El conteo de los edificios dañados se observa ya como una labor titánica para las autoridades de la Ciudad de México y del Gobierno federal. Las calles y avenidas de la capital del país, de sur a norte, están llenas de edificaciones con cuarteaduras en las paredes y problemas de cimentación.
Miles de personas viven hoy en albergues, en casas de familiares e incluso en las banquetas, pues han tenido que dejar sus hogares con sus pertenencias e incluso papeles oficiales dentro, debido a los daños que el sismo dejó en casas y edificios. Muchas de esas construcciones, además, deberán ser demolidas.
Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).– Al cumplirse tres días del devastador sismo del 19 de septiembre, la Ciudad de México sigue sumida en una emergencia de rescate de personas y remoción de escombros, piedra por piedra, que ha sido claramente liderada por los ciudadanos.
Sin embargo, este día se cumplen las 72 horas que marcan los protocolos internacionales para comenzar a usar maquinaria pesada y limpiar los derrumbes de los edificios que colapsaron el pasado martes, bajo la intensidad del temblor de 7.1 grados.
La capital del país fue declarada oficialmente “Zona de Desastre” el martes pasado. Se calcula que entre dos o tres mil viviendas quedaron dañadas.
“Se declaran como Zona de Desastre las áreas de la Ciudad de México afectadas por el fenómeno sísmico ocurrido el diecinueve de septiembre de dos mil diecisiete en la Ciudad de México”, se publicó en la Gaceta Oficial.
“La presente Declaratoria se emite para efecto de que, en el ámbito de sus respectivas competencias, las dependencias, órganos desconcentrados, delegaciones y entidades, lleven a cabo las acciones tendientes a cubrir las necesidades básicas para la protección de la vida, la salud y la integridad física de las personas”, se planteó.
Sin embargo, en paralelo a las labores de rescate de personas con vida y de los cuerpos de las fallecidas, autoridades de Protección Civil de la CdMx, y también del ámbito federal, comenzaron el censo de edificios dañados en la metrópoli.
Las áreas con los mayores daños por el sismo son las colonias Condesa, Roma, Obrera y Centro Histórico, en la Delegación Cuauhtémoc; Narvarte y Del Valle, en la Benito Juárez; el centro y el pueblo de San Gregorio, en la Delegación Xochimilco; además de diversos puntos en las delegaciones Coyoacán y Tlalpan; en esta última destaca el derrumbe de la Escuela Enrique Rébsamen, donde murieron 19 niños y seis adultos.
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Pero los daños a las viviendas de la ciudad van más allá de esas delegaciones y el conteo de los edificios dañados se observa ya como una labor titánica para las autoridades.
Calles y avenidas están llenas de edificaciones con cuarteaduras en las paredes y problemas de cimentación.
Miles de personas viven hoy en albergues, en casas de familiares y en las calles, pues han tenido que dejar sus hogares con sus pertenencias e incluso papeles oficiales dentro, debido a los daños que el sismo dejó en casas y edificios. Muchas de esas construcciones, además, deberán ser demolidas.
El penoso camino hacia la normalidad para estas familias apenas empieza, lo mismo que la pesada carga económica que significará comenzar de nuevo.