Son muchos los factores que están ayudando a que el fracking resista las embestidas de los precios del crudo. Quizá no había contado con eso la OPEP cuya estrategia inicial es expulsar a estos productores del mercado hundiendo los precios del petróleo.
Por Vicente Nieves
Ciudad de México, 23 de febrero (SinEmbargo).– La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sigue dándole vueltas a su estrategia. A pesar de haber logrado que los precios del crudo se hayan desplomado un 70 por ciento desde máximos de 2014, la industria del fracking está aguantando más de lo esperado. Tanto es así que los miembros del cártel han asegurado que no saben si podrán coexistir con la industria del shale oil.
Abdalla Salem El-Badri, secretario general de la OPEP, ha asegurado en una reunión con representantes de la industria petrolera de Texas y Dakota del Norte lo siguiente: “No sé cómo vamos vivir junto al shale oil de EU… Cuando se produzca cualquier incremento en los precios del crudo, el shale estará ahí inmediatamente para cubrir su hueco”, según recoge Bloomberg.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el petróleo producto del fracking estadounidense caerá en unos 600 mil barriles diarios durante este año y unos 200 mil barriles al día durante 2017. Sin embargo, a partir de entonces comenzará la recuperación de esta industria que volverá a ocupar una cuota relevante dentro del mercado de petróleo.
FRACKING AGUANTA Y QUIERE GANAR
Son muchos los factores que están ayudando a que el fracking resista las embestidas de los precios del crudo. Quizá no había contado con eso la OPEP cuya estrategia inicial es expulsar a estos productores del mercado hundiendo los precios del petróleo.
Sin embargo, la enorme flexibilidad del mercado laboral en EU y los vastos canales de financiación de la mayor economía del mundo han permitido a esta industria realizar los ajustes necesarios para sobrevivir.
Por si esto fuera poco, la tecnología avanza y cada día resulta más barato extraer petróleo a las perforadoras estadounidenses.
Tal y como explica Torgrim Reitan, vicepresidente de exploración y desarrollo de Statoil para EU, la multinacional noruega ha recortado en un 20 por ciento su fuerza laboral en EU, además se han recortado los gastos para 2016 casi a la mitad. El ajuste está siendo rápido y doloroso, pero estas decisiones son las que permiten a las empresas de la industria seguir con vida.
Esta compañía ha sido capaz de mejorar la técnica para extraer cada barril. En poco tiempo el coste por barril extraído ha caído desde los 70 dólares hasta los 40 actuales.
En 2014, Statoil necesitaba que los precios del petróleo rondasen los 90 dólares para lograr que el negocio fuese rentable. Sin embargo ahora trabajan para lograr que esa empresa sea viable con un petróleo a 50 dólares el barril.
De esta forma conseguirán el objetivo de alcanzar unos beneficios antes de impuestos que se sitúen entre los 5 y los 10 dólares por barril.
“Las condiciones para cambiar el modelo de negocio no han sido nunca mejores. Nosotros sabemos que si ahora hacemos los correcto y trabajamos duro durante 2016 y 2017 seremos los ganadores de la próxima década”, sentencia Reitan en declaraciones para fuelfix.
FLEXIBILIDAD DEL FRACKING
Ivan Szpakowski, director de commodities para Citigroup, cree que “este tipo de producción (fracking) se puede reactivar en cuestión de meses, de modo que si los precios empiezan a subir con fuerza, a finales de este año se verá cómo la producción de shale vuelve a aumentar”.
Según este analista, el fracking “puede parar en seco un rally alcista del petróleo”.
De acuerdo con el recuento que realiza la empresa Baker Hughes, en EU hay en la actualidad 637 plataformas activas extrayendo crudo, mientras que hace justo un año había mil 633, por lo que se han cerrado en los últimos doce meses 637 plataformas, debido al descenso de los precios del petróleo, que han borrado los márgenes de beneficio de cada barril de crudo.
Todas esas plataformas que se han ido cerrando tienen unas características específicas y unos costes derivados de varios factores, como la dificultad para extraer el petróleo o la calidad del mismo.
A medida que los precios vayan subiendo, algunas de estas plataformas podrían recuperar su actividad y volver a bombear petróleo.