La separación de los negocios y la política es una premisa fundamental para que México se desarrolle dentro de la economía del mercado global en el siglo XXI.

Así funcionan las economías europeas, los gobiernos mas avanzados en la democracia y donde se ha disminuido al mínimo la corrupción, ignorar eso y actuar en consecuencia es violar la ley.

Por eso, nos sorprende escuchar de propia boca a Xóchitl decir que “sus empresas son muy chingonas” y decir que sus empresas son tan eficaces que hasta Banobras y el AIFA las contrataron. Presume que sus dos empresas se han desarrollado hasta el tope y que hubo momento en que fue designada empresaria del año.

La primera vez que escuché con toda precisión que uno de los objetivos para transformar el país era la separación de los negocios y la política, fue de parte de Jaime García Chávez en 1992, el participaba como candidato a la gobernatura del Estado de Chihuahua por el entonces pequeño y honorable PRD.

Esa precisión en no más de 10 palabras, me permitió entender, cual era uno de los tumores cancerosos mas graves del Partido Revolucionario Institucional porque además era metástasis.

La oferta en aquellos años del Partido Acción Nacional, era una oferta de mano dura contra los excesos de algunos sectores de la población organizada y el combate frontal a la corrupción, además de la exigencia de respeto al Estado Derecho.

El PAN ganó y cumplió su primera propuesta, pero se le dificulto erradicar a la corrupción y exigió respeto al Estado Derecho fundamentalmente a la población en general, porque ellos entienden que respetarlo, es hacer alto en los señalamientos de tráfico, a las autoridades, no robar tiendas, ni baterías, manejar con el cinturón puesto y todas esas violaciones sistemáticas de una población sobreviviente.

Pero, nunca han podido comprender que respetar el Estado Derecho en lo fundamental es evitar utilizar los puestos públicos para enriquecerse, y, tampoco han podido comprender que el trafico de influencias para hacer negocio es un delito. Ellos creen que debe haber mas sociedad y menos estado, por lo tanto, no entienden que las funciones del Estado y las inversiones privadas son diferentes.

Son convencidos que los recursos del Estado deben canalizarse para impulsar los negocios porque solo ellos crean empleo y pagan salarios y las inversiones generan riqueza, por lo tanto, que el Estado apoye a los negocios es algo completamente natural para ellos.

Casi es una creencia nacional que todo mundo acepta como normal.

Existe un articulo en todas las legislaciones que regulan las funciones de los gobernantes, que establecen que los funcionarios del Poder Judicial, Ejecutivo y Legislativo no pueden desempeñar otro trabajo, salvo los trabajos académicos.

Y los PAN, XPRIistas siguen convencidos que administrar una empresa, pertenecer a los consejos administrativos de negociaciones, no son trabajos excluyentes del Servicio Público.

Y por eso Xóchitl tiene esa confusión jurídica y esa convicción inmoral del Poder Público, los verdaderos empresarios, los que pertenecen a las 395 familias dueñas de más del 80 por ciento de la riqueza nacional, la miran como una autentica gerente de la empresa mas grande con la razón social “Presidencia de la República”porque eso es lo que necesitan ellos, una gerente que sea honesta con las inversiones, alguien a quien encargarle el negocio mas grande que quieren administrar. Y cobrar utilidades en vez de pagar impuestos.

En pocas palabras, la candidata de los empresarios es una delincuente confesa. Un verdadero peligro para el país.

Gustavo De la Rosa

https://www.sinembargo.mx/author/delarosa

Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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