En este segundo programa de la nueva temporada de la “La Tertulia”, que ahora se transmite en Estudio B, Mayra González y Jorge Alberto Gudiño entrevistaron a John Boyne, escritor irlandés y autor del exitoso libro El niño con el pijama de rayas, quien ahora presenta una secuela de esta historia en la que cuenta qué pasó con Gretel y su familia, protagonistas de esa primer obra.
Ciudad de México, 20 de septiembre (SinEmbargo).- El escritor irlandés John Boyne compartió con sus lectores que la complicidad del silencio es un tema que continuamente le gusta abordar en sus obras. “Me gusta escribir de la gente que sabía lo que se estaba haciendo pero que no hizo nada al respecto”, expresó.
John Boyne habló en “La Tertulia”, programa que se transmite en Estudio B, el nuevo canal de YouTube de SinEmbargo, sobre libro Todas las piezas rotas (Salamandra), la continuación de su exitosa obra El niño con el pijama de rayas, misma que cautivó a más de once millones de lectores.
“La complicidad en silencio, me gustan estos temas, no es que celebre escribirlos sino que yo crecí en esas etapas en Irlanda, por ejemplo, cuando había mucha gente que era abusada, ya sea por sus maestros o por los curas o por los padres en cuanto a religión. Y bueno, más que escribir de los criminales o de los asesinos, me gusta escribir de la gente que sabía lo que se estaba haciendo pero que no hizo nada al respecto como Gretel”, dijo.
En esta nueva entrega, Boyne relata lo que ocurrió con la familia del pequeño Bruno al final de la Segunda Guerra Mundial. En Todas las piezas rotas los lectores podrán seguir el viaje de Gretel, la hermana mayor de Bruno, desde el París de 1946 hasta el Londres de hoy, en su búsqueda de un lugar en el que confiar el peso de su terrible pasado.
“Hace 18 años fue que yo escribí El niño con la pijama de rayas y entonces yo pensé en continuar escribiendo acerca de Gretel, así que si ella estuviera viva tendría 91 años, y yo quería que esta fuera una novela contemporánea”, comentó Boyne sobre su nuevo libro.
Su novela también aborda el tema de la culpa y el arrepentimiento, al respecto, el escritor irlandés comentó que ambas cuestiones fueron retomadas por muchas personas tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que le pareció importante tocarlas en su libro. “Hubo mucha gente después de la guerra que también tenía esta cuestión de culpabilidad y de arrepentimiento”, explicó.
“Por ejemplo, Gretel no es culpable de lo que pasó, porque ella tenía 12 años cuando sucedió, pero sí es culpable después de la guerra”, recordó Boyne sobre el personaje de El niño con la pijama de rayas. Detalló que esa culpabilidad fue porque Gretel no dio información valiosa que pudo salvar la vida de muchas personas que fueron víctimas del Holocausto.
“[Gretel al] no dar información a los liberales, por ejemplo, acerca de los campos de concentración, prefirió callarse y no ayudar a sobrevivientes, así que yo creo que esos con los personajes que me gusta, como aquel que le dice ‘bueno, tú crees que eres inocente pero no eres inocente’”, explicó.
Al ser cuestionado sobre el arrepentimiento, que tardó mucho tiempo en llegar al personaje de Gretel, Boyne dijo que si bien algunos lo llegaron a sentir, otros no e incluso éstos últimos se llegaron a preguntar qué hubiera pasado si los nazis hubieran ganado la guerra, ya que recordaban la sensación de poder que sentían sobre los demás.
“Si se acuerdan del Teniente Kotler, lo que dice ‘bueno, eran tiempos muy buenos y teníamos un uniforme maravilloso, podíamos asustar a otra gente’, ese poder que tenían y le dice ‘no me digas que no lo extrañas, ¿no te hubiera gustado que hubiéramos ganado?, porque tu papá era muy importante, tú seguirías siendo importante y no me digas que no extrañas ese poder’”, explicó.
John Boyne reconoció que entre ambos libros existe un paralelismo entre los personajes, específicamente de Gretel y de Bruno, quienes en diferentes épocas tratan de salvar a otro de los personajes, aunque no siempre esta misión resulta exitosa.
Además, enfatizó que en El niño con la pijama de rayas el personaje de Bruno no pudo hacer nada para salvar a su amigo. “Bruno no pudo hacer nada, no podía haber salvado a Shmuel porque ni siquiera sabía que tenía que ser salvado y obviamente no podemos culpar a un niño de nueve años, pero sí podemos culpar a los adultos, que eran los papás que sabían lo que estaba sucediendo”, añadió.
Todas las piezas rotas también aborda el tema de la violencia, como lo hizo en la primera parte de esta historia, sin embargo, esta vez lo hace de una manera más privada, según explicó el escritor irlandés, porque buscaba un contexto más “minimalista, más callado”.
“Yo quería que fuera una historia como un poco más callada, un libro más callado, como más minimalista, esta es una violencia que sucede simplemente entre tres personas, no entre millones como en el libro anterior, y sucede en ese piso, así que sí realmente yo quería que fuera más minimalista, como una historia más callada”, comentó Boyne.