Un estudio comprobó que los pacientes fallecidos por coronavirus carecían de centros germinales, fundamentales para la producción de anticuerpos.
Estados Unidos, 22 de agosto (RT).- Una investigación sobre la respuesta del organismo al COVID-19 concluyó que las denominadas tormentas de citoquinas —reacciones inmunitarias defensivas— en pacientes contagiados pueden impedir el desarrollo de inmunidad a largo plazo contra el coronavirus.
“En los pacientes con enfermedades tanto leves como severas, los anticuerpos carecían de una característica estructural clave que es un sello distintivo de los anticuerpos de ‘alta calidad’ en una respuesta inmunológica normal”, explica Shiv Pillai, investigador del Instituto Ragon del Hospital General de Massachussets y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), quien recordó que otros estudios ya sugerían que la inmunidad “puede no ser duradera porque los anticuerpos disminuyen con el tiempo”.
Para hallar una explicación a la respuesta inmune deficitaria, analizaron los bazos y los ganglios linfáticos de personas fallecidas por COVID-19 y descubrieron la ausencia de centros germinales. Se trata de estructuras que son inducidas dentro de los nódulos linfáticos y bazos durante la infección o la vacunación, en los que maduran las células B, que son las que producen anticuerpos, hasta ser células de ‘memoria’ de larga duración contra un patógeno.
Sin embargo, al no haber centros germinales, las células B no son suficientes y su respuesta a la enfermedad no es la adecuada. Para formar esos centros, las células B necesitan de otra célula, la denominada T.
En el estudio, Pillai y su equipo demostraron que la célula T no se desarrolla en pacientes con coronavirus, por lo que las B no reciben la ayuda necesaria para, al final del proceso, generar los anticuerpos.
Además, en pacientes graves no hallaron ningún centro germinal, ausencia que ya había sido percibida en otras enfermedades. No obstante, esto no significa que no haya ninguna respuesta inmunológica. “Simplemente, no viene de un centro germinal”, detallan los especialistas.
“Sin la formación de centros germinales, es poco probable que haya memoria a largo plazo para este virus”, lo que implica que “mientras que los anticuerpos pueden proteger a las personas durante un tiempo relativamente corto, una sola persona que se recupere de la enfermedad podría infectarse de nuevo, tal vez seis meses más tarde, o incluso varias veces con el SARS-CoV-2”. “Esto sugiere que el desarrollo de la inmunidad de grupo puede ser difícil”, concluye.