Decenas de argentinos acudieron desde temprano a las urnas en una jornada marcada por la ansiedad y la incertidumbre, en donde el ultraderechista Javier Milei es favorito en la mayoría de las encuestas con su discurso en contra de la clase política tradicional.
Por Almudena Calatrava y Patricia Luna
BUENOS AIRES, 22 de octubre (AP).— En un clima marcado por la incertidumbre, millones de argentinas y argentinos votaban el domingo en unas históricas elecciones presidenciales en las que la frustración de los ciudadanos con la inflación y otros problemas podrían llevar a la nación sudamericana a dar el triunfo a un economista de ultraderecha que ha prometido sacudir el sistema político.
El ultraderechista Javier Milei, de 52 años y líder de La Libertad Avanza, es favorito en la mayoría de las encuestas con su discurso en contra de la clase política tradicional, a la que tacha de “casta” de privilegiados, y ha sabido empatizar con amplios sectores populares que tienen su poder de compra pulverizado y que han sido testigos de constantes escándalos de corrupción protagonizados por funcionarios públicos.
Si el economista de agresivo discurso se impone en los comicios, relegará en el escenario político al peronismo, que ha retenido mayoritariamente el poder en los últimos 20 años, y a esa coalición de centroderecha que gobernó entre 2015 y 2019. A Milei lo siguen cerca en las encuestas el Ministro de Economía Sergio Massa, de la peronista Unión por la Patria, y en un tercer lugar se encuentra Patricia Bullrich, de la coalición centroderechista Juntos por el Cambio.
“Estamos en condiciones de ser el mejor Gobierno de la historia”, declaró Milei, luego de sufragar en un colegio electoral ubicado en el tradicional barrio porteño de Almagro, donde lo esperaron cientos de seguidores, muchos de ellos jóvenes que coreaban “La casta tiene miedo” y “¡Se siente, se siente, Milei Presidente!”. El auto del candidato fue recibido con una lluvia de pétalos.
Decenas de argentinos acudieron desde temprano a las urnas en una jornada marcada por la ansiedad y la incertidumbre. El Presidente Alberto Fernández, que no se presenta a la contienda, fue uno de los primeros en ejercer su voto. “Es un día importante en el que los y las argentinas decidimos el futuro”, manifestó.
Fernández, con mala imagen en las encuestas de opinión, desistió de buscar la reelección, y la Vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), que enfrenta distintas causas por presunta corrupción, tampoco se postuló.
Los argentinos votaban en un contexto económico difícil, con una inflación anual de algo más de 138 por ciento y una pobreza que afecta a 40.1 por ciento de la población de unos 46 millones de habitantes.
La acelerada suba de precios y la inseguridad están al tope de las preocupaciones de los habitantes del país sudamericano en las encuestas de opinión.
Sabrina Rodríguez, una estudiante de 36 años, dijo que esperaba en estas elecciones “un cambio de ciclo” en la conducción política del país.
Espero “que no gane un proyecto que pone en riesgo la democracia”, señaló, por su parte, Cristian Jacobsen, un profesional de 38 años, quien aseguró que votó por Massa.
Milei propone una reforma integral del Estado que incluya un recorte drástico del gasto público y la privatización de las empresas públicas. Para combatir la inflación dice que cerrará el Banco Central por considerarlo responsable de la emisión monetaria sin freno y una libre competencia de monedas que culmine en una dolarización de la economía.
El economista, que se identifica con los expresidentes ultraderechistas Donald Trump de Estados Unidos y Jair Bolsonaro de Brasil, plantea en su plataforma electoral “la desregulación del mercado legal” de armas “y proteger su uso legítimo y responsable por parte de la ciudadanía”. Defiende que cualquiera que esté en condiciones de solicitar la tenencia de armamento pueda hacerlo sin ser desalentado por el propio Estado, como cree que ocurre hoy en la práctica.
Massa, que votó poco antes que Milei y a quien gran parte de las encuestas sitúan en segundo lugar, ha dicho que cancelaría definitivamente la deuda de unos 44 mil millones de dólares que el país tomó en 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para sacar al organismo del escenario. Prometió que logrará orden fiscal y superávit comercial e intentará persuadir al electorado peronista de que siga apostando por la fuerza que ha implementado un vasto tejido de ayudas sociales para los desfavorecidos. Advierte además que las políticas de Milei esconden un recorte de derechos básicos.
Bullrich, que aparece en tercer lugar en las encuestas, se mostró optimista en la jornada. Ella defiende su experiencia en el área de seguridad luego de ser Ministra de esa cartera entre 2015 y 2019. Ha tratado de convencer a las y los votantes de que, como miembro de un partido que ejerce el poder en varias gobernaciones provinciales y goza de un nutrido bloque parlamentario, es capaz de llevar a cabo una reforma económica para favorecer el crecimiento.
Mientras tanto, la Vicepresidenta Fernández de Kirchner sufragó en Río Gallegos, en el sur argentino, y una vez más se desligó de las políticas del actual Gobierno en sus declaraciones a la prensa. “Son públicas y notorias las diferencias que hemos tenido (con Alberto Fernández) desde el 2020… cuando dije que era necesario alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones, pero no fui escuchada”, señaló.
Para ganar las elecciones el candidato más votado debe obtener al menos el 45 por ciento de los votos válidos o 40 por ciento y una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo más votado. De lo contrario, las dos fórmulas con más sufragios se enfrentarán en un balotaje el 19 de noviembre. Quien resulte electo asumirá el poder el 10 de diciembre.