Después de la intoxicación de decenas de estudiantes chiapanecos de nivel secundaria –que podría estar vinculado con el consumo involuntario de agua contaminada con cocaína–, organizaciones civiles han advertido el incremento de tráfico y consumo de drogas en la región, lo cual pone las sustancias nocivas en círculos cercanos a los niños y adolescentes del estado.
Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).–Los casos de intoxicación de estudiantes en Chiapas fueron atribuidos en un primer momento a la ingesta involuntaria de agua contaminada con cocaína. La versión ha sido desechada por las autoridades, pero también ha dado pauta a que familias y organizaciones de la sociedad civil advirtieran un incremento “preocupante” en el consumo y tráfico de drogas en la región, una situación que se corrobora con cifras y reportes del Ejército mexicano.
“Nos preocupa la situación y nos sorprendió el tamaño de lo sucedido, pero no nos sorprendió el que las drogas estén cercanas a las vidas de las niñas, niños y adolescentes. Ante la omisión y la ausencia de acciones de Estado, de programas específicos de Gobierno durante años en el acompañamiento con adolescentes, nosotros hemos acompañado a familias, a mamás y papás, que están preocupadas por esta situación”, expuso Jennifer Haza, directora de la organización Melel Xojobal, ubicada en San Cristóbal de las Casas.
En las últimas cuatro semanas, alrededor de 172 estudiantes de Chiapas han sido atendidos en salas de emergencia de hospitales por intoxicaciones producidas dentro de los planteles escolares. Mientras que en algunos casos todavía se desconoce la causa exacta, en otros la versión oficial apunta a una afectación por fuga de gas en un tanque estacionario.
Ayer, el Presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que se trate de intoxicaciones involuntarias por cocaína, pero lo cierto es que las organizaciones han documentado un aumento en los casos de adicciones y narcomenudeo, a la par que en lo que va del año se han dado distintos decomisos de esta droga, de tal manera que Chiapas incluso fue el primer lugar en estos aseguramientos en el 2021.
Al momento, la Fiscalía local investiga los hechos producidos en las escuelas federales de las comunidades de Tapachula y Bochil. Una de las hipótesis que surgió a partir de testimonios es que los adolescentes ingirieron involuntariamente agua contaminada con cocaína, y aunque las autoridades no han descartado ninguna línea de investigación, también han reiterado que las pruebas toxicológicas realizadas a las y los alumnos han salido negativas para consumo drogas.
Sin embargo, desde hace cinco años, organizaciones como Melel Xojobal y la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (Redias) han notado un incremento en la presencia del crimen organizado y mayor número de adolescentes, niñas y niños que presentan adicciones a sustancias como narcóticos y alcohol.
“Sabemos por colegas de otras organizaciones y por los mismos adolescentes con los que trabajamos, nos cuentan que la presencia y el de drogas en las escuelas no es nueva”, aseguró Hazza. “Lo que pasó en Bochil no lo vemos como algo que de repente sucedió, sino que el hecho de que diferentes sustancias ilícitas estén llegando a manos de las y los adolescentes se está dando desde hace tiempo, dentro y fuera de las escuelas, y tiene que ver con el incremento de la presencia de los grupos criminales en la región”.
INCREMENTA TRÁFICO DE DROGA EN LA REGIÓN
Las cifras y reportes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dejan claro el incremento de tráfico de drogas: en el 2021, Chiapas fue el estado con mayor kilogramos de cocaína asegurada con mil 252 kilogramos, y para febrero del 2022 también apuntalaba los estados con mayor decomiso del estupefaciente.
Apenas el pasado 3 de octubre, militares aseguraron una aeronave procedente de Sudamérica, que aterrizó al suroeste de Tres Picos, con alrededor de 340 kilogramos de probable cocaína. El 31 de agosto, se detuvo una aeronave en Mapastepec con 20 bultos que contenían alrededor de 657 kilogramos de cocaína. Días antes, el 17 de agosto, la misma dependencia decomisó en una revisión a cuatro vehículos 899 paquetes con 926 kilogramos de la misma sustancia. La lista de decomisos hechos públicos por la Sedena indican que se han asegurado al menos dos mil 059 kilogramos de cocaína tan sólo entre agosto y octubre de este año.
El académico César Mario Fuentes Flores, investigador del Colegio de la Frontera que ha analizado la ruta transfronteriza y la seguridad en la frontera Guatemala-México, indicó que ya desde el año 2000 se empezó a observar un tráfico de droga desde Sudamérica, utilizando Guatemala como un país de arribo para aeronaves y posteriormente con el uso de vehículos terrestres para mover narcóticos, particularmente cocaína.
“Chiapas, por ser el inicio de la frontera sur, toma un papel muy estratégico: se vuelve una zona, como nosotros lo llamamos, un nodo global del tráfico de drogas, sobre todo específicamente de tráfico de cocaína” hacia Estados Unidos. Lo que empezó como zona de paso para mover grandes cantidades de cocaína hacia la zona norte, ahora aparecía convertirse en un mercado local controlado por cárteles mexicanos, contempló Fuentes Flores.
“Chiapas era un espacio más de tránsito hace unos años, no tanto de venta a nivel local. Aparentemente, lo que ha pasado en los últimos años es que también se ha vuelto un espacio de consumo, como muchas otras regiones del país de México”, argumentó. “Sabemos que recientemente, en los últimos años, los cárteles ante la dificultad de llevar o de transportar con drogas hacia Estados Unidos y Europa, y hacia otros lugares del mundo donde hay mercados importantes de consumo, han buscado generar mercados de consumo local”.
Para las organizaciones, las soluciones que han implementado las autoridades en Chiapas no serán suficientes para atender el problema en su magnitud y de manera integral.
“Nos parece que se queda muy corta la respuesta del Estado, que tendría que haber una propuesta mucho más amplia y ambiciosa, porque el acceso a sustancias ilícitas, a drogas, no se reduce tampoco a las escuelas”, consideró la directora de Melel Xojobal. “Se ha acelerado mucho la violencia en todo el país, y los impactos de esta violencia en la niñez y en las juventudes, pero eso no ha estado acompañado por políticas públicas concretas para dar atención y para prevenir [el consumo y tráfico de drogas] en las escuelas, pero también en otros ámbitos”.
ADVIERTEN MÁS ADICCIONES EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
Sumado al milenario número de kilogramos de cocaína decomisados en Chiapas, las carpetas de investigación por narcomenudeo también han incrementado. De 2017 a 2021, el incremento de este delito fue del 105.1 por ciento, en tanto que en los primeros nueve meses de 2022 se ha registrado el número más alto de carpetas abiertas por narcomenudeo desde el 2015: mil 755, superando así en 18 por ciento la cifra para los 12 meses del año anterior.
A la par del comercio de narcóticos, organizaciones como la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (Redias) han identificado mayor casos de adolescentes y jóvenes que presentan adicciones a drogas y alcohol.
“Desde Redias, lo que tenemos identificado es que la problemática de las drogas ya estaba en el Estado. Ahora se ha visibilizado, pero nosotros que tenemos la posibilidad de contactar a diferentes municipios y actores sociales en los municipios, en general, siempre nos comentan al momento de realizar diagnósticos de las problemáticas que enfrentan las niñas, niños y adolescentes, es que están aumentando las adicciones”, dijo al respecto Violeta Galicia, coordinadora de la red.
A partir del trabajo que Redias ha hecho en la región, indicó, notaron que el consumo de drogas ha empezado a una edad cada vez más temprana y ya no se limita a zonas urbanas. En vez de que el consumo empiece en las preparatorias, se ha empezado a registrar en la secundaria. “Sabemos que el tema de las drogas está muy fuerte, es justo en la zona de los Altos de Chiapas, en los diferentes municipios, es una zona que está sumamente conflictiva desde hace varios años”, explicó.
Galicia remarcó que aunque el trabajo que hace Redias es principalmente con adultos y funcionarios públicos, cuando han tenido acercamientos con adolescentes, ellos han mencionado que no hay un control de venta de alcohol en algunas comunidades, por lo que cualquiera puede comprar bebidas alcohólicas.
“Este tipo de circunstancias hace que las infancias y juventudes sean más vulnerables a las adicciones”, comentó. “Hay una situación en la cual, sobre todo la población adolescente, está mayormente vulnerable a, por un lado, al tema de conflictos armados, pero también al acceso a las propias drogas”.
Frente a esto, la coordinadora de la organización propuso que las autoridades chiapanecas entablen un diálogo con las y los estudiantes de todos los niveles educativos para identificar soluciones creativas que aborden la prevención del consumo de sustancias adictivas y las adicciones.