Descalificaciones y evasivas predominaron en el primer debate organizado por el IFE rumbo a los comicios presidenciales de julio próximo. Los cuatro candidatos recurrieron a su antojo al manejo de cifras a modo, a documentos, a reportes periodísticos y hasta a la memoria para tratar de convencer, argumentar y contraatacar.
Pero dos de ellos claramente mintieron frente a la audiencia, de acuerdo con la revisión de las citas y las cifras.
Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador nunca se dirigieron la palabra; arremetieron en contra el abanderado priista Enrique Peña Nieto, quien capoteó las acusaciones en cada uno de sus turnos al micrófono. Gabriel Quadri de la Torre, de Nueva Alianza, prácticamente por la libre, se distinguió por ser el único de los participantes en ceñirse al formato del debate para exponer sus propuestas... aunque en sus ataques sólo se dirigió a un contrincante: AMLO.
Pero la revisión de las principales acusaciones y respuestas permite advertir que hubo dos grandes mentirosos: Primero, Enrique Peña Nieto, el más bravo a la hora de rebatir; y luego Josefina Vázquez Mota.
Este es el análisis de ese discurso a cuatro voces:
