Un comando conformado por soldados de elite se instala en Madrid, España, se interna en los intestinos de la legislación de ese país y opera desde una base privilegiada y fortalecida con todo tipo de recursos: la Embajada de México en la península ibérica.

La misión tiene un solo objetivo: salvar de la cárcel a uno de los hombres del sistema, a uno que ha servido con lealtad a los intereses de su partido y que ayudó, con capital político y también, se dice, con capital del constante y sonante, al ascenso del grupo político que actualmente detenta el poder.

A ese soldado “ejemplar” hay que rescatarlo porque, sea culpable o no de los cargos que se le imputan, lo único que importa es liberarlo, limpiar su nombre y el del partido de cualquier carga legal –como se hizo en México con la mano en la cintura–, cueste lo que cueste que para eso hay dinero y mucho, hay influencias y muchas, hay abogados y muchos.

Con las órdenes enviadas desde México, la Embajada se convierte en el cuarto de guerra para salvar al soldado Humberto Moreira Valdés, ex Gobernador de Coahuila, ex presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) justo cuando Enrique Peña Nieto es precandidato a la Presidencia de la República por el tricolor y ya nadie lo puede bajar de la candidatura.

Sólo el escándalo en torno al soldado Moreira puede hacer mella a la carrera presidencial del mexiquense: al ex mandatario coahuilense se le acusa de dejar a su entidad con una deuda pública de 36 mil millones de pesos, cuando al inicio de su sexenio el monto era de 323 millones de pesos, y de no aclarar millonarios desvíos de recursos e incluso falsificaciones de documentos para obtener créditos bancarios a cargo del erario.

Los soldados del PRI cierran filas y Moreira se ve obligado a renunciar; en ese momento ganar la guerra es lo más importante y el “Profe” lo sabe. El llamado “Hijo del Pueblo” se envuelve en la bandera tricolor y el 2 de diciembre de 2011, en una ceremonia de cinco minutos, renuncia a su cargo para no “dañar a mi partido”.

“Lo hago porque provengo del estado que ha dado mejores resultados al PRI a nivel nacional y lo hago también, porque confío en un hombre que es la esperanza de México, que es Enrique Peña Nieto”, plantea. Y remata el momento de su presunta caída con un “¡Viva el PRI y viva Peña Nieto!”.

Luego se viene el diluvio de información sobre los presuntos desfalcos. Las autoridades de Estados Unidos investigan el caso Moreira incluso por supuesto lavado de dinero. Pero en México, casi un año después, en noviembre de 2012 y ya con Peña convertido en Presidente electo, la Procuraduría General de la República lo absuelve por falta de pruebas. En Texas, sin embargo, la investigación continúa hasta nuestros días.

Por esa razón, el 15 de enero de 2016 el “Profe” es detenido por las autoridades españolas en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, bajo el cargo de blanqueo de dinero y malversación de fondos, una acusación que impulsa, claro, la justicia estadounidense.

Ahí se desata la operación de rescate de la prisión Soto del Real, dictada desde México y coordinada por la Embajadora Roberta Lajous Vargas, una diplomática con más de tres décadas de experiencia en el Servicio Exterior Mexicano.

“Toda la Embajada estuvo volcada en Moreira como nunca había ocurrido con otros detenidos”, le dice una fuente cercana al caso al periódico madrileño El País, que revela el nuevo escándalo en torno al soldado priista, y que comenta que no sólo el ex presidente nacional del PRI recibió todo el apoyo gubernamental en España, sino también parte de su familia.

Siete días después, el 22 de enero pasado, Moreira Valdés sale de Soto del Real con la única restricción de no poder salir de España.

El 29 de enero, la Fiscalía española informa que no impugnará la libertad para no revelar datos que se encuentran secretos y seguir recabando pruebas. Con ello, el ex líder nacional del priismo puede salir de ese país cuando quiera.

Y lo hace: el 3 de febrero pasado llega al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y es recibido entre porras de simpatizantes, pero también entre gritos de “¡Ratero, ratero, ratero!”.

Dos días después, ya en su territorio, en Saltillo, el “Hijo del Pueblo” se envalentona y afirma que si existiera la posibilidad de reelección en la gubernatura, él se presentaría a los comicios. “Si hubiera posibilidades de reelección para Gobernador, me presentaría”, expresa en una entrevista radiofónica.

“Misión cumplida”, dirían los clásicos… El soldado del PRI está libre y quiere revancha…. Otra vez tiene hambre de poder.

Colofón:

Gonzalo Contreras Rincón es mexicano, originario de Querétaro. Tiene actualmente 29 años y desde 2012 está preso en España por el supuesto delito de narcotráfico que él mismo dice se le achacó sin pruebas. Graduado en la Universidad de Madrid, Gonzalo fue sentenciado a nueve años de prisión y a una multa de casi 4 millones de euros.

Desde su encarcelamiento, Ileana Rincón Koster, su madre, ha pedido ayuda a las autoridades mexicanas debido a que el caso de su hijo está lleno de “conjeturas” y “prejuicios”. Nadie, dice ella, ha apoyado la defensa de su hijo y la Secretaría de Relaciones Exteriores sólo ha expresado estar vigilante de sus requerimientos.

Actualmente hay 62 mexicanos presos en España, o al menos son los que están registrados por pedir ayuda consular. En ninguno de los casos, que se sepa, el Estado mexicano ha dispuesto una misión de salvamento del tamaño de la desplegada para salvar a Moreira… Hay de soldados a soldados, pues.

¡Buena semana, y nos vemos el próximo martes!

Rita Varela Mayorga

https://www.sinembargo.mx/author/ritavarela

Periodista especializada en economía y finanzas. Fundadora y Directora de Información de SinEmbargo.mx, fue también Directora de la revista Energía Hoy, Ruta de Negocios, Directora Editorial de El Economista y Editora en el diario Reforma. Es consultora editorial y ha participado en procesos de reingeniería de una decena de medios de comunicación nacionales. Además es coautora de los libros Los Suspirantes (Editorial Planeta, 2005); Los Amos de México (Editorial Planeta, 2007); Los Suspirantes 2012: Los precandidatos de carne y hueso (Editorial Planeta. Temas de hoy, 2012), y Los Suspirantes 2018: La carrera por la Presidencia de México (Editorial Planeta. Temas de hoy, 2018).

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