Las condiciones económicas de México originarán una nueva oleada de pobreza, advirtieron académicos y miembros de la sociedad civil. El salario en el país, ubicado en 3.9 dólares, está lejos de los 17.6 dólares de Costa Rica, los 16.7 de Panamá, los 12.1 de Guatemala o los 10 dólares que se pagan en Belice. El escenario para los trabajadores mexicanos se ha complicado desde hace 36 años. La falta de políticas públicas para fortalecer el poder adquisitivo y la inserción del país en la llamado globalización, han limitado a más de la mitad de la población a percibir un promedio de dos salarios mínimos, que en la mayoría de los casos no es suficiente ni para la compra de alimentos.
Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).- Académicos y miembros de la sociedad civil advirtieron hoy que las condiciones económicas de México originarán una nueva oleada de pobreza, independientemente de que la cobertura de los programs sociales aumente, ya que lo que continúa estancado es el salario mínimo y éste arrastra al conjunto de salarios y sueldos de todos los trabajadores del país.
La magnitud de la situación puede captarse si se compara a México no sólo con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sino con los países centroamericanos.
El salario de aquí, ubicado en 3.9 dólares, está lejos de los 17.6 dólares de Costa Rica, los 16.7 de Panamá, los 12.1 de Guatemala o los 10 dólares que se pagan en Belice.
En la lista, Honduras, Nicaragua y El Salvador también están por arriba de México.
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El colectivo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y el Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD) señaló que esta realidad no es precisamente un consecuencia de las condiciones económicas actuales, sino de toda una serie de decisiones políticas que mantienen al salario "intencionalmente deprimido durante más de 35 años".
En conferencia de prensa, los miembros del colectivo explicaron que resulta inexplicable, desde el punto de vista productivo, económico e incluso moral, que economías más pequeñas, menos industrializadas, con baja capacidad exportadora y sin recursos petroleros, cuatripliquen el salario mínimo.
Para Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Frente a la Pobreza, aumentar el salario mínimo a un nivel por encima del costo de la canasta alimentaria -ubicada en 88.70 pesos según números del Coneval- sería pisar el acelerador del mercado interno, lo que podría significar una gran base de apoyo para la reactivación de la economía nacional.
"La oleada de empobrecimiento es grave y se tiene que actuar ahora. Los 88.70 pesos son sólo el costo de la sobrevivencia [...] la responsabilidad económica no puede estar basada en el empobrecimiento de la población ni en la contención de los salarios", dijo en conferencia.
Agregó que ya se considera la vía legal, ya que el salario actual va en contra de lo señalado en la Constitución.
Ricardo Becerra Laguna, presidente del IETD, consideró que el aumento salarial podría contrarrestar el menor gasto que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017, propone en todos los rubros.
De acuerdo con estimaciones de Becerra, puesto que el ingreso es el principal factor que explica la pobreza, con un aumento salarial cerca de 3.5 millones de pobres dejarían de serlo.
"Es una medida redistributiva que urge ante una nueva oleada de pobreza y en un contexto donde siempre pierden los mismos, los más pobres del país", sostuvo.
El próximo 27 y 28 de septiembre se llevará a cabo la Conferencia Internacional sobre el Salario Mínimo, en el que se buscará llamar la atención de la opinión pública sobre la situación salarial de México, sus consecuencias y las soluciones, con un debate de alto nivel que muestre evidencias y experiencias de otros países.
El pasado 28 de agosto, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ordenó a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) buscar y dar a conocer el informe, estudio, investigación o documento, que servirá de sustento para fijar el salario mínimo en el ejercicio fiscal 2017.
En un comunicado de prensa, el comisionado Francisco Javier Acuña Llamas aseguró que si bien aún no se fija el salario mínimo para el siguiente año, sí debe haber documentos para sustentar dicha fijación. “Para estas fechas y desde el principio de año tiene que haber una serie de estudios, de análisis y de cualquier tipo de cálculo”, declaró al momento de presentar el caso ante el Pleno.
El solicitante inconforme presentó un recurso de revisión ante el INAI, mediante el cual cuestiona que si la autoridad no lleva a cabo las proyecciones de los salarios mínimos, los salarios que estarán vigentes en 2017 no podrán ser determinados.
La Conasami aseguró que no cuenta con los estudios o documentos con las proyecciones de los salarios mínimos para los próximos ejercicios fiscales, por lo que declaró la inexistencia de la información.
Por lo expuesto, el pleno del INAI modificó la respuesta de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos y le instruyó hacer una búsqueda en los archivos del centro de documentación de cualquier informe, estudio, investigación o documento que sirva de sustento para fijar el salario mínimo para el año entrante y lo entregue al particular.
SinEmbargo dio a conocer en una investigación publicada ayer, que los 53 millones 585 mil 310 contribuyentes inscritos en el padrón del Servicio de Administración Tributaria (SAT), a través de su salario o ganancia, están cargando con la mayoría de los ingresos del Gobierno federal, y una rebanada de ellos se va a los sueldos millonarios de los funcionarios públicos y a las pensiones de los ex presidentes.
Hasta julio de este año, más de 53 millones contribuyeron con el pago del ISR [el cual incluye sueldos, salarios, honorarios o ganancias que perciben los individuos o empresas como remuneración por su trabajo, así como sus propiedades] y del IVA [un impuesto al consumo que tiene ciertas exenciones]. La mayoría son personas físicas y asalariados.
El escenario para los trabajadores mexicanos se ha complicado desde hace 36 años. La falta de políticas públicas para fortalecer el poder adquisitivo y la inserción del país en la llamado globalización, han limitado a más de la mitad de la población a percibir un promedio de dos salarios mínimos, que en la mayoría de los casos no es suficiente ni para la compra de alimentos. Pensión y gustos personales, ya no son algo a lo que puedan aspirar los mexicanos.