El aumento de las incautaciones se produce después de que la facción de “Los Chapitos” del Cártel de Sinaloa ordenara el cese de la producción y el tráfico de fentanilo en Sinaloa.
Por Parker Asmann
Ciudad de México, 22 de noviembre (InsightCrime).– Las incautaciones de fentanilo a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos han alcanzado máximos históricos, lo que sugiere que, a pesar de la supuesta prohibición de la producción de este mortal opiáceo sintético en algunas zonas de México, una multitud de grupos criminales mantiene su producción a buen ritmo.
Los agentes del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos ( Customs and Border Protection, CBP) incautaron 12.119 kilogramos (26.718 libras) de fentanilo ilegal a lo largo de la frontera suroeste del país con México en el año fiscal 2023, que va de octubre a septiembre. Esto supuso un aumento de casi el 90 por ciento con respecto a los 6.397 kilogramos (14.104 libras) incautados por los agentes en el año fiscal anterior.
El aumento de las incautaciones se produce después de que la facción de “Los Chapitos” del Cártel de Sinaloa ordenara el cese de la producción y el tráfico de fentanilo en Sinaloa. La medida se tomó después de que el gobierno estadounidense intensificara sus esfuerzos para perseguir a los presuntos traficantes de fentanilo, entre los que destaca Ovidio Guzmán López.
Guzmán López está acusado de dirigir los Chapitos junto con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López, todos ellos hijos del antiguo líder del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”. Las autoridades mexicanas detuvieron a Ovidio por segunda vez en enero de 2023; fue acusado por la fiscalía estadounidense en abril y extraditado a Chicago en septiembre.
Guzmán es el símbolo del fentanilo. Más que a nadie, el gobierno estadounidense le considera responsable del aumento descontrolado de muertes por sobredosis atribuidas a este opioide sintético. En 2022, los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) revelaron que los opiáceos, principalmente el fentanilo ilícito, contribuyeron a cerca de tres cuartos de las aproximadamente 110.000 muertes por sobredosis registradas en todo el país.
El fentanilo ilícito fabricado en México se introduce a menudo en pastillas falsificadas de oxicodona M30, conocidas como “azules” por su color. Un informe de septiembre de 2023 del CDC reveló que el fentanilo ilícito fue la única droga detectada en el 41.4 por ciento de las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos que implicaron el uso de píldoras falsificadas entre mediados de 2019 y finales de 2021.
La letalidad potencial de estas píldoras puede haberse expandido aún más. El mes pasado, la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA) declaró que las pruebas de laboratorio de las píldoras falsificadas incautadas por la agencia mostraron que 7 de cada 10 píldoras contenía una dosis mortal de fentanilo, o alrededor de dos miligramos. Dos años antes, la DEA afirmaba que sólo 4 de cada 10 pastillas con fentanilo contenían una dosis potencialmente letal.
ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
Las incautaciones récord de fentanilo, así como la mayor letalidad de las pastillas falsificadas, ponen de manifiesto lo estratificado que está este mercado, que cualquier grupo de delincuencia organizada, incluso el renombrado Cartel de Sinaloa, tendrá dificultades para controlar.
Las autoridades antinarcóticos estadounidenses han señalado al Cartel de Sinaloa y a sus facciones como los principales traficantes de fentanilo desde México. Por eso, cuando la organización criminal prohibió la producción y el tráfico de fentanilo a principios de este año, se esperaba cierto impacto en los precios y la oferta en Estados Unidos.
Es más, no fueron sólo los Chapitos quienes impulsaron la prohibición. Varios proveedores de fentanilo entrevistados por InSight Crime en el momento de la extradición de Ovidio dijeron que las redes asociadas con los Chapitos, así como Ismael Zambada, alias «El Mayo«, otra figura central del grupo, estaban aplicando la prohibición. Más al norte, otras células del Cartel de Sinaloa en Sonora y Baja California Sur anunciaron su intención de acatar la orden. En varios municipios de Baja California, el Cartel de Tijuana incluso afirmó unirse a estos esfuerzos.
Sin embargo, aún no está claro cómo la prohibición está afectando los flujos transfronterizos de fentanilo, si es que lo hace. Tampoco está claro si la prohibición se aplica fuera de Sinaloa. En los cinco meses transcurridos desde que los Chapitos ordenaron la prohibición, las fuerzas de seguridad mexicanas han seguido incautando laboratorios de drogas sintéticas en Culiacán. Al mismo tiempo, como se ha señalado, las autoridades estadounidenses siguen incautando cantidades récord de fentanilo a lo largo de la frontera suroeste y en todo el país.
Las incautaciones, por supuesto, no son una medida perfecta.
«La cuestión es que las incautaciones no reflejan la oferta, sino la aplicación de la ley», afirma Cecilia Farfán-Méndez, responsable de programas de investigación sobre seguridad del Center for US-Mexican Studies de la Universidad de California en San Diego.
Aun así, son uno de los pocos indicadores empíricos que los observadores de drogas ilícitas pueden utilizar para medir la oferta y la demanda. Si se toman al pie de la letra, estos envíos parecen indicar una producción continuada por parte de múltiples grupos.
Otro indicador de esta estratificación es la pureza. La pureza del fentanilo ilícito incautado por las autoridades varía considerablemente, según los resultados de las pruebas de laboratorio de la DEA obtenidos por InSight Crime, lo que indica que hay numerosos productores de múltiples grupos y que no existe un método de producción estandarizado.
Un tercer indicador es el precio. Unos precios más bajos indicarían un exceso de oferta; unos precios más altos podrían indicar que la prohibición de la producción por parte del Cartel de Sinaloa está surtiendo efecto. Pero los precios varían mucho en Estados Unidos, lo que hace difícil llegar a una determinación clara sobre la prohibición.
Los datos facilitados a InSight Crime por varias fuerzas de seguridad estadounidenses indican que los precios de las pastillas falsificadas oscilan entre 0.35 y 20 dólares por pastilla. En McAllen (Texas), por ejemplo, donde el fentanilo ha llegado hace poco, una sola pastilla se vende por entre 10 y 20 dóares, según las autoridades antidroga. Las píldoras falsificadas se venden por el mismo precio en Chicago y entre $5 y $10 en Los Ángeles, según la policía estatal y local.
Pero otros mercados de consumo parecen tener un exceso de oferta de fentanilo ilícito, lo que podría estar haciendo bajar los precios. A lo largo de la frontera en Nogales, Arizona, por ejemplo, la policía de la ciudad dijo a InSight Crime que una sola píldora falsificada de fentanilo se está vendiendo por sólo entre 0.35 y 0.60 dólares. También se han observado precios similares en ciudades del noroeste, como Portland y Seattle, donde el fentanilo se puede conseguir fácilmente desde hace años.