seguimos con el mismo esfuerzo de armar la estructura municipal del PRD y preparar la participación electoral para la Presidencia Municipal.

Con el impulso que habíamos tomado desde noviembre, seguimos activos y muy exitosos, desde nuestra perspectiva, rumbo a las elecciones municipales, teníamos la gran duda de cómo invitaríamos a votar a los ciudadanos, puesto que el PRD apenas se fundaría el 5 de mayo y nosotros ya debíamos participar en las elecciones en julio, incluso la primera propaganda la hicimos llamando a votar por el PMS-PRD.

Sentíamos la emoción de estar construyendo algo nuevo y para quienes habíamos despreciado la vía electoral para llegar al poder estamos viviendo una experiencia excitante.

Con el arranque inicial, la instalación de la oficina, las citas, reuniones y constitución de comités de base, además de empezar a armar la estructura electoral para tener representantes el día de la votación, disfrutábamos de la sensación del crecimiento inmediato y espontáneo.

Nos empezaban a reconocer como pares el PAN y el PRI, nos integramos a la asamblea municipal electoral que era un espacio de discusión totalmente antidemocrática, 11 votos a favor del PRI contra el voto del PAN y del PMS-PRD, en los primeros cuatro meses crecíamos y crecíamos, y llegó la Semana Santa, hicimos planes para aprovechar los 15 días de vacaciones y… El primer lunes de la semana me presenté lleno de planes para trabajar en territorio, llegó Olivia y el Lic. Almaraz, pero no vino nadie más, todos habían salido de la ciudad de vacaciones. “Estábamos en Semana Santa”.

Cuando regresaron los compañeros, tenían un mar de anécdotas y un ánimo festivo, pero se había desinflado el globo inicial, y además debíamos prepararnos para asistir el 5 de mayo a la Asamblea fundacional del PRD en el Distrito Federal.

Algo similar, aunque menos impactante le había sucedido al PAN. Sólo el PRI que tenía una estructura territorial en toda la ciudad, formada por ciudadanos que no salían  de vacaciones, trabajadores y empleados públicos, aprovechó los días santos.

La campaña electoral para la Presidencia Municipal, la venimos iniciando realmente en la última semana de mayo y sólo tuvimos cinco semanas de trabajo, cuando supimos finalmente que había que votar por PRD, en blanco y negro, porque la autoridad electoral no había autorizado los colores propuestos por el Partido, nuestra primera cosecha de votos fue magra, y ganó el candidato del PRI Jesús Macías.

Ojalá que los asesores de Xóchitl lean estos recuerdos, y si empiezan los próximos días 25 puntos abajo, no esperen un milagro, porque Cristo multiplicó los panes, pero nunca pudo con los votos, ni en el Vaticano.

Gustavo De la Rosa

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Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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