Para sus compañeros de la Alcaldía Cuauhtémoc, ella es muy trabajadora y noble. Ella misma se dice “firme” y que “no se deja”. Pero para sonideros, artistas populares y comerciantes víctimas de sus políticas impuestas sin consultas, es una mujer “autoritaria” y “prepotente”. Ella es Sandra Cuevas, dependiendo a quién se le cuestione.
Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).– Sandra Cuevas, independientemente de que a sus 37 años compita o no por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, es un personaje polémico desde que en 2021 llegó a la Alcaldía de Cuauhtémoc, el corazón político y cultural de la capital, y empezó a aventar pelotas con dinero, quitar rótulos, atacar a sonideros y ser relacionada presuntamente con la Unión Tepito y con el Senador Ricardo Monreal.
Sus allegados, sobre todo vecinos de esa demarcación, algunos de ellos vigilantes en moto durante sus recorridos en las calles, e incluso su equipo de comunicación, la ven como una mujer “firme” y “muy trabajadora”. Le dicen “La Jefa”.
Otros vecinos, como los afectados por el retiro de rótulos populares y del intento violento de acallar a los sonideros en el kiosko Morisco, frente a su departamento en la colonia Santa Maria la Ribera, la ven como una mujer “autoritaria”, “prepotente” e incluso “mentirosa”.
¿Ella misma? Le importa mucho su imagen: tiene fotos de ella en su oficina, porta ropa de marca (dice que de outlet), luce siempre impecable aunque esté vestida de blanco y se retoca el maquillaje cada que tiene oportunidad, aun encima de su cuatrimoto llamada “Sandra Cuevas”, desde donde manda órdenes por radio a los motociclistas que la arropan.
Podría considerarse adicta al trabajo: se despierta a las 5 de la mañana y se duerme hasta la 1 de la madrugada (para prueba sus tuits a esa hora, escritos por ella). Se califica como una mujer “tranquila”, pero que “no se deja” si primero la agreden. El ejemplo: la directora de la Central de Abastos, a quien denunció luego del zafarrancho entre comerciantes en la Alcaldía Iztapalapa, territorio de la morenista Clara Brugada que aspira al mismo cargo que ella.
—Me describiría como… —respondió a SinEmbargo, mientras repartía peluches a los niños, que recuerdan el oso de peluche con el que una vez dio una conferencia de prensa.
—¿Autoritaria como le dicen?
—No…
—¿Firme?
—Como una mujer firme… con las metas muy claras, no me dejo, pero también muy tranquila. La verdad es que soy muy tranquila.
Previamente, subida en su cuatrimoto tras haber recorrido el mercado de la colonia Prohogar, por la zona donde creció, en Azcapotzalco, expresó sobre la aparente exclusión del Frente Amplio por México que ella misma ha denunciado en ruedas de prensa: “Tenemos que hacer equipo para ganar esta hermosa Ciudad de México”.
SANDRA EN COLTONGO Y TEPITO
Sandra nació en Coltongo, en la Alcaldía Azcapotzalco, al norte de la Ciudad. También se desarrolló en Tepito, el barrio bravo de la Alcaldía Cuauhtémoc, por el trabajo de sus padres comerciantes. Ha dicho que era pobre. Al estar arropada por decenas de motociclistas de la demarcación, que la cuidaron durante su gira por la CDMX, en redes sociales se le ha relacionado presuntamente con la Unión Tepito, algo que su equipo ha negado por falta de pruebas.
Su papá, recuerda Sandra, era empleado en un negocio y les regalaba libros a ella y a sus cinco hermanos “para que no fueran como él”. A su madre la considera “muy dura, muy seria, muy callada” y una vez la golpeó en la calle por reprobar matemáticas.
Los psicólogos dirían que de ahí heredó su “carácter fuerte”, como lo calificó Carlos Velasco, encargado de comunicación social de la Alcaldía Cuauhtémoc, quien la ha acompañado casi 24/7 desde su campaña rumbo a la demarcación. También, luego de verla “ayudar a la gente que más necesita”, la considera “noble”. Y niega su presunta relación con la Unión Tepito. No hay pruebas de ese señalamiento, refutó. Los motociclistas, comentó, son “voluntarios” con motos rentadas y permisos para circular.
“Considero a Sandra Cuevas una mujer muy aguerrida, muy aferrada, como trae ahora en su gorra, porque ella insiste mucho en hacer las cosas lo mejor posible para darle un mejor nivel de vida a la población, en este caso a la Cuauhtémoc”, afirmó Carlos mientras acompañaba a Sandra en su gira por Azcapotzalco.
Ese día, miércoles 11 de octubre, Sandra Cuevas repartía juguetes a los niños en la Alcaldía que la vio crecer y señaló a SinEmbargo dos primarias:
“Aquí (estudié), en la Trabajadores del Hierro y allá en la Ángela Peralta”.
Ahí, en la zona de Coltongo donde creció, donde los locatarios le gritaban “Jefa de Gobierno, Jefa de Gobierno” tras recibir las dádivas, sus hermanos tienen un negocio de tarimas de madera que ha tenido problemas con la autoridad local por abarcar espacio público.
Estos regalos, como balones, juegos de mesa y peluches que trasladó en camionetas blancas a lo largo de su gira por la CDMX, y que regalaba a padres e hijos, contrastan con declaraciones que ha dicho contra la entrega de dinero para “manipular a los pobres” y contra “utilizarlos” para llenar eventos y mantenerse en el poder.
Ya más grande, a la par de que vendía dulces entre diciembre y enero con su empresa Dulces Becerrita, Sandra estudió Comercio Internacional en la privada Universidad Valle de México (UVM). Desde ahí, contó en entrevista con Sabina Berman, viajó cada año a prácticas internacionales a varios países como Estados Unidos, China, Panamá, Cuba, Colombia y Uruguay. Ahora es doctorante en Derecho por el Centro Universitario de Estudios Jurídicos y tiene tanta seguridad de su formación académica que preguntó una vez:
“El Presidente de la República Mexicana, con todo respeto, pero quién es, qué estudió. Yo soy doctorante en Derecho, tengo dos maestrías, me he ido a estudiar en 10 países. Vengo desde abajo, me formé desde abajo. Yo no tengo padrinos ni tengo papás ricos”, dijo sobre el Licenciado en Ciencias Políticas por la UNAM, Andrés Manuel López Obrador.
ALCALDESA: ¿AUTORITARIA O FIRME?
Hay vecinos de la Alcaldía Cuauhtémoc y de otras alcaldías que se le acercan a saludarla con gusto, y que la consideran una mujer con “calidad humana”. Pero también hay otros ciudadanos que no olvidan que, con violencia de sus protectores de la demarcación, en febrero de 2023 intentó quitar a las familias su derecho al esparcimiento con baile durante la celebración de sonideros en el kiosko Morisco de la colonia Santa María la Ribera.
El balcón de su departamento —sencillo, pero ordenado como ella (excepto su clóset)— da hacia esa Alameda. “Queremos bailar”, le gritaban desde afuera, se escucha en videos cuando Cuevas dejó entrar a la prensa a su hogar durante ese zafarrancho, donde los sonideros denunciaron ante la Fiscalía de la CDMX robo de bocinas y agresiones hasta sexuales.
Meses después, a inicios de octubre, el Gobierno de la Ciudad de México declaró a los sonideros como Patrimonio Cultural Inmaterial para protegerlos, ya que es una de las principales formas de expresión del baile y la cultura urbana.
Joel, quien pone sonido en la Alameda cada domingo, conoció a Sandra a los 16 años en las tardeadas sonideras de los ochenta, organizadas por los padres de ella. Joel fue quien se manifestó pacíficamente contra la política de acallar los sonideros y Cuevas lo acusó de “vender drogas y alcohol” a los adultos mayores, razón por la cual él y su esposa Ivonne perdieron su empleo.
“Me extrañó porque ella viene de ese ambiente. La familia Cuevas se ha caracterizado por ser una familia pachanguera. El autoritarismo que ella tiene, la prepotencia, el abuso que ejerce hacia los demás, no solo con la cuestión de violar los derechos culturales, en este caso el baile, sino con los comerciantes, los rótulos que también son parte fundamental de la cultura de la CDMX”, aseguró el originario de la Santa Maria la Ribera.
En verano pasado, además, un grupo de colectivos se manifestó afuera de la Alcaldía Cuauhtémoc. “La calle es de quien la trabaja”, escribieron con grandes letras rosas sobre la explanada. “Limpieza social, sucia injusticia”, reclamaron.
La red protestó contra las medidas de Sandra Cuevas que reflejan su obsesión por imponer el orden, sin consultas previas.
Los ciudadanos protestaron contra el uniformar con logos de la demarcación a los puestos ambulantes de comida o jugos, antes rotulados con arte popular; y contra su denominado “Operativo Diamante”, política con la que ella desde las seis de la mañana comienza su “orden territorial” al retirar —incluso con mazos o sierra eléctrica— mesas y techos de restaurantes extendidos en la banqueta o también puestos ambulantes.
“La señora ha abusado mucho de su poder, ha abusado mucho de la gente que verdaderamente tiene necesidad de trabajar, que no hace más que eso y llegar con su autoritarismo es algo fatal”, dijo Ivonne, de sonido Sincelejo, quien denunció ante la Fiscalía de la CDMX haber sido víctima de abuso sexual durante aquel enfrentamiento entre sonideros y la gente de Cuevas.
“Ella dio la orden desde su balcón”, afirmó sobre todo el ataque y robo a los sonideros. Incluso la calificó de “mentirosa” por asegurar que no agredieron a adultos mayores y también que tiene a familiares en la nómina de la Alcaldía Cuauhtémoc.
Capital 21 reportó que la Alcaldesa con licencia junto a su expareja, Christian Israel Quiroz Oropeza (quien se negó a dar entrevista en video por estar en “un proceso judicial”), estuvieron involucrados en un intento de secuestro con violencia de una menor de edad (2235/2018), pero ahora ella le dio el puesto de subdirector de Imagen.
Pero para Carlos Velasco, de comunicación social de la Alcaldía Cuauhtémoc, no es autoritaria, “simplemente que es muy firme. La gente confunde y están en su derecho. Yo considero que es firme en sus decisiones al querer que las personas se superen y no se mantengan en su nivel socioeconómico”.