El cambio de comportamiento y la adherencia a la medicación se logran mejor cuando los pacientes cuentan con el apoyo de un equipo multidisciplinario que incluye cardiólogos, médicos generales, enfermeras, dietistas, fisioterapeutas, psicólogos y farmacéuticos.
MADRID, 22 de septiembre (EuropaPress).- La Sociedad Europea de Cardiología (ESC) ha hecho pública una guía con las pautas de tratamiento del síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST, la causa de los ataques cardíacos más comunes, que publican en línea en el European Heart Journal.
El dolor de pecho es el síntoma más común, junto con el dolor que se irradia a uno o ambos brazos, el cuello o la mandíbula. Cualquiera que experimente estos síntomas debe llamar a una ambulancia de inmediato. Las complicaciones incluyen trastornos del ritmo cardíaco potencialmente mortales (arritmias), que son otra razón para buscar ayuda médica urgente.
El tratamiento está dirigido a la causa subyacente. La razón principal son los depósitos de grasa (aterosclerosis) que quedan rodeados por un coágulo de sangre, lo que estrecha las arterias que suministran sangre al corazón. En estos casos, los pacientes deben recibir anticoagulantes y stents para restaurar el flujo sanguíneo. Por primera vez, las directrices recomiendan la obtención de imágenes para identificar otras causas, como un desgarro en un vaso sanguíneo que va al corazón.
En cuanto al diagnóstico, no hay cambio distintivo en el electrocardiograma (ECG), que puede ser normal. Según la guía, el paso clave es medir una sustancia química en la sangre llamada troponina. Cuando el flujo sanguíneo al corazón disminuye o se bloquea, las células cardíacas mueren y los niveles de troponina aumentan.
Si los niveles son normales, la medición debe repetirse una hora más tarde para descartar el diagnóstico. Si es elevado, se recomienda el ingreso hospitalario para evaluar más a fondo la gravedad de la enfermedad y decidir la estrategia de tratamiento.
Dado que la principal causa está relacionada con la aterosclerosis, existe un alto riesgo de recurrencia, que también puede ser mortal. A los pacientes se les debe recetar anticoagulantes y terapias para reducir los lípidos.
"Igualmente importante es un estilo de vida saludable que incluya dejar de fumar, ejercicio y una dieta que enfatice las verduras, frutas y granos integrales mientras se limitan las grasas saturadas y el alcohol", explica el profesor Jean-Philippe Collet, presidente del Grupo de Trabajo sobre directrices y profesor de cardiología en la Universidad de la Sorbona, en Francia.
El cambio de comportamiento y la adherencia a la medicación se logran mejor cuando los pacientes cuentan con el apoyo de un equipo multidisciplinario que incluye cardiólogos, médicos generales, enfermeras, dietistas, fisioterapeutas, psicólogos y farmacéuticos.
La probabilidad de desencadenar otro ataque cardíaco durante la actividad sexual es baja para la mayoría de los pacientes y el ejercicio regular disminuye este riesgo, tranquilizan los cardiólogos. Los proveedores de atención médica deben preguntar a los pacientes sobre la actividad sexual y ofrecerles consejos y asesoramiento.
Recomiendan la vacunación anual contra la gripe, especialmente para pacientes de 65 años o más, para prevenir más ataques cardíacos y aumentar la longevidad.
"Las mujeres deben recibir el mismo acceso a la atención, un diagnóstico rápido y tratamientos al mismo ritmo e intensidad que los hombres", advierte el profesor Holger Thiele, presidente del grupo de trabajo sobre directrices y director médico del Departamento de Medicina Interna Cardiología del Centro Cardiológico de Leipzig, en Alemania.