¿Será cierto que PRI y PANAL rompieron sus muy convenencieras alianzas, o todo es parte de fintas y estrategias para tranquilizar a los priístas quejosos que estaban habiendo a un lado? Si alguien conoce a Elba Esther son los priístas y si a alguien conoce la la profesora es a los miembros del tricolor. No está muy claro si va en serio o es parte de un plan del cual nos enteraremos dentro de algunos meses.
Pareciera que la rebelión en el PRI iba en serio. Ahora, el tricolor tendrá que hacer varios movimientos. Uno de los más importantes y estratégicos es decidir qué va a hacer con sus ex gobernadores. Más de uno ya fue señalado y expuesto por lo que en cualquier momento le pueden echar el guante. Si algo está buscando afanosamente el gobierno de Calderón son “motivos” para desacreditar al PRI y todo lo que lo rodea. Si nos atenemos a lo que se dice en los estados y a lo que filtra Hacienda, más de algún ex gobernador tiene buenos motivos para estar inquieto.
Colocarlos como legisladores es otorgarles en algún sentido fuero. Sin embargo, no todo está tan fácil, ya que la nueva ley en la materia abre nuevos espacios para que los legisladores y funcionarios sean juzgados bajo nuevos mecanismos, a diferencia de los tiempos en que eran todo poderosos.
Como sea, la ruptura le puede venir bien al PRI. La alianza con la profesora era vista por muchos priístas como algo impresentable. La querían para que les diera votos, los cuales les estaban saliendo realmente caros. La alianza ya estaba siendo motivo de rompimientos internos, al tiempo que el Partido Revolucionario Institucional estaría amparando candidaturas de personajes que no tendrían oportunidad de llegar a las Cámaras si no fuera por esta fórmula; es el caso de la familia de la profesora la cual quiere acomodar a como de lugar.
Es probable que el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, haya sido factor para la ruptura. Desde que se dio a conocer la alianza, en los tiempos del endeudador Moreira, un grupo de senadores y diputados del PRI la vio con recelo, pero, como dicen los priístas, apechugaron. Pedro Joaquín era uno de ellos.
El PRI se salió de un problema, pero ya está metido en otro. Ya tiene tranquilas a su huestes, pero ahora tiene que ver de dónde van a salir los votos para Peña Nieto. Es evidente que la correlación de fuerzas va a ir cambiando. López Obrador y su sui generis propuesta de la “República del Amor” va avanzando a pesar de que hasta ahora haya muy pocos cambios en las encuestas.
Por lo que se vio en la última semana, quien debe estar inquieta es Josefina Vázquez Mota. Tropezó feo en una de las muchas entrevistas que le hicieron. Le preguntaron sobre un tema en concreto y contestó otra cosa la cual no tenía nada que ver con lo que le habían planteado. El tropiezo hizo que el envalentonado delfín de Los Pinos sonriera.
Como la profesora no se va a quedar quieta ya se habla de que Ernesto Cordero, nomás faltaba, se podría reunir con ella. Sería lamentable, para decir lo menos, que de nuevo sea la impresentable profesora y las cúpulas que hoy gobiernan las que decidan. Pintaría de cuerpo entero a Cordero si lo vemos con la profesora; lo que es un hecho es que por lo pronto el PRI se deshizo trabajosamente de ella. Ahora viene el tiempo de ver cómo le hace para obtener votos para su frágil candidato.
Como se especula con razón sobre del poder de la maestra, permítanos finalizar el VITRAL de esta semana con lo siguiente. No hay duda de su poder, pero sería absurdo menospreciar la capacidad de decisión de los trabajadores de la educación y suponer que en automático votan por quien les dice la inefable profesora. Habrá de nuevo presiones, pero ellos y ellas sabrán qué hacer. Lo que es un hecho es que vamos directito al 1º de julio a la toma de una decisión en donde descartaremos antes que elegir a un candidato, nos vamos a ir por el o la que suponemos es menos malo.