La administración de Trump se caracterizó por su política brutal contra los migrantes y ahora, fuera de la Casa Blanca, siguen su ejemplo gobernadores republicanos en Texas y Florida, entre otros, mientras el flujo fronterizo se desploma tras el final del Título 42, que impedía pedir asilo por la emergencia de la COVID.
Ciudad de México, 22 de julio (SinEmbargo).– Todo comenzó el 16 de junio de 2015. Un empresario neoyorkino bajó de su escalera mecánica y anunció su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos. Desde su edificio en la Quinta Avenida de Nueva York, Donald Trump lanzó la que sería una de sus primeras grandes críticas a los migrantes que llegaban a aquel país y que reiteró en varias ocasiones cuando llegó a la Casa Blanca.
“Cuando México manda a su gente, no manda a los mejores. Mandan a gente con muchos problemas y que traen sus problemas con nosotros. Traen sus drogas. Traen su crimen. Son violadores. Y algunos, asumo, son buenas personas”, dijo aquel día. Diecisiete meses después, ganaría las elecciones. En enero de 2017, asumió el poder.
Entonces, se intensificaron los ataques a los migrantes y las políticas del Gobierno federal siguieron la misma línea. No fue la primera vez que se lanzaron campañas contra ellos, incluidos los mexicanos, que ingresan al país por la frontera. Pero sí cuando las autoridades mostraron un catálogo de políticas diseñadas para intentar ahuyentarlos a cualquier precio. Fue “tolerancia cero”.
Las políticas de Trump lograron restringir la inmigración, pero el número de personas que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México siguió aumentando durante su mandato antes de descender durante la pandemia de COVID-19. Y sus políticas provocaron atascos en el sistema de inmigración. Tan sólo los casos pendientes en los tribunales de inmigración pasaron de unos 500 mil en junio de 2016 a 1.3 millones a finales de 2020. También hubo grandes problemas de derechos humanos, en particular con el programa “Permanecer en México” y la separación de los niños de sus familias en la frontera. Y las jaulas.
JAULAS Y CENTROS DE DETENCIÓN
El 18 de junio de 2018, la agencia AP reportó que más de mil 100 personas se encontraban dentro de la instalación dividida en alas separadas para niños no acompañados, adultos solos y madres y padres con niños. Las jaulas en cada ala se abrían a áreas comunes para usar baños portátiles y la iluminación del techo del almacén permanecía encendida las 24 horas.
En ese entonces CPB dijo que de esas personas cerca de 200 eran menores no acompañados por adultos. La mala atención médica en los centros de detención de inmigrantes contribuyó a más de la mitad de las muertes en esas instalaciones desde diciembre de 2015, doce de éstas en el año fiscal 2017, según denunció una investigación médica independiente en 2018. Esto incluye una parte de la administración del demócrata Barack Obama.
Los resultados de la investigación de 16 meses están incluidos en un extenso informe elaborado por cuatro organizaciones cívicas y defensoras de los derechos de los inmigrantes. El informe condenatorio se sumó a las crecientes denuncias contra la Administración Trump en su momento.
Luego de las fuertes críticas, en noviembre de 2020 la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en sus siglas en inglés) cerró centros de detención, sobre todo en el sur de Texas, en el que tuvo en jaulas a familias y niños migrantes durante el período de la polémica política de “tolerancia cero” de la administración de Trump. La zona fue remodelada para eliminar la alambrada que servía de detención, para brindar unas condiciones “más humanas” a los migrantes detenidos.
SEPARACIÓN DE NIÑOS Y FAMILIAS
Según cifras del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, tres mil 881 niños fueron separados de sus familias entre 2017 y 2021, durante el Gobierno trumpista. Alrededor del 74 por ciento de ellos ya se han reunido con sus familias, con datos de febrero de este año, de los cuales dos mil 176 fueron reunidos antes de la creación del grupo de trabajo del Gobierno de Joe Biden y 689 posteriormente.
Pero aún restan alrededor de mil menores, de los cuales 148 se encuentran en el proceso de reunificación. La agencia se ha comprometido a seguir trabajando hasta que todas las familias separadas que se puedan localizar tengan la oportunidad de reunirse con sus hijos.
El Gobierno de Trump separó a miles de padres migrantes de sus hijos debido a que su intención era procesar penalmente a quienes cruzaran ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos. Los menores, que no podían permanecer en custodia criminal con sus padres, fueron transferidos al Departamento de Salud y Servicios Humanos. Por lo general, los niños eran enviados a vivir con patrocinadores, a menudo un familiar o alguien relacionado con la familia.
Investigadores del actual Gobierno estadounidense han dicho que los niños separados de sus padres mostraron más miedo, sentimientos de abandono y síntomas de estrés postraumático que los niños que no fueron separados. Algunos niños creían que sus padres los habían abandonado o que los habían matado. Para algunos, el trauma mental causó síntomas físicos, como dolores en el pecho o el corazón, de acuerdo con un reporte del 2019 por la oficina del inspector general en el Departamento de Salud.
INTENSIFICAN LEYES ANTIMIGRANTES EN TEXAS, FLORIDA, KANSAS…
El Gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó en mayo refuerza su programa de reubicación de migrantes y limita los servicios sociales para los inmigrantes que carecen de estatus legal permanente, en uno de sus principales esfuerzos antimigración. El republicano es uno de los candidatos presidenciales rumbo a 2024 y ha convertido el problema migratorio en uno de los temas centrales de su campaña.
La reforma también expande los requerimientos para que los negocios con más de 25 empleados utilicen E-Verify, un sistema federal que determina si las personas pueden trabajar legalmente en Estados Unidos. Otras disposiciones requieren que los hospitales que aceptan el seguro de salud Medicaid incluyan una pregunta sobre la nacionalidad en las formas para el ingreso
En Kansas, por su parte, entró en vigor este año la ley HB2350 para “enfrentar el tráfico de personas”, que aprobaron los legisladores de ese estado pese al veto de la Gobernadora demócrata Laura Kelly, y afirmó que ese tipo de iniciativas inducen al “perfilamiento racial y que pueden dar lugar a actos discriminatorios y abusos contra la comunidad hispana, latina y mexicana”.
Texas, por su parte, comenzó a emplazar la semana pasada lo que se convertirá en una nueva barrera flotante sobre el río Bravo, en la más reciente intensificación de las medidas multimillonarias del Gobernador republicano Greg Abbott para “reforzar la seguridad” en la frontera con México, las cuales ya han incluido enviar en autobús a migrantes a estados gobernados por demócratas y autorizar a la Guardia Nacional para que realice arrestos.
Docenas de las enormes boyas esféricas estaban apiladas sobre las plataformas de cuatro tractocamiones en un parque de la ciudad cercano al río el viernes antepasado por la mañana. Colocar las barreras podría llevarse hasta dos semanas, según el teniente Chris Olivarez, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, que está supervisando el proyecto.
EMPUJARLOS AL RÍO BRAVO
La última polémica sobre políticas antimigrantes está centrada en Texas. El martes pasado, un agente estatal dijo que algunos migrantes sufrieron heridas por el alambre de púas colocado en la zona y que recibieron órdenes de no darles agua pese al sofocante calor.
El agente de Texas Nicholas Wingate comentó en una instancia a un supervisor que cuando se encontró con un grupo de 120 migrantes, que incluía niños y madres amamantando a sus bebés, el 25 de junio en el condado de Maverick —un condado fronterizo de Texas–, él y otro agente recibieron órdenes de “empujar a la gente de regreso al agua para que se fueran a México”.
El agente describió tales acciones como inhumanas en un correo electrónico fechado el 3 de julio, de acuerdo con AP.
Travis Considine, portavoz del Departamento de Seguridad de Texas, dijo que los relatos proporcionados por el agente seguían bajo investigación interna. Afirmó que el departamento no tiene ninguna directriz ni política que instruya a los agentes a no darles agua a los migrantes o empujarlos de regreso al río.
Los correos electrónicos, que fueron obtenidos en primera instancia por Hearst Newspapers, vuelven a poner la misión de seguridad fronteriza de Texas bajo escrutinio mientras el Gobernador texano Greg Abbott está colocando una barrera flotante en el Río Bravo (o Grande). El mandatario estatal ha autorizado un presupuesto de más de cuatro mil millones de dólares para la misión, conocida como Operación Estrella Solitaria, que también incluye trasladar en autobús a migrantes hasta ciudades con gobiernos demócratas y arrestar a migrantes bajo cargos de invasión de propiedad privada.
En un caso, de acuerdo con Wingate, una niña de 4 años de edad que intentó cruzar por el alambre de púas fue “empujada hacia atrás” por soldados de la Guardia Nacional de Texas que cumplían órdenes, y que más tarde la niña se desmayó por el calor. Las temperaturas en el condado de Maverick durante este verano boreal han superado los 37 grados Celsius (100 grados Fahrenheit).
El jefe policial del condado de Maverick, Tom Schmerber, quien ha apoyado el despliegue de agentes estatales a la frontera, dijo que le sorprendió el relato del agente.
“No estoy de acuerdo con lo que sea que les dicen que hagan”, dijo Schmerber. “Eso no es algo que forme parte de nuestra misión. Sé que estamos aquí para proteger y servir sin importar quién sea, inmigrantes o ciudadanos estadounidenses. Pero no vamos a hacer ningún daño a nadie”. Sin embargo, las autoridades no han emitido hasta ahora ninguna postura oficial.
En México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no cree que la Policía de Texas haya recibido órdenes para lanzar bebés e infantes migrantes a las aguas del Río Bravo en la frontera. “No lo creo, sería una barbaridad en extremo, es inhumano, es de exterminio. Lo otro sí es posible, de que no se les dé agua a migrantes y que incluso se les persiga”, señaló en su conferencia de prensa matutina.
“Es lo que siguen haciendo. Por eso las bolas anaranjadas alambradas, como navajas. Sin embargo, no deja de ser propaganda, publicidad, porque es una franja, es para tomarse la foto, para sacar votos, pretender sacar votos”, agregó López Obrador. El mandatario mexicano además ha instado a los latinos que votan en EU a no darle apoyos a este tipo de políticos.
LA EXTINCIÓN DEL TÍTULO 42 Y EL DESCENSO DE LOS CRUCES
Con el final a mediados de mayo de la política conocida como Título 42 en Estados Unidos por la pandemia de COVID, y que obligó a muchos solicitantes de asilo a regresar a México, la Unión Americana deportó en tres años –desde su implementación en marzo de 2020 hasta ahora– a unos 2.8 millones de migrantes desde su territorio. Seis de cada 10 fueron mexicanos.
Las nuevas normas les permitieron a las personas solicitar asilo a través de una aplicación gubernamental de EU y pedir citas en los puertos de ingreso, aunque el número máximo de personas a las que se les permite el ingreso por día ha sido fijado en mil 450.
El martes, la CBP informó que el declive de cruces fronterizos de migrantes se redujo “significativamente” en el primer mes completo desde que finalizó el Título 42. En junio hubo 99 mil 545 entradas, una caída del 42 por ciento con respecto a mayo. Estos números son los más bajos para la frontera sur desde febrero de 2021.
–Con información de AP.