El equipo de SinEmbargo visitó la zona donde hace seis años se construiría el Nuevo Aeropuerto Internacional de México. En la segunda de tres partes de un especial titulado “Del monte a los lagos: el rescate de Texcoco”, los periodistas Alejandro Páez y Álvaro Delgado recorrieron parte del Lago de Texcoco que poco a poco comienza a nutrirse del agua que escurre de los cerros y en donde también ya es posible ver algunas especies de aves migratorias.
SEGUNDA PARTE. CONSULTA AQUÍ LA PRIMERA
Texcoco, Estado de México, 22 de agosto (SinEmbargo).– Los trabajos de reforestación de cerros para rescatar el Lago de Texcoco realizados por el Gobierno federal, en conjunto con los pobladores de la localidad de San Juan Tezontla, en el Estado de México, han comenzado a rendir frutos. Poco a poco las aves regresan a este espejo de agua que crece de manera lenta, pero constante.
Sin embargo, el proyecto y rescate del Lago de Texcoco no sería posible sin la lucha de los pobladores de San Salvador Atenco, quienes hace 18 años defendieron, inclusive hasta con su vida, sus tierras del despojo que pretendía llevar a cabo el Gobierno federal del expresidente Vicente Fox Quesada (2000-2006) para construir un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México.
El equipo de SinEmbargo, encabezado por los periodistas Alejandro Páez y Álvaro Delgado, hablaron con pobladores de comunidades cercanas y activistas, quienes recordaron la represión que vivieron sus compañeros de Atenco y todos los abusos que sufrieron por parte del Gobierno. Esta es la segunda parte de tres entregas que se transmiten en el programa “Los Periodistas”.
«En el 2002, con un decreto expropiatorio, represión en todo ese periodo, amenazas, tuvimos muchísimas órdenes de aprehensión, toda la comunidad tenía órdenes de aprehensión, que gracias a la unidad, gracias a la lucha, gracias a la conciencia de los pobladores y de todas las comunidades logramos que esas órdenes se echaran para atrás, sin embargo, se vive otra represión mucho más grave donde los compañeros, tienen condenas de más de 100 años fue una lucha en la cual, el gobierno nos pone el pie en el cuello para obligarnos a través de esa represión, a través de tener a nuestros compañeros detenidos a obligarnos a ceder las tierras precisamente para esto. Segundo intento», recordó Hortensia Ramos de la comunidad en Esquipaya, integrante del Frente de pueblo en defensa de la tierra.
La activista indicó que a pesar de que ya han pasado 18 años, las heridas de aquella represión contra la gente de Atenco aún no han sanado, y las bardas perimetrales que rodean el predio donde se construiría el nuevo aeropuerto son muestra de ellos.
«Esa barda perimetral es una herida para nuestros pueblos, es una grave herida que no se ha cerrado porque esa barda perimetral implicaba un proyecto que nos despojaba de nuestro territorio, de nuestra forma de vida, de nuestra historia, de nuestra identidad, esa barda sigue siendo una herida que no se ha sanado y que probablemente no se va a sanar porque ahí hay un proyecto obviamente que nos gustaría que fuera realmente, el rescate del lago, los pobladores seguimos luchando por esta tierra».
La madrugada del 4 de mayo de 2006 más de 2 mil 500 policías federales y del Estado de México entraron a San Salvador Atenco para reprimir a una población cuyo pecado fue defender su tierra del despojo que pretendía llevar a cabo el Gobierno de Vicente Fox, quien tenía el propósito de construir ahí el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. La tenaz resistencia de los pobladores de Atenco, quienes defendieron su territorio con machete en mano molestó e irritó a los gobernantes de entonces y a los inversionistas que esperaban concretar un jugoso negocio con la construcción del nuevo aeropuerto capitalino.
La filmación por las cámaras de TV Azteca de la represión de la policía estatal y la reacción de algunos pobladores que detuvieron y golpearon a uniformados que los desalojaban, se convirtió en el pretexto mediático para autorizar una de las represiones más brutales en lo que va del siglo XXI ordenada por el gobierno federal del PAN de Vicente Fox, el gobierno estatal del PRI de Enrique Peña Nieto y el gobierno municipal del PRD de Texcoco.
Ese 4 de mayo, miles de policías entraron a Atenco y a las casas de los pobladores sin orden alguna, golpearon indiscriminadamente a todos los que encontraban a su paso. La represión se saldó con dos muertos (Alexis Benhumea y Javier Cortés), decenas de heridos y 207 detenidos, entre ellos el dirigente del FPDT, Ignacio del Valle. Otra muestra de la venganza de Estado contra los pobladores de Atenco fue la detención de sus dirigentes y las duras penas de cárcel que se les impuso. A Ignacio del Valle, se le condenó a 112 años de prisión en tanto que a Felipe Álvarez y Héctor Galindo, fueron condenados a 67 años y 6 meses. Finalmente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación exoneró y liberó a los dirigentes de Atenco en 2010. Además durante las detenciones, 27 mujeres fueron violadas y vejadas sexualmente por los policías.
«Creo que lo que a hoy estamos viviendo ese efecto de esa conciencia y de ese arraigo, que tenemos los que vivimos aquí porque esos proyectos jamás fueron consultados al pueblo, jamás pidieron permiso, fue una imposición y lo que recordamos en la memoria de nuestros abuelos es defender el espacio que tenemos, la tierra no nos pertenece, no nos pertenece a los que vivimos aquí, tan solo nos ha sido prestada, creo que en ese sentido lo tenemos que seguir manteniendo así. Esa lucha de resistencia no tiene que ver con proyectos económicos, tiene que ver con un proyecto de vida no a corto plazo, un proyecto en donde nos garantice no solo el bien de la naturaleza, sino la armonía que tenían nuestros pueblos. Y desde lo más profundo de nuestros sentimientos gritamos y no olvidamos: ‘ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos'», dijo Jesús Adán Espinosa Rojas, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco.
A 18 años de aquellos hechos, las semillas de la lucha de los pobladores de Atenco ha comenzado a dar sus primeros frutos, el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), una de las obras emblema de Enrique Peña Nieto, fue cancelado durante la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Además, se han comenzado a reforestar los cerros que fueron devastados durante los trabajos.
«Desde luego que nos sentimos tranquilos viendo el espacio este pequeño territorio que para nosotros es esa pequeña patria de nuestro México y que es herencia, no olvidemos que es herencia de los abuelos que ofrendaron su vida en otros tiempos, más de un siglo nuestros abuelos ofrendaron su vida por darnos patria, no solo me refiero al espacio sino a la gran revolución que se hizo que muchas cosas no no quedaron completamente definidas en bien de las comunidades, en bien de los pueblos, pero justo es eso en nuestra conciencia en nuestro reconocimiento de dónde venimos, qué hicimos y que queremos para otra generación creo que son los sueños que nuestros abuelos aquí resguardan en estos espacios que en otros momentos parecían áridos, parecían desérticos, pero que estos espacios son nuestra identidad, este espacio es la cuna de otros movimientos, de otras culturas», mencionó Adán Espinosa.