La exploración regresa a ser una parte fundamental en el juego, además, gráficamente el juego lo hace muy bien y recrea la ciudad, el diseño de enemigos, la temática del juego occidental y cada uno de los elementos con los que contamos crean una atmósfera única.
Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).- A lo largo de los años, Assassin’s Creed se ha mostrado como una saga que ha evolucionado en casi todas las direcciones posibles, cambiando temática, épocas, personajes, la manera y ambición de jugar, entre muchas otras cosas. La fórmula clásica del juego -con lo que empezó todo- es algo que también fue cambiando entrega tras entrega en busca de un concepto mucho más ambicioso y grande a nivel de exploración, de acción en el combate y a nivel narrativo. En esta ocasión, Mirage más que ser una entrega más dentro de la saga, es una entrega que representa un tributo al estilo del juego que vio nacer la franquicia y lo hace muy bien.
En primer lugar, tenemos una nueva ubicación, Baghdad del siglo IX y un nuevo personaje, Basim, cabe recalcar que a diferencia de lo que tuvimos en las entregas pasadas con elección de personajes de ambos sexos, en esta ocasión sólo tenemos un personaje principal. Por otro lado, a nivel historia con Basim como protagonista, vemos un enfoque clásico donde nuestro protagonista lleva una vida de robo y una vida callejera un poco complicada, hasta que un suceso afecta por completo su entorno y se ve obligado a retirarse de la ciudad que lo vio crecer para formar parte de “los ocultos” en la búsqueda de ser alguien más y descubrir el misterio de su pasado, del cual tiene una especie de revelación al momento de interactuar con un objeto antiguo. Además, dentro de la trama del juego existe un conflicto constante contra los antagonistas que se hacen llamar la “Orden de los antiguos”, conformada por diferentes personas de élite involucradas en diferentes actividades que afectan a la región y mantienen un dominio constante con el pueblo.
Por la parte del gameplay, regresamos principalmente a un enfoque centrado en el sigilo, con herramientas que podemos ir desbloqueando para tener diferentes ventajas o situaciones, dentro de estas podemos tener un dardo para dormir enemigos durante cierto tiempo, bombas de humo, trampas de sonido, cuchillos y más. Cada uno de estos elementos centrados en un acercamiento a distancia y más estratégico, sin embargo, también podemos enfrentarnos en combate en un sistema básico de atacar, esquivar y bloquear ataques que requieren de cierta precisión para lograrlos de manera efectiva. Además, cada enemigo puede tener un acercamiento diferente al momento del combate, como si hacen uso de espadas, lanzas o su armadura es más pesada y gruesa de lo normal, por lo que tendremos que pensar muy bien nuestros ataques frontales o por la espalda para salir victorioso.
La exploración regresa a ser una parte fundamental en el juego para la mayoría de las acciones que tenemos que hacer y los caminos que tenemos que recorrer -sin viajar en grandes distancias-, las torres de control para desbloquear parte del mapa y ver a nuestro alrededor nos permiten hacer viajes rápidos a cada una de ellas, además de desbloquear elementos con los que podemos interactuar, tener comerciantes a quienes podremos comprar suministros, armas o vestimentas y por si fuera poco, la función de tomar pertenencias de los bolsillos de las personas que van pasando está de regreso, sin embargo, tendrás que ser muy preciso para que no seas visto por alguien más y cause que los guardias empiecen a perseguirte. Dicho esto, los guardias toman un papel importante en cómo exploramos el juego, ya que al entrar en combate o robar cosas podremos ser perseguidos y tendremos que ocultarnos por algún tiempo para evitar ser atrapados, después de un tiempo tendremos carteles de “se busca” que podremos destruir para calmar un poco la tormenta de persecución.
Gráficamente el juego lo hace muy bien recreando la ciudad y sobre todo cada uno de los elementos con los que podemos interactuar y explorar, hay mucho edictos que son abiertos y podemos encontrar objetos dentro de ellos, además de otros que requieren cierto tipo de exploración adicional para encontrar una entrada. El diseño de enemigos, la temática del juego occidental y cada uno de los elementos con los que contamos crean una atmósfera única, pero muy centralizada en lo que representa la franquicia y eso es uno de los mejores sentimientos.
Assassin’s Creed Mirage es una entrega diferente pero al mismo tiempo clásica dentro de lo que los jugadores queríamos ver, el regreso a sus orígenes una vez más -y posiblemente por última vez- es algo bueno, dado la nueva fórmula que tiene la franquicia ahora, que también es una gran experiencia.