Blanca, una mexicana que reside desde hace seis años en Italia, uno de los países más afectados por el COVID-19, cuenta cómo es vivir en cuarentena.
Ciudad de México, 23 de marzo (SinEmbargo).- Blanca Gutiérrez, mexicana que vive desde hace seis años en Venecia, Italia, cumplió esta semana 14 días en cuarentena, medida impuesta por el Gobierno presidido por Giuseppe Conte desde el pasado 10 de marzo para contener el incremento de infectados por COVID-19 en uno de los países más afectados por la epidemia a nivel mundial.
La esperada crisis económica que los habitantes de Venecia temen que les traerá la epidemia, el colapso sanitario y la lejanía de su familia son las tres cosas que más le preocupan a la joven mexicana, según comentó a SinEmbargo en entrevista vía telefónica.
“La gente está triste, […] unos dicen que si no mueren de tristeza encerrados, mueren de tristeza por la crisis económica que viene o mueren por el virus”, dijo la joven a este medio.
El Ministerio de salud italiano había reportado el domingo 5 mil 476 defunciones por el virus, pero para este lunes la cifra subió a 6 mil 77 fallecidos y 46 mil 638 pacientes positivos al coronavirus; en tanto que 7 mil 432 más se han recuperado.
Las medidas que las autoridades italianas han implementado prohíben a los ciudadanos entrar o salir de sus comunes o municipios sin tener un motivo de estricta necesidad, únicamente por trabajo o salud.
Al menos de la región de Veneto, donde reside la mexicana, las autoridades exigen para salir de los límites de los comunes la presentación de una forma en la que los ciudadanos ingresan sus datos personales y señalan el motivo por el que se requiere salir; solo se les permite si es por trabajo o por salud. Violar esta regla puede alcanzar multas de entre 200 euros o hasta seis años de cárcel, explicó la joven.
Blanca vive esta realidad junto a su esposo, quien se dedica a la construcción de naves de crucero. La empresa para la que labora fue cerrada de manera temporal luego de que cuatro de sus compañeros dieron positivo al coronavirus.
Este domingo, las autoridades italianas informaron de nuevas medidas que reducen aún más las actividades en espacio público. Por lo menos hasta el 25 de marzo continuará restringido el acceso a parques y jardines.
En los establecimientos se exige que los clientes mantengan una distancia de un metro, también está prohibido mudarse a hogares que no sean el principal, incluidas las segundas casas utilizadas para días festivos, señaló el domingo el Ministerio de Salud.
Esto ha ocasionado que millones de personas se mantengan confinados en sus viviendas tengan o no la enfermedad.
El cansancio por el encierro y el desgaste emocional es notorio en Blanca, quien rompió en llanto cuando narró a este medio la situación que padecen muchos italianos de bajos recursos, a quienes el cierre de negocios y fábricas ya les afecta, pues no cuentan con la liquidez suficiente para hacer compras en el super y aún así les ha visto aguardar más de dos horas en fila tan solo para comprar un paquete de galletas.
“Yo desde el supermercado he visto a gente que va con el carro lleno, pero también he visto gente que hace cola de dos horas por un paquete de galletas, gente que se ve que no tiene dinero, gente afuera del supermercado que ya está resignada a morir”, comentó la joven mexicana.
Todas las actividades de producción que no sean esenciales para garantizar bienes y servicios indispensables han sido clausuradas.
Blanca narró a este medio los detalles detrás de la cuarentena que está obligada a cumplir las 24 horas del día y que estima se prolongará más de lo previsto.
La joven, originaria de San Luis Potosí, padece de Lupus, una enfermedad del sistema inmunológico que requiere de supervisión médica. Sin embargo, a raíz de la crisis que enfrenta Italia por el coronavirus, sus consultas fueron canceladas sin próximo aviso; ella comentó a este medio que no hay quién pueda atender su enfermedad debido a la saturación del sistema sanitario, aunque por lo pronto se encuentran bien de salud.
Blanca compartió vía Whatsapp fotografías que tomó unas horas antes de las inmediaciones de su vecindario a riesgo de ser sujeto de una sanción, su objetivo era mostrar a México cómo padecen en Terraferma, una comunidad a 10 kilómetros de la zona turística de Venecia, la epidemia, y advertir que el peligro es real.
Este lunes el Gobierno mexicano reportó que suman ya 4 fallecidos y 367 casos confirmados de infectados por COVID-19, 65 de ellos se sumaron en 24 horas.
Para hacer sus compras, Blanca toma el riesgo de trasladarse a un supermercado a un kilómetro de su casa porque en su vecindario ya hay pocos productos y de un precio elevado. El salir a esta distancia implica para ella riesgos que toma y que le causan desgaste emocional.
“Es muy difícil, yo a veces salgo y me vienen ganas de llorar, hacer despensa es pesado emocionalmente. También porque en la tienda de mi casa ya hay pocas cosas y siempre ha sido más cara. Entonces a veces me la tengo que jugar e ir a otro centro comercial más grande, a un kilómetro” expresó Blanca.
En la carnicería de su vecindario se ha comenzado a implementar un sistema mediante el que solo ingresan dos clientes por vez y las ventas se realizan a través de una mesa acordonada donde el dependiente pone la mercancía y recibe el dinero sin tener ningún tipo de contacto con los consumidores.
Una de las acciones que más esperanzas le da a Blanca son los letreros colocados en las fachadas de algunas casas, establecimientos y hospitales con la leyenda “andrà tutto bene” [todo irá bien], acompañados de arcoíris que de acuerdo con la joven, son realizados por los niños italianos que se encuentran en suspensión de clases.
LOMBARDÍA Y EL MIEDO A LA CRISIS SANITARIA
Lombardía, una región ubicada al norte de Italia, es la más afectada por el coronavirus en este país. El Ministerio de Salud registró el 22 de marzo en esta área 3 mil 456 muertos y 27 mil 206 personas infectadas, mil 142 de ellas en terapia intensiva.
En esta región, las autoridades sanitarias han comenzado a implementar medidas que no se habían visto en Italia desde la segunda guerra mundial. Los cuerpos transportados por vehículos militares y cremados, sin velorio, ni tampoco se les permite a los familiares despedirse de ellos. Las imágenes de los traslados de decenas de cadáveres se han viralizado en la Red.
“Desde que ingresan al hospital ya no los ves al salir. Si no salen, solo un familiar (ingresa) a reconocer el cuerpo. El cuerpo se lleva a misa sin familiares, sin nada, los toma el ejército y los crema. Para evitar contaminar, contagios. No hay funerales, nada… no se despiden”, comentó la joven.
La región de Lombardía es la más golpeada por el #Covid_19 en Italia.
Es tal la emergencia en la ciudad de Bérgamo que se ha captado a camiones militares trasladando cadáveres a otras localidades, pues las morgues locales están rebasadas ?
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— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) March 19, 2020
De acuerdo con una investigación de The Telegraph una unidad de gestión de crisis en Turín desarrolló un protocolo, al que el diario británico tuvo acceso, en el que se les negarían cuidados intensivos a pacientes mayores de 80 años.
Esto daría prioridad a pacientes con mayor probabilidades de sobrevivir a la epidemia y a las médicos la voluntad de decidir a quién atender y a quien no. Blanca se refirió a este protocolo como una “Ley de Guerra” que teme ya esté siendo implementada en Italia, pero las autoridades no lo han confirmado.
“En los hospitales muchas veces tienen que decidir a quién rescatar y a quién dejar morir porque ya no pueden más con las personas. Se aplica la ‘Ley de la Guerra’, ayudan a sobrevivir al más fuerte y al más débil lo dejan morir porque ya no hay personal que atienda y no hay estructura médica para ayudarlos”, dijo la joven.
En Venecia hay menos infectados pero la situación también es crítica. Mientras que las calles lucen casi vacías y hay vigilancia policial frente a los establecimientos, los balcones se vuelven un punto de contacto social entre vecinos.
“Muchos dicen que todo saldrá bien, que tengamos fuerza, que esperemos vernos pronto. Nos preguntamos cuánto durará, un mes, dos meses, tres meses”, comentan entre los balcones los vecinos según cuenta la joven.
Aun cuando Blanca ha sabido de varios de sus amigos, vecinos y conocidos que se han contagiado del virus, ha tenido poco contacto con ellos. En días pasado notó que una ambulancia llegó a su vecindario a recoger a un vecino adulto mayor que vivía solo. Ella solo vio que se lo llevaron y que después personal de limpieza sanitizó el edificio.
“Pienso que está grave porque cuando son casos menores se quedan dentro del apartamento las personas, cuando son casos ya graves que no alcanzan a respirar, van al hospital y los conectan con respiradores”.
Cerca otra vecina más contrajo el COVID-19 y requiere que sus vecinos la ayuden a sacar la basura de su casa, otro caso del que tuvo noticia fue el de un amigo cercano a quien conoce desde hace 15 años y que cayó enfermo junto a su esposa e hija. Su amigo está ya recuperado pero su familia aun permanece en el hospital.
“Tengo un amigo que está en la provincia de Milena […] Su esposa y la niña todavía están el el hospital con respiradores, él acaba de salir hace una semana”, contó.
CRISIS ECONÓMICA
Los expertos advierten que Italia podría entrar en una recesión económica como producto de la epidemia, para paliar los efectos de esta crisis el Gobierno toma precauciones desde hace días. El 11 de marzo el Gobierno italiano destinó 25 millones de euros para ayudar a familias y empresas, indicó El País. También se han tomado medidas fiscales como la suspensión de impuestos a los afectados por la epidemia.
En Venecia, Blanca estima que el Gobierno entregue apoyos por desempleo que van de los 400 a los 700 euros. Sin embargo, comenta que esta ayuda es insuficiente para las demandas económicas de Venecia. Por dar un ejemplo, el costo por alquiler se encuentra entre los 700 y 800 euros, lo que genera preocupación en los afectados.
“Las personas están preocupadas porque aunque reciben una ayuda del Gobierno, solo te alcanza o para pagar la renta o para pagar la comida”, aseguró la joven.
Los más afectados, según Blanca son las personas que viven al día, de lo que generan en el ramo del turismo, pues este sector está completamente inhabilitado en estos momentos. Incluso teme que algunos negocios no resistan permanecer cerrados más de tres meses.
“Pero la gente está preocupada porque hay muchos que no trabajan, es una zona turística y todo mundo trabaja en el turismo de Venecia, ropa, restaurantes, todos ellos no tienen ninguna otra entrada”, afirmó.